17 noviembre,2017 6:56 am

En memoria de Rufino Domínguez, defensor de indígenas

Margarita Warnholtz.

El sábado pasado, 11 de noviembre, murió Rufino Domínguez Santos. Tenía apenas 53 años y lo venció un cáncer contra el cual luchó durante poco más de un año. Rufino era mixteco, originario de la comunidad de San Miguel Cuevas, municipio de Juxtlahuaca, Oaxaca.

Desde que comencé a trabajar en prensa (en 2006 con la plana semanal Conexión Indígena en Excélsior) Rufino me asesoraba en todo lo relacionado con los migrantes indígenas y escribió algunos artículos tanto en el espacio mencionado que tuvimos por unos meses, como en el suplemento Mundo Indígena que se publicó durante cuatro años en el periódico Milenio. De este último fue miembro del consejo editorial desde el segundo número. En 2008 me invitó a la asamblea del Frente Indígena de Organizaciones Binacionales (FIOB), en la que presentó su informe final como coordinador que fue de dicha organización. Me llamó la atención particularmente el aprecio y cariño que le manifestaba la gente, lo despidieron con agradecimiento y con gritos de ¡Viva Rufino!

Rufino inició su lucha en defensa de los pueblos indígenas desde 1979, cuando lideró un movimiento contra los caciques locales en su comunidad. Después migró al norte del país a trabajar como jornalero agrícola y continuó su labor a favor de los pueblos indígenas, particularmente de los jornaleros migrantes y sus familias. De allí cruzó la frontera y se estableció en California, Estados Unidos, donde creó la Organización del Pueblo Explotado y Oprimido para defender los derechos de los trabajadores indígenas de aquel lado de la frontera.

En 1991 fundó, junto con otros luchadores oaxaqueños, el Frente Mixteco-Zapoteco Binacional, que después se convertiría en el FIOB. Su labor lo llevó a recibir varios reconocimientos, como el premio Leadership for a Changing World, otorgado por diversas instituciones estadunidenses. Rufino creó además el Centro Binacional para el Desarrollo Indígena Oaxaqueño (CBDIO) organismo a través del cual se consiguen recursos para diversos proyectos del FIOB en apoyo a los migrantes.

Vivió por muchos años en Fresno, California, pero viajaba frecuentemente a Juxtlahuaca y a Baja California a atender asuntos del FIOB. En 2010 aceptó el cargo de director del  Instituto Oaxaqueño de Atención al Migrante, que le ofreciera el entonces gobernador de Oaxaca Gabino Cué. Desde ese puesto continuó apoyando a los indígenas hasta que renunció después de los hechos de represión que se dieron en Nochixtlán en junio de 2016.

Fue asiduo promotor del voto de los migrantes, tanto para que votaran en las elecciones mexicanas desde Estados Unidos, como para que ejercieran su derecho al voto dentro del mismo país vecino. Apoyó la campaña de Obama y peleó contra las políticas racistas y antiinmigrantes de Trump hasta el final de sus días.

Rufino era una persona sencilla, solidaria, amable y siempre pendiente de los demás. Sería interminable mencionar toda su trayectoria y su trabajo diario, continuo y permanente por la defensa de los derechos de los pueblos indígenas. Lo cierto es que ahora que se fue nos va a hacer mucha falta.

Aquí  http://radiobilingue.org/wp-content/uploads/2017/11/Rufino-Dominguez-Santos.mp3  hay una entrevista que le hicieron sus hijos poco antes de que falleciera.