9 agosto,2021 4:54 am

En Cordón Grande aprovechan el bosque y ya no siembran amapola, pero faltan caminos

En este ejido de la sierra de Tecpan tampoco hay violencia y es modelo nacional, pero “estuviéramos mejor si las autoridades nos construyeran caminos. No podemos bajar aguacates porque llega guacamole. No podemos bajar enfermos porque se nos mueren en el camino. No tenemos maestros porque es difícil que suban”, dice el presidente del comisariado ejidal, José Luis Cazares. Tampoco pueden aplicarse la vacuna contra el Covid-19 porque aquí no llega y es muy complicado tener acceso a ella en la ciudad

(Primera parte)

Zaragoza, Guerrero, 9 de agosto de 2021. Desde hace tres décadas los pobladores de Cordón Grande en la sierra de Tecpan de Galeana cuidan sus bosques y aprovechan sus recursos maderables para ser un ejido autosustentable. Hoy miles de pinos dibujan de verde los cerros y protegen los veneros de agua que alimentan el río Tecpan. Atrás dejaron la amapola y la violencia, apostaron por la organización comunitaria para preservar sus montes y crear su propia riqueza.

Después de la caída del precio de la goma de opio, hace cinco años, más de 90 por ciento de los campesinos del ejido dejaron de sembrar amapola. Desde hace 15 años integran junto con la Unión de Ejidos Forestales y Agropecuarios Hermenegildo Galeana (UEFA), un Comité de Seguridad que se encarga de dar protección a sus pueblos y contener la violencia.

“Nos tienen en una mala posición como sierreños, hablan de que somos pura gente mala, puros amapoleros y la verdad es que no, en la sierra hay gente buena, gente trabajadora y comprometida con el campo, con la fauna y el medio ambiente”, comentó José Luis Cazares Leyva, presidente del Comisariado Ejidal de Cordón Grande, en un recorrido el sábado por una de sus zonas forestales.

Este fin de semana decenas de campesinos realizaron trabajo comunitario bajo centenares de pinos, chaponaron y limpiaron un área de conservación de bosque en la comunidad de Zaragoza, donde este año aprovecharon su recurso maderable y regresarán en 2031 cuando la zona esté nuevamente reforestada.

“La gente nos tiene como los taladores del bosque, ellos tienen una mala información, no se dan cuenta de los trabajos que estamos haciendo nosotros aquí, verdaderamente somos nosotros los que estamos protegiendo el agua para la ciudad (de Tecpan) con los trabajos que realizamos”, explicó el presidente del Comisariado Ejidal.

El ejido tiene 16 mil hectáreas, para manejo forestal sólo ocupan 2 mil 400 que son diseccionadas en 10 años. Este año los pobladores explotaron 200 hectáreas para la tala de pinos y encinos.

Cordón Grande tiene más de 30 años con este manejo forestal, los campesinos se organizaron para tener su aserradero y vender su propia madera. Las ganancias se van para el mejoramiento de las comunidades y anualmente los ejidatarios reciben sus utilidades de lo vendido y trabajado.

También reciben el pago por servicios ambientales, que la Comisión Nacional Forestal (Conafor) da por conservar el bosque, el agua y la fauna. Desde hace 10 años mantienen un proyecto de conservación del jaguar y otras especies con ayuda del biólogo Fernando Ruiz y Guerrero Jaguar.

El Comité de Seguridad

La organización y el trabajo comunitario ha logrado que en los últimos años Cordón Grande no entre en las estadísticas de la violencia, de las muertes, los desaparecidos y los grupos del crimen organizado que se hacen presentes en algunas comunidades la sierra de Guerrero.

En el ejido tienen 40 años sin vender alcohol y su Comité de Seguridad se encarga de pacificar la zona para evitar robos y secuestros en la ruta Tecpan-Balcón y Arroyo Frío-Fresnos de Puerto Rico.

“Antes pasaban casos de violencia con la venta de alcohol, los pueblos se han organizado para que se evite la venta en las comunidades, para que así no haya violencia, que toda la gente se porte bien y la comunidad esté en paz”, reveló Cazares Leyva.

