10 agosto,2023 10:29 am

Fallece el mítico cantautor Sixto Rodríguez, cuya música inspiró a los jóvenes contra el apartheid

 

Se hizo famoso en Sudáfrica, Nueva Zelanda y Australia sin que él lo supiera. El trabajo del artista obrero de origen mexicano se valoró a partir del documental Searching for Sugar Man

 

Ciudad de México, 10 de agosto de 2023. El cantautor mexicano-estadunidense Sixto Rodríguez, en cuya música se exponen los problemas que enfrentan los sectores sociales más pobres y marginados de las grandes ciudades, y su vida fue retratada en el documental Searching for Sugar Man (que ganó el Oscar y el BAFTA en 2012), murió ayer a los 81 años, informó su página web oficial.

“Con gran tristeza en Sugarman.org anunciamos que Sixto Díaz Rodríguez falleció el día de hoy. Expresamos nuestro más sentido pésame a sus hijas –Sandra, Eva y Regan– y a toda su familia. Rodríguez tenía 81 años. Que su querida alma descanse en paz”, detalla el comunicado, aunque no se dio a conocer la causa del deceso.

El mensaje añade un epitafio que dice: “Tal vez hoy me escabulliré”, junto a la fecha del nacimiento y muerte de Rodríguez (10 de julio de 1942-8 de agosto de 2023).

Rodríguez, de clase obrera y de padres mexicanos, nació en Detroit. Pasó por diferentes empleos hasta que empezó a actuar en clubes de su ciudad (como uno llamado Sewer, alcantarilla en inglés) a finales de los años 60, en el vecindario que, históricamente, también ha sido sede de artistas de renombre como los MC5, Iggy Pop o los White Stripes, donde atrajo la atención de varios productores relacionados con el mítico sello Motown Records: parecía que del underground de la Motor City surgía un diamante por pulir, uno que se parecía al mismísimo Bob Dylan. Pero en su breve carrera sólo grabó dos discos: Cold fact (1970) y Coming from reality (1971). Pasaron sin pena ni gloria.

Sin embargo, se convirtió sin saberlo en una estrella en la Sudáfrica que luchaba contra el apartheid. La historia fue retratada en el exitoso documental Searching for Sugar Man.

En el documental (que hace referencia a la canción Sugar man, “hombre de los caramelos”, como se le conoce en Estados Unidos a los vendedores de drogas), escrito y dirigido por el sueco Malik Bendjelloul (quien se suicidó en 2014 tras constantes batallas contra la depresión, con apenas 36 años), se cuenta la historia de cómo Rodríguez descubre, tras muchos años, ya sexagenario, que en la lejana Sudáfrica (también en Nueva Zelanda o Australia) es toda una estrella a la que rinden pleitesía decenas de miles de personas que intercambian sus grabaciones durante los 70 y 80. “Es una historia perfecta. Tiene el elemento humano, el aspecto musical, una resurrección y una historia de detectives”, dijo entonces Bendjelloul a The New York Times.

En el país austral Rodríguez es tan popular como Elvis o los Rolling Stones. Hay quien se tatúa las portadas de sus discos. Incluso corrían rumores sobre su muerte, cometiendo suicidio sobre un escenario. Por ahí, por cierto, comenzó la investigación del documental que rescató su figura: no estaba muerto. Su música se convirtió en una inspiración entre los jóvenes que participaban en el movimiento contra el apartheid.

Yo me pregunto sobre las lágrimas en los ojos de los niños. / Y me pregunto sobre el soldado moribundo. / Yo me pregunto ¿ jamás acabará el odio? / Y me pregunto… y me preocupo, amigo. / ¿Tú no?, dice el estribillo de su éxito I wonder.

Mientras, en Estados Unidos, ajeno a su éxito, en una era sin internet, Rodríguez continuaba con su vida. La poca aceptación de sus discos lo llevó a trabajar como obrero de la construcción, lejos de su vocación musical. “Hice mucho trabajo pesado: construcción, demolición, ese tipo de cosas. Trabajo sucio y polvoriento”, explicó en una entrevista en el diario británico The Guardian. La película, y su triunfo en los Oscar, donde obtuvo el premio a mejor documental, devolvió a Rodríguez a la primera fila musical y le hizo disfrutar de su fama en Sudáfrica.

Tras la popularidad del documental, la discográfica Blue Goose Music de Australia compró su catálogo de canciones y sacó al mercado los dos discos, y una nueva compilación de lo mejor de ambos, titulado At his best, reviviendo la carrera del artista 40 años después.

Rodríguez también obtuvo un diploma de filosofía en la Universidad de Wayne y participó en política. Se presentó como candidato a la alcaldía de la ciudad, a concejal y al Senado del estado, pero no obtuvo ninguno de los cargos

En 1979 se sorprendió de que le pidieran que actuara en Australia, país al que regresó dos años más tarde.

Rodríguez llegó a pensar que aquellos conciertos eran “extrañas casualidades” y estaba alucinado de que la gente conociera las letras de sus temas.

Su ausencia pública alimentó la creencia de sus fans de que Rodríguez estaba muerto.

Internet cambió la vida del obrero-músico. Su hija Eva encontró páginas consagradas a su padre, y los fans lo encontraron. En 1998 emprendió una exitosa gira por Sudáfrica.

“Le dije: en Sudáfrica eres más grande que Elvis”, recordó uno de sus fans y parte del proyecto del documental, Stephen Segerman, en una entrevista con el diario Detroit News en 2008.

Según Segerman, la crudeza y los temas dedicados a evadirse de la dura realidad –Sugar man es una oda surrealista a un traficante de drogas– calaron hondo en la Sudáfrica de la época del apartheid.

 

“Muy loco”

El documental también contribuyó al éxito tardío de Rodríguez en Estados Unidos, impulsando el resurgimiento de su carrera musical.

Cuatro décadas después de publicar sus álbumes, los importantes festivales de Coachella y Glastonbury lo invitaron a actuar, y se embarcó en varias giras mundiales.

“Sólo quiero que me traten como a una leyenda cualquiera”, dijo bromeando Rodríguez al público en una exitosa actuación en Detroit tras el estreno del documental.

En 2013, en una entrevista con el Detroit Free Press, manifestó su propio asombro por su historia, un jornalero convertido en estrella del rock.

“Llevo persiguiendo la música desde los 16 años. Ahora tengo 70, así que es muy loco que esto haya ocurrido”, dijo Rodríguez, para quien todo esto fue como “una ironía del destino, un golpe de suerte”. (Con información de BBC, El País, AFP y EFE).

 

Texto: Redacción / Foto: Tomada de Internet