25 enero,2023 9:49 am

Fallece el diseñador gráfico Gonzalo Tasier, el maestro del trazo que formó parte de la identidad visual en México

El pionero murió a los 81 años. Creó los logotipos de marcas e instituciones con los que generaciones de mexicanos crecieron, como el de la mascota del Tri Aguigol, Pemex, Correos de México, Del Fuerte, Cementos Apasco y muchos otros

Ciudad de México, 25 de enero de 2023. Aunque muchos no lo sepan todavía, resulta muy improbable encontrar a un mexicano que pueda afirmar, con verdad, que jamás ha estado en contacto con una obra del diseñador gráfico Gonzalo Tassier.

Ahí está, siempre a la vista, con el trazo juguetón y el humor inteligente, a la hora de cargar gasolina, al abrir una lata de puré de tomate, al recibir correspondencia, al hacer fila para un trámite en una oficina de gobierno, o al sacar del armario la camiseta favorita de la Selección Mexicana de Futbol.

Nació en la Ciudad de México en 1941, donde también falleció, el lunes a los 81 años. La causa del deceso no se dio a conocer. Tassier dejó tras de sí un legado gráfico que todavía prospera en la publicidad, en la comunicación institucional de varias dependencias gubernamentales y en el ámbito editorial.

“Ha influido en la visualidad de México”, señala Ana Elena Mallet, historiadora y curadora de arte y diseño. “Muchos de los logotipos que hizo Tassier, crecimos con ellos; esa visualidad entre institucional y corporativa la diseñó Tassier”.

El logotipo de Pemex, la imagen de la marca Del Fuerte y de Correos de México, las campañas audiovisuales del IMSS y el bienquerido y añorado Aguigol, la mascota del Tri que debutó en 1994, son sólo algunos de sus trabajos más emblemáticos.

Tassier se formó como arquitecto en la UNAM, pero pronto se decantó por la que, en su momento, era todavía una disciplina en vías de reconocimiento.

“Gonzalo fue uno de esos pioneros del diseño gráfico y la publicidad cuando, realmente, diseño gráfico y publicidad se empezaron a entender no como disciplinas simbióticas, sino que se nutrían la una a la otra”, contextualiza Mallet.

Apenas en noviembre del año pasado, Tassier recibió el Premio Diseña México a la trayectoria profesional, otorgado en colaboración con la oficina de la Unesco en el país, como un homenaje por abrir brecha en su campo.

“Gonzalo ocupa un lugar entre los pioneros del diseño en nuestro país, junto con Rafael López Castro, un lugar como lo tuvo el propio Vicente Rojo”, explica el diseñador Julio Frías, presidente del comité organizador del premio.

“Mi generación, los que estamos terminando los 50, a inicios de los 60 años, les debemos mucho a todos ellos porque ellos fueron abriendo brecha a todos nosotros cuando la profesión del diseño no era conocida, o se veía más como un oficio que como una disciplina”, abunda.

De acuerdo con Ana Elena Mallet, Gonzalo Tassier perteneció a una generación formada en la empresa Design Center, un semillero para quienes se volverían los pilares de esta profesión en México.

Para 1995, cuando abrió su propio despacho, Retorno Tassier, su trazo reconocible siguió extendiéndose por todas las áreas del diseño.

“Su estilo reflejaba la forma de ser de Gonzalo. Él tenía un gran sentido del humor y era muy creativo, jugaba con las palabras, jugaba con las imágenes, siempre estaba buscando detonar cuestiones creativas e innovadoras”, pondera Frías.

Tendiente hacia la caricatura, el estilo de Tassier lo mostraba de cuerpo entero, tanto en su humor, como en su interés de acercarse al gran público.

“Tenía un gran sentido del humor, era un gran contador de historias y su trazo refleja eso, un estupendo sentido del humor y estas historias que le gustaba contar, de los ‘monos’, como él decía, de la caricatura, tratar de hacer esta visualidad corporativa accesible a los usuarios y que se identificaran con algo empático, cercano”, aquilata Mallet.

En una entrevista con Reforma en 2008, Tassier señalaba una de las cosas que más disfrutaba de su labor: “Desdibujar”; es decir, extraer la esencia de las cosas.

“También disfruto, por ejemplo, de usar los ‘no colores’, los que no existen, los que (para nombrarlos) tenemos que decir ‘son como beigecito’, ‘es como azulito’, y me quité de los colores que se puede llamar azul, rojo o verde”, expuso entonces.

Un conjunto de técnicas y preferencias muy personales que, sin embargo, el diseñador jamás guardó celosamente.

Un profesor generoso

Amigo cercano durante más de 60 años, el coleccionista y filántropo Bruno Newman solía hacerle una broma a Gonzalo Tassier cuando esperaba de él algún diseño.

“Lo molestábamos, porque le decíamos, ‘tienes que tener este logo para mañana a las cuatro, claro, siempre y cuando no venga una monjita a pedirte una ayuda, o siempre y cuando no llegue un alumno a que le corrijas un trabajo, o siempre y cuando no se te ocurra  ayudar a otro a acabar su tarea’”, bromeaba.

Y es que la generosidad de Tassier, un querido profesor de diseño en la Universidad Iberoamericana, conocía pocos límites.

“Su legado principal fue con los jóvenes, estar siempre dispuesto a ayudar”, reconoce Newman.

Sus alumnos, siempre conscientes de cómo se desvivía por ellos, fueron quienes se organizaron para promover su candidatura para la medalla Sir Misha Black, que le fue entregada en Londres en el 2008, y que está reservada para la excelencia académica en el diseño.

Sobre esta distinción, de la que nunca se vanagloriaba, solía limitarse a decir que a él dibujar le salía tan fácil que “no se valía.

“Y si eso es un don, yo sé que debo devolverlo”, zanjaba al respecto.

Este don fue devuelto con creces a numerosas generaciones de alumnos que, con su ejemplo, continúan su legado de crear un diseño gráfico cercano a la gente, nunca exento de humor.

Para Newman, quien fundó junto a él la editorial especializada en diseño y comunicación La Gunilla Editores, la generosidad y talento de Tassier iban siempre de la mano.

“Era una gente extremadamente generosa, talentosa, y de veras conocerlo era quererlo”, declara, con cariño.

Alista el MODO homenaje

Entre los más de 150 mil artículos que conforman el acervo del Museo del Objeto del Objeto (MODO), hay una colección muy significativa: los 20 mil lápices que pertenecieron al diseñador Gonzalo Tassier.

“Él también diseñó el logotipo original del MODO, unos años después le hicimos algún retoque, y él donó su colección de lápices que habíamos reunido juntos, pero que en su gran mayoría eran suyos”, recuerda su amigo Bruno Newman, fundador del recinto.

Esta colaboración estrecha será recordada pronto, con una exposición que, tan pronto se supo la noticia de su fallecimiento, comenzó a ponerse en marcha.

Una muestra que, con seguridad, abordará las ideas de Tassier sobre el arte del dibujo y la importancia del lápiz para la historia de la humanidad que, con su elocuencia de filósofo, jamás carecieron de profundidad.

“Un lápiz es la potencia. Fíjate, se puede escribir bajo el agua”, observó cuando se exhibieron sus lápices por primera vez.

“Es un objeto expresión de inteligencia, del signo, del símbolo… Una de mis grandes preguntas a la humanidad es si el idioma fue un invento o un accidente de ese aparato gutural y fonético de la boca, pero el signo escrito sí empieza con un lápiz, de espolvorear grasas quemadas, negras”, reflexionó entonces.

Texto: Agencia Reforma