El realizador murió de cáncer a los 80 años. En su filmografía destacan “Batman eternamente”, “Los muchachos perdidos”, “Línea mortal”, “Un día de furia”, “8 milímetros” y “El fantasma de la ópera”
Ciudad de México, 23 de junio de 2020. El cineasta estadunidense Joel Schumacher (Nueva York, 1939), artesano de Hollywood y retratista de la juventud en los 80 y 90, falleció a los 80 años por cáncer.
Se le recuerda por polémicas cintas como Batman eternamente (1995) y Batman y Robin (1997), pero principalmente por títulos como como El primer año del resto de nuestras vidas (1985), Los muchachos perdidos (1987), Línea mortal (1990), Un día de furia (1993), 8 milímetros (1999) y El fantasma de la ópera (2004).
Kiefer Sutherland, quien fue uno de sus actores fetiche, lamentó su partida.
“Su gozo, espíritu y talento vivirán en mi corazón y mis recuerdos por el resto de mi existencia. Joel me dio oportunidades y lecciones de vida”, dijo el histrión, quien hizo con él Los muchachos perdidos, Línea mortal, Tiempo para matar (1996), Enlace mortal (2003) y Número 23: La revelación (2007).
Particularmente importantes en la filmografía del realizador neoyorquino son las dos primeras, una cinta vampírica con tono de comedia y otra de terror, que se convirtieron en títulos de culto.
Antes que como cineasta, Schumacher se hizo de nombre el la industria al laborar como diseñador de vestuario para Woody Allen en El dormilón (1973) e Interiors (1978).
Su primer éxito como realizador llegó con El primer año del resto de nuestras vidas, con jóvenes que empezaban sus carreras como Rob Lowe, Emilio Estévez y Demi Moore.
“Joel era hilarante y tenía un extraordinario gusto. Las imágenes de sus películas son postales de su era”, dijo Lowe a Variety tras enterarse de la muerte de Schumacher.
Presentó en el Festival de Cannes la que posiblemente sea su cinta más aplaudida: Un día de furia, en la que Michael Douglas interpreta a un abogado que da rienda suelta a todo su enojo acumulado.
Para sus proyectos sobre Batman, dio la capa, primero, a Val Kilmer, y después a George Clooney.
Ambas películas fueron éxitos taquilleros, pero vapuleadas por la crítica.
Emmy Rossum, quien estelarizó su adaptación de El fantasma de la ópera, externó su tristeza por su deceso.
“Fue pura fuerza. Era único en lo que hacía. Creativo, intenso, pasional”, describió en Twitter.
Su último trabajo tras las cámaras fue dirigiendo dos episodios de la serie House of Cards (2013-2018), de Netflix.
Texto: Staff / Agencia Reforma / Foto: Internet
