24 octubre,2021 8:50 am

Está Jaime Lozano en camino a Broadway

 

Ciudad de México, 23 de octubre de 2021.-

Algo que Jaime Lozano nunca soñó, fue dirigir en Times Square el espectáculo ¡Viva Broadway! Hear our voices, que este agosto del 2021 fue presencial y se celebró desde el corazón de Nueva York para abrir al fin los grandes teatros, tras casi dos años de pandemia.

“Tú ves en Times Square, en Año Nuevo, a los artistas más importantes del mundo, y luego me invitan a dirigir y presentarme donde han estado estos grandes artistas en un concierto para dar la bienvenida a Broadway, ¡pero yo nunca he estado en Broadway!”.

Cuál fue su sorpresa, cuenta, que había miles de personas que se empezaron a congregar para ver el espectáculo a su cargo, él que, asegura, aún no habla del todo inglés, y ver cómo Broadway le abría los brazos al invitarlo como director musical de aquella presentación.

“Es de esos sueños que nunca soñaste, pero creo que pararte ahí, en aquel lugar tan icónico, supera cualquier aspiración”.

Nacido en Monterrey el 2 de diciembre de 1979, Jaime ha trabajado por años en la Gran Manzana presentando obras musicales en Off-Broadway, recintos que cuentan con un aforo y presupuesto menores al de los grandes musicales. Pero, hacia allá va.

Aunque su nombre aún no figura en los programas de mano de las grandes obras, ha participado en espacios célebres, como el Minskoff Theatre, donde colaboró con una pieza suya para un concierto especial. Él no olvida ese momento.

“Estaba yo dirigiendo a los músicos y a los actores desde la misma fosa donde se pone el director de El Rey León, cuenta, entusiasmado. “Son cosas que te marcan y que nunca pensaste que te sucederían, pero que ahí están”.

Cuando estaba en ese lugar, confiesa, se recordó en los “survival jobs”, trabajando en un Starbucks o en alguna librería, luchando por ganar algún dinero y permanecer lo más posible en la meca de las marquesinas y los grandes espectáculos.

“Hasta trabajé vendiendo tickets de Broadway en la calle, hablando como podía el idioma que no domino, pero estando en el lugar donde quería estar”, evoca. “Mi idea era, y es, no rendirme, ser congruente con mis objetivos”.

Y, por esto, no hay duda de que Jaime va con paso firme hacia Broadway.

 

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Este hombre de cabello largo, gafas y permanente sonrisa, cuenta algo curioso de su biografía: de muy joven no tuvo un acercamiento formal con el arte, ni siquiera interés, de ahí que sea insólita su aventura en los escenarios. Incluso ni le atraían películas como Jesucristo Superestrella, musical, que solían pasar en canales locales.

“Es una paradoja, no lo puedo negar”, sonríe.

Mayor de los dos hijos de José María Lozano González y María del Rosario Reyes Flores, Jaime creció en la Colonia Pío X sin vocación establecida: “Soy una persona que decide las cosas así, al trancazo, que si me gusta algo no lo pienso mucho”.

Por eso, inicialmente eligió Criminología como carrera, pero ya aceptado en 1996 decidió tomarse un año sabático para repensar su destino y trabajar, mientras tanto, en un taller de torno de la familia.

Comenta Jaime: “Ahí es como que me empiezo a conocer un poco más y me doy cuenta de que quería estar en el ámbito artístico”.

Pero, ¿qué llevó a Jaime a virar de esa manera y dirigir sus pasos al arte? Nunca fue su sueño Broadway en la adolescencia, ni siquiera dejar Monterrey.

“Creo que hubo un momento en que quise iniciar de cero: fui un niño bulleado, silencioso, que ni siquiera me subía al transporte escolar para que no vieran mi colonia feíta, por lo que me iba caminando del Regiomontano Chepevera a la Pío X, cruzando el Río Santa Catarina.

“Así, yo, que mi único acercamiento a la música fue en un coro de la iglesia durante mi prepa, concluí después que la forma más fácil para comunicarme, para decir lo que sentía, mis historias, era la música”.

Eligió entonces la licenciatura en Música y Composición de la UANL, que lo llevaría años después a la maestría en Composición de Teatro Musical y Ópera en la Tisch School of the Arts, en Nueva York, a la que logró ingresar con beca completa.

El teatrista Javier Serna apunta la trascendencia en la formación de Jaime.

“Aquí Jaime tuvo que empezar ‘casi’ todo desde cero. Monterrey, especialmente tratándose de un género como ‘los musicales’, no es parte de esa tradición”, comenta.

“Recuerdo cómo hace años Jaime y yo hablábamos con Dan Sanford, el jefe de admisiones de la Tisch School of de Arts, para ser aceptado y hacer sus estudios en la Universidad de Nueva York. Hoy todo aquello se ha concretado en la consolidación de una carrera consistente y en proceso”.

Jaime comenta que no fue fácil su inicio en Estados Unidos.

“Sabía leer inglés 60, 70 por ciento, pero entendía en las clases el 10, 15 por ciento”, cuenta. “Fue un dolor de cabeza, pero hubo maestros que me ayudaron y no me veían mal.

“Tampoco sufrí discriminación, y sí comprobé que había encontrado el idioma universal, y era el de la música, que me permitió compartir las historias que no podía contar en la vida diaria”.

Jaime fue muy feliz en aquellos estudios que, pese a la beca, no incluían manutención, por lo que dependió del apoyo de familiares, compañeros y de su madre, quien le pasaba rigurosamente alguna cantidad, aunque inevitablemente pasó días de sacrificio: “Me acostaba para que se me olvidara el hambre”, revela.

