
Defiende la “verdad histórica” del caso de la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural, “donde no participó el Ejército”. En larga entrevista, el político priista dice que los estudiantes no fueron llevados hacia Huitzuco de los Figueroa, bastión de su familia desde hace un siglo
Lenin Ocampo Torres
Chilpancingo
Rubén Figueroa Alcocer, es uno de los políticos mas polémicos de Guerrero y del país. Aunque él señala que se retiró de la política el día que pidió licencia como gobernador, es claro que su imperio político sigue intacto. Criticado por los sectores sociales y campesinos que durante años han luchado por un cambio político en el estado y arropado por las cúpulas del poder que han gobernado desde su salida en marzo de 1996. Se dice favor de la legalización de la amapola y la mariguana para terminar con la violencia en el país. Señalado por la matanza de 17 campesinos en Aguas Blancas a la que refiere que “fue un lamentable error de la policía”. No Niega su amistad con el general Arturo Acosta Chaparro y defiende la “verdad histórica” del caso de la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, que sostiene que los jóvenes fueron quemados en un basurero de Cocula, hechos en los que no participó el Ejército, y donde a su punto de vista los normalistas no fueron llevados hacia Huitzuco de los Figueroa, bastión desde hace décadas de su familia.
Difícil convencerlos de que sus hijos están muertos
–¿Su opinión sobre el caso Ayotzinapa?
–El problema de Ayotzinapa, que lo han manejado ya mucho, que ya no hay mucho que decir, se debe primero indemnizar a los padres, primer tema; independientemente del tema de los muchachos, que bueno un padre nunca quiere convencerse que su hijo haya muerto, si a mí me pasara yo también estaría en la misma condición que ellos, eso es una cosa de un ser humano, te matan un hijo o desaparecen un hijo tu siempre vas a guardar la esperanza de que esté vivo, aunque la naturaleza de los delitos y todo te diga lo contrario. Pero independientemente de eso yo pienso que a los padres se les tiene que dar una indemnización por la muerte de sus hijos, que les permita tener una vida digna, una vida decorosa y que se equilibre un poco lo que sus hijos le pudieran haber dado a ellos cuando hubieran terminado y tenido su título de maestros y le hubieran ayudado a sus padres a tener una mejor vida. Eso es lo primero que haría yo.
Lo segundo era darle plena satisfacción a los padres, hasta que queden satisfechos de las investigaciones de donde quedaron sus hijos, creo que esa es una cosa también importante.
–El Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), da una línea de investigación que piden que se investigue a la policía de Huitzuco.
–Yo conozco ahí en Huitzuco, yo no dudo que haya habido alguna gente o alguien que haya participado, pero no fuimos en un área fundamental de este tema, yo lo dudo, digo, no pongo las manos al fuego por ninguno de los que estaban ahí, pero creo la acción no fue ahí, la acción fue fundamentalmente en Iguala. Quizá en alguna forma algunos policías pícaros o algo ahí la gente pudo haber actuado, no estoy ajeno a eso, pero no se desarrolló alguna cosa de que hayan matado ahí a los muchachos o mucho menos. El tema se desarrolló fundamentalmente en Iguala y de Iguala para delante (Cocula) pero ya yo creo que la acción no fue ahí, la acción fue fundamentalmente en Iguala; quizá haya habido un problema de policías deshonestos que hayan participado en esto, pero no fundamentalmente que se haya celebrado ahí.
–¿Qué participación tuvo el Ejército?
–El Ejercito ni siquiera participó, ahí lo han hecho de muy mala fe algunas gentes que les gusta crear este tipo de problemas, pero yo tengo la plena seguridad. porque sí lo sé que el Ejercito no participó en nada, cuando ya habían pasado todos los acontecimientos un grupo de soldados fue a estar en los hospitales a informarse qué había pasado y a dar vigilancia ahí, pero nunca participó el Ejercito en ese tema. Eso está escrito y así fue. Ahí participaron las autoridades civiles, la policía de Iguala, con todo lo que representa la policía de Cocula, son los que participaron en eso.
–La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) menciona de esa zona a un personaje clave con el apodo de El Patrón.
–Ahí le dicen patrón a todo mundo. Eso es un eslogan de los norteños delincuentes, “llámale al patrón fulano”, es un eslogan de la delincuencia, ahí no hay nadie. En mi pueblo fue muy poca la participación, es más, dentro de todo lo que se dice, dicen que por ahí paso un camión y que el camión se ocultó. Realmente yo no tuve conocimiento de nada de eso. Quizá haya habido algunos delincuentes ahí en eso pero yo no puedo meter las manos al fuego, pero no creo, ahí en mi pueblo no se desarrolló nada de eso, eso se desarrolló en el otro lado y está muy claro y muy investigado, yo creo que lo que hay que darle certeza a los padres de lo que pasó, o sea certeza plena para que queden satisfechos con eso.
