27 octubre,2017 7:08 am

Entregan Omara Portuondo y El Cigala, como madre e hijo, un emocionante concierto en el Metropólitan

Ciudad de México, 26 de octubre de 2017. Quién iba a decir que el son y el flamenco se iban a enamorar.

La inusual relación, a decir de la legendaria cantante cubana Omara Portuondo, superviviente del Buena Vista Social Club, tiene una explicación: ella y el cantaor español Diego El Cigala, por más que hayan tenido caminos distintos, son almas gemelas.

Así lo demostraron ambos artistas la intensa y emocional noche del miércoles en un concierto en conjunto en el Teatro Metropólitan.

Hubo rumba, flamenco, son y bolero, que contagiaron a 3 mil 55 personas. Ella nació en La Habana hace 86 años. Él, madrileño, con 48, podría ser su hijo. Pero son puro sabor juntos en el escenario.

Si te contara, Lágrimas negras y Silencio, entre otras, con gente fuera de sus asientos, coreando y bailando, lo dejaron claro.

La velada, en la que el público maduro fue la norma, se alternó en números instrumentales, temas que El Cigala y Portuondo interpretaron como solistas y a dueto.

Diego es un apasionado de la música del Caribe, no por nada hizo de República Dominicana su lugar de residencia. En 2003 lanzó Lágrimas negras, un disco al lado del mítico músico cubano Bebo Valdés, gracias al cual conoció a Portuondo.

En 2015 pisaron por primera vez juntos un escenario, el Hollywood Bowl, y al siguiente ya hacían una gira juntos.

El cantaor, con Te quiero, te quiero y Amar y vivir fue el primero en aparecer. Con su voz desgarrada y seductora en plenitud, con su alma gitana, se echó a la audiencia de inmediato.

La veterana intérprete salió después, a paso lento, llevada del brazo por un chaperón. Cantó Lo que me queda por vivir y Y tal vez.

Prefería estar sentada. Varias veces se vio traicionada por la memoria en las letras y acudía al acordeón en su atril.

Pero, en ciertos momentos, se llenaba de energía, se ponía de pie, sacudía las caderas y elevaba su voz hasta notas que sacaban al público de sus asientos. Todo un show.

El mote La novia del feeling le sigue haciendo justicia.  La magia, si bien estuvo presente durante toda la velada, arreció al final. Y no podía ser para menos. Bésame mucho y Dos gardenias, en las gargantas de estos dos cantantes, serán instantes que el público recordará por mucho tiempo.

Nota: Mario Abner Colina- Reforma/ Foto: @OmaraPortuondo (Twitter).