Chilpancingo, Guerrero, 7 de diciembre de 2020. En la presentación del informe número 26: Como una noche sin estrellas, del Centro de Derechos Humanos de la Montaña, (Tlachinollan), de manera virtual, su director, Abel Barrera Hernández, planteó que en Guerrero se ve una delincuencia “empoderada” y una autoridad sometida, en donde están en riesgo defensores y periodistas.
Frente a lo que se vive en Guerrero “caminamos en la oscuridad ante la ausencia de las autoridades y en medio de la pandemia”, definió Barrera Hernández.
En el documento de 396 páginas, se cuentan historias que van desde los migrantes que regresaron en urnas de Estados Unidos con poca ayuda del gobierno, víctimas del Covid-19; la desaparición y asesinato del activista Arnulfo Cerón Soriano que sigue impune; los muertos y desaparecidos por conflictos agrarios en zonas indígenas; la violencia de género que se agravó con el confinamiento por la pandemia; y el caso Ayotzinapa, en el que el abogado Vidulfo Rosales Sierra señaló que sigue habiendo obstáculos, falta de información de las autoridades, y reticencias para investigar y llevar a juicio a militares.
De Amnistía Internacional (AI), Tania Reneaum, opinó que el informe es una radiografía amplia de lo que pasa en algunos territorios de México. “¿y dónde está el Estado, que no investiga adecuadamente un feminicidio, que no busca a un desaparecido, que no investiga un delito?”, expresó.
Por su parte, de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, Jesús Peña Palacios, planteó que revela un Guerrero donde los asesinatos, como el de Cerón Soriano, son sólo la punta más visible, pero llevan aparejadas otras formas de amenazas, represión e impunidad.
Por su parte el periodista de La Jornada, Luis Hernández, definió: “Lo que Tlachinollan nos recuerda en su informe es que cientos de campesinos, indígenas, colonos, familiares de desaparecidos, no cuentan con estrellas en el cielo que les ayuden a guiarlos”.
Texto: Zacarías Cervantes / Fotograma tomado de Facebook