Yo no creo que tengamos que traer a gente de ningún lado, yo creo que aquí lo podemos hacer y lo podemos hacer bien. Y ojalá se resuelva esto pronto para que esos 43 padres puedan tener la calma y haya paz en la solución del problema de sus hijos.
Para el ex gobernador de Guerrero, Figueroa Alcocer, el caso Ayotzinapa no tuvo que ver en la derrota del PRI, “perdió porque la gente está muy sensibilizada con los problemas de inseguridad, la inseguridad no es propia de Guerrero, la inseguridad está en el norte del país en forma brutalmente fuerte, ahora está en los estados del centro del país, estados que nunca tenían problemas ahora los tienen”.
–¿Se puede terminar con la inseguridad?
–Corregirlo no es fácil, porque uno tiene que cumplir la ley, no vas a llegar matando a la gente; en cambio el delincuente no respeta la ley, mata al que sea y el gobierno tiene que cumplir la ley, tiene que hacer las atenciones dentro del marco de la ley y si no están por encima de él, las gentes viendo a los derechos humanos, criticándote por cualquier cosa, no es tan fácil ese tema y menos si no tienes los recursos y los elementos que se requieren para luchar contra la delincuencia que es la que genera miles y miles de pesos a través de la venta de heroína, mariguana y cocaína.
Una de las opciones que apoya Figueroa para terminar con la violencia es la legalización de la siembra de amapola y mariguana, que “terminaría de tajo los problemas de violencia en el estado de Guerrero”.
–La legalización sería extraordinariamente importante, porque eso nos permitiría serenar las 25 mil hectáreas (sembradas) de amapola y marihuana, que son focos permanentes para generar la inseguridad que estamos viviendo en el estado; porque vienen los narcos que financian estas cosas, se pelean entre ellos y generan 10 mil problemas al pueblo de Guerrero.
La inseguridad fue una de las causas del triunfo de la izquierda, menciona Figueroa Alcocer, el descontento de la población ocasionó que Andrés Manuel López Obrador ganara de una forma “aplastante”.
“Yo creo que esta vez fue en forma aplastante la victoria de la izquierda porque la gente estaba molesta con los gobernantes por el tema fundamentalmente de la inseguridad en todo el país, si ustedes observan se perdió en todo el país, no solamente en Guerrero. Quizá nosotros (PRI) somos de los menos mal, tenemos 30 municipios, tenemos buena representación en el Congreso, hay lugares donde no se ganaron más que uno o dos municipios. Aún con la derrota que hubo no nos ha ido tan mal”.
Don Rubén, como le llaman sus allegados y cercanos a su vida política, confía en la Guardia Nacional como lo plantea el nuevo gobierno, “eso ocurre en España, actualmente el Ejercito hace esas funciones, se va a formar una Guardia Nacional, para que toda la fuerza de todos haga una gran policía que pueda ayudar a arreglar ese problema”.
Además esta de acuerdo en la Amnistía que se ha venido planteando en el nuevo gobierno, “que no será una amnistía generalizada” sino que “va a haber una amnistía para mucha gente que merezca reconsiderarles la situación en la que se encuentra”.
Con el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, reconoce que tiene muy buena relación y que “se dedica a su actividad, él hace su trabajo y cada quién tiene su grado de responsabilidad”.
“Trato de ayudar en lo que me pide, en lo que no me pide no intervengo”.
Rubén Figueroa Alcocer nació el 4 de diciembre de 1939 en Huitzuco de los Figueroa; estudió en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y a finales de los años 70 se convirtió por primera vez en diputado federal representando al Distrito Federal.
“Yo entré a través del transporte, de ahí me hice diputado en el Distrito Federal en el primer trienio del licenciado (José) López Portillo. Era Secretario General de la Alianza de Camioneros de la República Mexicana, entonces tenía la fuerza del transporte en el Distrito Federal, ahí me hice diputado la primara vez por el distrito XVII de la Ciudad de México”.
También fue Senador y presidente del PRI hasta que llegó a gobernador en el año de 1993, en una etapa de levantamientos armados, el nacimiento del PR) y su constante pugna con la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), que terminó con la matanza de 17 campesinos en el vado de Aguas Blancas el 28 de junio de 1995 y que fue el motivo de su licencia como gobernador del estado, aunque él señala que su salida fue por un “incidente político de otro orden” que no tenía nada que ver con Aguas Blancas.
–¿Aguas Blancas marcó su vida política?
