Texto: EFE / Foto y video: (@nijuanda.futsal) Facebook
En este lugar nació hace nueve años el Club Deportivo la Real Escuela por iniciativa del exfutbolista Jhon Montenegro, del club La Equidad, y de su esposa Carolina Velázquez, una trabajadora social comprometida con cambiar por medio del deporte la realidad de los niños pobres y sus familias.
“Se veía que los niños eran transportadores de droga (…) Nos comprometimos con alejarlos de esa realidad”, contó a Efe Velázquez.
Según la pareja, lo que antes era territorio de ocio y delincuencia hoy es un espacio para el deporte y la integración familiar, pues los delincuentes saben que no deben ir cuando la Real Escuela esté entrenando “porque ahí hay un proceso con la infancia”, agregó Velázquez.
La formación que los niños reciben incluye desde entrenamiento deportivo hasta el seguimiento de su desempeño académico y familiar.
Pero eso no es ningún problema para los menores porque para ellos este sigue siendo “uno de los mejores sitios para divertirse y entretenerse en vez de estar haciendo cosas malas”, según dice uno de los estudiantes más pequeños de la Real Escuela.
Cada uno de ellos está obligado a asistir a los entrenamientos junto a alguno de sus padres como una estrategia para integrar a las familias en el proceso ya que detrás de cada una de ellas “hay una historia y una realidad social” que debe ser enriquecida por el deporte, afirma Velázquez.
La idea de estos dos soñadores es “enseñarles y formales para la vida”, porque sin una formación integral “nunca van a salir de la calle”, manifestó a Efe Montenegro, un personaje obsesionado con la disciplina.
Es por eso que, aparte de enseñarles futbol, aquellos estudiantes mayores de quince años están obligados a realizar cursos cortos con certificación en contabilidad, archivo o finanzas, dictados por la Universidad San Martín gracias a una alianza recientemente lograda por la academia.
Los logros deportivos de la Real Escuela no han sido pocos y este club, el más viejo de la populosa barriada de San Cristóbal, cuenta hoy con 120 niños en formación y es el único del sector que ha logrado llegar a la Liga Argos, máxima competición de futsal en Colombia.
El proyecto cuenta también con ocho equipos de futbol masculinos y uno femenino, entre ellos el sub 20, equipo desde el que buscan proyectar futbolistas profesionales e inspirar a los más pequeños para continuar con el proceso.
Con esa ilusión de llegar a ser grandes jugadores, niños y niñas asisten de jueves a domingo a la cita con su entrenador, a veces en el Parque Pinares y otras en el recientemente renovado parque zonal de La Victoria, que hoy tiene dos canchas sintéticas.
“La Victoria es un parque en San Cristóbal en el que tocó poner trincheras porque les disparaban a los vigilantes ya que ahí (los delincuentes) vendían droga. No querían que hiciéramos el parque”, dijo a Efe el director del Instituto Distrital de Recreación y Deporte, Orlando Molano.
Hoy la realidad es muy diferente y la Real Escuela ha encontrado en este parque el escenario adecuado para construir jugadores y competir pues antes “La Victoria era muy diferente” y los niños “tenían el talento, pero no dónde jugar”, precisó Montenegro.
El mensaje del exfutbolista es claro: sea en el futbol o en cualquier otro camino que escojan sus pupilos, “el camino al éxito siempre va a ser con disciplina” y el estudio siempre será “la primera opción”.