Junto con la UEFA y otros ejidos crearon hace 15 años un Comité de Seguridad para evitar asaltos, secuestros y conflictos entre familias.

“Si una familia tiene problema con otra familia, el Comité de Seguridad va a platicar con las familias y los arregla para que no siga creciendo el conflicto. Este Comité nos ha dado una paz y tranquilidad en todas las rutas de la zona”.

Caminos, salud y pandemia

José Luis Cazares tiene 38 años y desde hace 2 años es presidente del Comisariado Ejidal de Cordón Grande, durante su juventud trabajó de carpintero en Estados Unidos y hoy es el encargado del ejido que tiene más de 600 habitantes.

“Lo que hacemos se escucha bien, somos un ejido modelo a nivel nacional, pero yo creo que estuviéramos mejor si las autoridades nos hicieran caso, si las autoridades nos construyeran caminos. No podemos bajar aguacates porque llega guacamole. No podemos bajar enfermos porque se nos mueren en el camino. No tenemos maestros porque es difícil que suban”.

Para llegar a Cordón hay dos rutas, una por Tecpan-Arroyo Frío y la otra por San Luis la Loma-La Laguna. En ambas, gran parte de los caminos son de terracería, entre subidas y bajadas, cruzando varios arroyos que en temporada de lluvias son impasables.

“Después de la tarde cuando llueve ya no podemos viajar, los caudales del río suben y si la lluvia dura muchos días nosotros nos quedamos incomunicados por falta de puentes, hemos tenido tragedias porque hay gente que intenta cruzar los arroyos y sus motos o carros son arrastrados por la corriente, por eso le decimos al presidente (Andrés Manuel López) Obrador, al gobernador Héctor Astudillo y a la nueva gobernadora Evelyn (Salgado Pineda) que necesitamos caminos para nuestras comunidades”.

Además de los caminos los doctores no llegan, “un enfermo aquí no tenemos ni para las cortadas, tenemos que bajar a Tecpan con los caminos destrozados, se nos pone muy complicado, prácticamente la necesidad más grande que tenemos son los caminos, nosotros acá nos encargamos de la seguridad para que la gente esté tranquila, de que la gente esté en paz, pero necesitamos las carreteras para que nuestros pueblos se desarrollen”.

También la falta de carreteras ha provocado que los pobladores no puedan vacunarse contra la Covid-19, “pues la vacuna no ha llegado a la sierra, tenemos que bajar a Tecpan y a veces están las filas muy grandes y de repente se acaba la vacuna, nos tienen abandonados en ese sentido”.

En el Ejido del Cordón habido tres defunciones por coronavirus y al menos 15 contagiados en lo que va del año de pandemia, la gente se atiende en Tecpan, pero de ahí los mandan Acapulco a cinco  horas de su localidad.

La Amapola

En los últimos cinco años en Cordón Grande los campesinos han dejado de sembrar la amapola, la caída en los precios de la goma de opio obligó a que el campesinado se dedique a otras actividades con el apoyo de programas gubernamentales.

“La verdad el precio se fue por los suelos y no hay quién siembre, ahorita la gente se está dedicando más a los programas de gobierno, tenemos el programa de Sembrando Vida, aquí en el ejido tenemos aproximadamente 117 ejidatarios que les están pagando, con la nueva ampliación se anotaron otros 80, entonces eso nos ha ayudado en la sierra”.

Con la caída del precio de la goma, Sembrando Vida prácticamente vino a ayudar a la economía de Cordón Grande, donde siembran aguacate, mango, maíz, entre otras cosas; pero por los malos caminos no pueden bajar el producto “y si lo bajamos llega todo maltratado, se nos pone complicado, por eso nosotros le pedimos al presidente que al igual que en Badiraguato también nos construya carreteras y puentes, somos un pueblo que las tres veces que fue candidato votamos por él, esperemos que no se olvide de nosotros” finalizó el comisariado José Luis Cazares.

Texto y foto: Lenin Ocampo Torres

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