–¡No! Yo resolví el problema de Aguas Blancas en un año, se acuerda qué pasó Aguas Blancas y en un mes yo regresé a mi gobierno y goberné un año sin ningún problema, después por un incidente político de otro orden yo me fui del gobierno, pero no tenía nada que ver con el tema de Aguas Blancas.
“En Aguas Blancas me absolvió la Corte, me absolvieron todas las autoridades habidas y por haber, por eso estoy en paz y los que tuvieron alguna responsabilidad en Aguas Blancas fueron sancionado con 20 años de cárcel, todos los policías, todos los funcionarios que estuvieron ahí pagaron con 20 años de cárcel. Después de 13 meses yo me fui pero por otro tema diferente que no tenía nada que ver”.
–¿Qué fue lo que pasó?
–Teníamos el cuidado de hacer previo a cualquier operativo un plano, un plano para que todo mundo supiera y firmara lo que iba hacer, nadie se dijera sorprendido de que si pasa algo mal no lo convenimos, entonces existía eso, fueron todos, subprocuradores, estaba el director de gobierno, el único que no fue fue el director de la policía que llegó tarde dos horas. Se justificó plenamente lo que había pasado, fue un lamentable error de la policía y ya. Se indemnizaron a todas las personas, se indemnizaron a los niños, se les dieron viviendas. Yo creo que cumplimos cabalmente con lo que la ley señala en estos casos. Pero yo no me fui por lo de Aguas Blancas, ni siquiera yo me fui, yo pedí licencia, seguí teniendo fuero y todos los seis años.
–¿No le pidió el Presidente que renunciará?
–No, nadie, me pidieron por una cosa circunstancial que no viene aquí al caso a tratar, pero que no tenía nada que ver con lo de Aguas Blancas, se sancionó a todos los que tuvieron responsabilidad. Lo de Aguas Blancas se resolvió cabalmente, totalmente, se indemnizaron a todo mundo, se sancionó a todos los que tuvieron responsabilidad, a todos se les sancionó con 20 años de prisión, a todos los que estuvieron ahí. No quedó nadie sin que se le sancionara su mal comportamiento en ese momento tan difícil. No lo manejaron bien, es la verdad, entonces cuando pasa eso tienes una sanción y así paso. Yo me fui después de 13 meses de esto, luego me fui por otro tema político fundamentalmente y no me fui, pedí licencia y me quede como gobernador con licencia.
–¿Su gobierno tuvo errores?
–Pues mire, todos tenemos errores y tenemos aciertos, pero hicimos 18 mil obras cosa que no han hecho muchos en tres años, hubiéramos hecho mucho más, pero el tiempo no lo quiso así y la política tiene circunstancias y pasan así y ni modo.
–¿Y en ese momento usted se retiro de la política?
–Yo había querido ser alguna vez en mi vida, mi carrera política si me hacia gobernador del estado, se acabó y se acabó y me fui a mi vida personal y ya.
–¿Pero sigue vigente?
–Bueno sigo vigente porque no hice nada incorrecto, cuando uno no hace nada incorrecto la gente lo sigue a uno respetando, aparte yo lo que tuve tengo, lo que declaré en mi declaraciones de bienes es lo que tuve hasta después que me fui, no me encontraron a mí nada más que eso. Me fui muy satisfecho y muy contento, hice 18 mil obras y trate de hacer mi mejor esfuerzo, llegó el licenciado (Ángel) Aguirre y terminó mi gobierno muy bien también, yo no tengo queja de esa etapa de mi vida.
–¿De los campesinos de estas organizaciones usted cree que hayan tenido relación con la guerrilla o algún grupo armado?
–No, yo creo que no. Yo creo que fue delincuencia pura. Ya eso de la guerrilla esta aquí en Guerrero muy superado, habrá uno que otro pequeño grupito por ahí, pero no veo nada trascendente e importante como hubo en otras épocas, esto fue delincuencia pura y errores de la administración de la presidencia municipal y errores de la autoridades policiacas de ahí y esas cosas cuestan.
Rubén Figueroa Alcocer dejó el poder en marzo del 1996, ese mismo año en el primer aniversario luctuoso en Aguas Blancas surgió el Ejercito Popular Revolucionario (EPR) y con ello regresó la militarización del estado Guerrero.
La amistad con Acosta Chaparro
El ex gobernador Figueroa Alcocer no titubea en ninguna respuesta, todas las contesta sereno, seguro de lo que va hablar y sin ningún arrepentimiento de los sucesos pasados, se dice amigo de los ex presidentes Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, “no tengo ningún problema con nadie” y señala que nunca le afectó la amistad con el general Arturo Acosta Chaparro, hombre cercano a su padre y por el cual pesan varias denuncias de familiares de desaparecidos en la llamada Guerra Sucia.