Jaime recuerda con afecto a su madre, quien creyó en él y le apoyó cuanto pudo, de ahí que la época más difícil en Nueva York haya sido la muerte de la mujer por un derrame cerebral en el 2008.

“Fue el peor momento”, afirma el artista, quien logró concluir su maestría, cuya tesis fue adaptar a musical una de las obras teatrales emblemáticas del escritor Hernán Galindo y que tanto le impactó cuando la conoció: “Los niños de sal”.

Cuenta el dramaturgo: “Jaime Lozano es un guerrero, cuya espada es la música; con ella abre caminos y fronteras, convoca a las voces latinas y con su talento e imaginación las lleva por escenarios desde íntimos hasta enormes.

“Nuestro compositor es el referente de Nuevo León en Nueva York. La impronta de ‘Children of salt’ provocó influencia en múltiples carreras”, comenta Hernán sobre Jaime y su musical, seleccionado para el New York Musical Festival, el evento más importante del mundo en su género.

Una de esas carreras en la que Jaime influyó fue en la del también regio Mauricio Martínez, quien ha trascendido en Broadway y que considera al director y compositor como “un amigo, hermano, paño de lágrimas y su terapeuta”.

“Él me dio una gran oportunidad hace cinco años para mi debut Off-Broadway en ‘Children of salt’, y gracias a eso me llamaron para una audición en ‘On your feet!’, donde interpreté a Emilio Stefan.

“Cada que voy a Nueva York él me hospeda, me ayuda: siempre que me mandan materiales, me enseña las melodías. Es mi maestro más paciente, mi mejor amigo y mi familia en esa ciudad”, afirma sobre Jaime, quien participó como orquestador en la película In the heights, de reciente estreno y primer musical que le impactó en su vida.

Dice Jaime, risueño: “Mi primer Hollywood credit; ahí está mi nombre al final”.

 

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Tlatelolco, Lightning strikes twice, The yellow brick road, A never-ending line, Present perfect y Savage, son obras que ha compuesto por completo o en las que ha participado con su música. Muchas se han presentado no sólo en Nueva York, sino en varias partes, incluido Monterrey.

Aparte de su tía, la directora de la Pinacoteca Nuevo León, Elvira Lozano de Todd, quien le ha apoyado de manera personal a lo largo de su carrera, uno de los amigos a quien le ha interesado difundir su trabajo es Celso José Garza, Secretario de Extensión y Cultura de la UANL.

“Perseverancia. Ese es el signo de Jaime Lozano. Y talento, trabajo y disciplina en más de 20 años que le han permitido construir una trayectoria en ascenso desde las aulas universitarias hasta Nueva York, haciendo del teatro musical una expresión artística y social que nos puede ser propia también”, comenta sobre el reciente Premio a las Artes de la UANL.

De hecho, un regalo para su Ciudad es “Carta de amor a Monterrey”, que presentará hoy en la Explanada de los Héroes dentro del Festival Internacional Santa Lucía.

Ahí, acompañado por una pléyade de estrellas, muchas de Broadway, Jaime le dirá a su ciudad natal lo que representa para él.

 

 

“Todo lo que he vivido a lo largo de los años y que no planeé me ha permitido contar historias sobre mí, sobre mis paisanos, gente que viene de distintos países para estar en Estados Unidos y enfrentar el reto de otro idioma, adaptarse y ser uno mismo, no perder la esencia.

“Por eso vuelvo para retribuir un poco de lo que he cosechado”.

Jaime no ha hecho esto solo. En los últimos años lo ha acompañado su esposa, Florencia Cuenca, con quien tiene a Alonzo, de 5 años. El artista tiene también a Ely Aimé Lozano González, de 16 años, hija mayor de una anterior relación.

“Hablar de Jaime y separar la persona del artista, es imposible”, comparte Florencia, también actriz y cantante. “El arte de Jaime refleja la persona que es. Día a día esforzándose por ser la mejor versión de sí mismo, sea como padre, esposo o artista, creando comunidad y colaboración a donde quiera que va, compitiendo consigo y no con los demás, logrando sus objetivos, ayudando a quien pueda en el camino.

“Poco a poco los frutos de lo que ha sembrado están llegando: espero que siga así y la vida le recompense tanto esfuerzo y dedicación”.

Por su parte, Mauricio, estrella de la Gran Manzana, añade sobre su amigo: “Me enorgullecen sus logros, pero sé que sólo es el inicio. Le esperan grandes cosas: Jaime es uno de los mejores compositores de teatro musical en la historia, le espera un gran futuro y, cuando digo su nombre, me lleno de orgullo porque es un gran ser humano y lo adoro con todo mi ser”.

Jaime dice tener muchas historias que contar, ya sea cuando llegue de manera formal a Broadway, que no tarda en lograrlo, así como en otros recintos.

“Soy muy yo, muy alocado, muy apasionado”, se define, “y creo que eso me impulsa a seguir luchando porque lo único que deseo es cambiar vidas con mis musicales, pero esto lo logras sólo a través del corazón.

“Me encanta cuando me dicen: ‘Gracias a tu canción decidí salirme de casa para conocerme a mí mismo, para estudiar, para atreverme a ser’. Eso no lo pagas con nada”.

El artista repite aquello, convencido, tocándose la zona izquierda del pecho: “Sólo a través del corazón”.?Texto y foto: Agencia Reforma.