–¿En algún momento le afectó su amistad con Acosta Chaparro?
–¡No, Nunca!
–¿La denuncias que hacían organizaciones?
–Las denuncias que se hacían era porque les gustaba escribir por gusto, porque tenían conocimiento, porque era su opinión, pero a mí nunca me afectó en nada, fue mi amigo toda su vida, su vida política, desde la época de mi papá hasta que murió, después de que salí del gobierno nos veíamos cada tercer día, teníamos una excelente relación.
–¿Nunca supo por qué lo mataron?
–Nunca supe yo la verdad, no me tocó intervenir, era una cosa del Ejercito, el Ejercito lo vio, no es una cosa que podamos ver la gentes civiles, pero me dolió mucho porque era un excelente amigo mío.
–¿Otra muerte que le haya dolido igual?
–Bueno muchos amigos que se han muerto, todos los que se mueren te da, pero yo creo ese como colaborador cercano de mi papá fundamentalmente no mío, fue un buen hombre, luchó mucho por las cosas no de aquí de Guerrero, sino de todo el país, las cosas policiacas de aquella época, hubo una época muy convulsa en esa etapa, muchas organizaciones delincuenciales en ese tiempo, pero siempre fue mi amigo y llevamos una buena relación.
El secuestro de su padre
El 30 de mayo de 1974 la Brigada Campesina de Ajusticiamiento del Partido de los Pobres, que encabezaba Lucio Cabañas Barrientos, secuestró a su padre Rubén Figueroa Figueroa, en ese momento senador y precandidato del PRI a la gubernatura de Guerrero. Rubén Figueroa Alcocer tenía 35 años y fue al que le tocó resolver “todo eso junto con el presidente (Luis) Echeverría”.
–¿Participó en la liberación de su padre?
–Yo participé todas las semanas en lo de mi papá, yo estuve al frente de eso hasta que se recuperó a mi papá. Fue una etapa interesante, muy delicada, muy dolorosa y muy tensa. Pero que afortunadamente salió bien.
–¿Se pagó un rescate?
-Se pagó un rescate que fue público, pero se recuperó todo el dinero. Y después se trabajó en forma muy importante en el estado. En esa época mi papá hizo una gran cantidad de obras en todo el estado de Guerrero, se transformó prácticamente toda la infraestructura del estado, en fin yo estoy muy contento.
–¿Todavía hay rencores?
–No, una cosa muy pequeña, eso fue hace 25 años o 30 años.
–¿Ustedes perdonaron?
–Mi papá incluso ayudó a que muchos muchachos que estaban detenidos salieran del campo y de muchos lugares, y los incorporó incluso al trabajo de su gobierno y no pasó mayor cosa. Si tuvieran las gentes recuerdos malos tuyos no creas que no te lo cobran. No, mi papá fue un hombre que trabajo siempre con limpieza por las cosas y lo que pasó, bueno pasó porque no le cumplieron, porque era un movimiento que tenía sus razones, cada quien tenía sus razones, entonces afortunadamente se arregló bien y se terminó bien.
–¿No ha tenido algún temor de los grupos que quedan?
–No yo nunca he tenido problema con nadie, yo procuro ser cuidadoso y respetuoso con todos, desde el más importante hasta el más modesto, te manejas así en la vida y no tienes problemas con nadie, yo creo que es una buena forma filosófica de vivir, respetar a todos y ser amigo de todos, yo trato de serlo así.
El 8 de septiembre de 1974 Rubén Figueroa Figueroa fue liberado por las tropas del Ejército Mexicano. Tres meses después, el 2 de diciembre, Lució Cabañas Barrientos cayó en combate en la Sierra de Tecpan de Galeana. La Comisión de la Verdad en sus investigaciones señala que en octubre del 74 desparecieron 48 personas sin que hasta hoy nadie conozca su paradero.
Actualmente el ex gobernador vive en el estado de Veracruz, donde se dedica a la producción de maíz, al final dice que no cambiaría nada de su vida, “porque la circunstancia del hombre te la da tu vida, la vida, si no lo puedes planear tú, si la planearas sería muy bonito, vienen las circunstancias que no están en tus manos y pues esas son tal y cual como ocurren y uno tiene que enfrentarlas bien y estar satisfecho con lo que uno hizo, yo estoy muy satisfecho con lo que hice, estoy muy contento y todo mundo en todos lados me respeta y me tratan bien, porque yo nunca afecté a nadie de mala fe o quise hacer cosas incorrectas, siempre traté de servir con mi mayor emoción a Guerrero y lo hice muchos años”.