Ciudad de México, 26 de enero de 2024. La madre del narcotraficante Rafael Caro Quintero, Hermelinda Quintero, falleció ayer en Guadalajara, Jalisco.
El semanario Ríodoce confirmó el deceso e informó que su cuerpo será trasladado este viernes a Culiacán, Sinaloa, donde se presume se realizará el acto fúnebre.
Hasta el momento se desconocen las causas de su fallecimiento.
Apenas en diciembre falleció la madre de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
El presidente Andrés Manuel López Obrador expresó sus respetos a la familia de Consuelo Loera, mamá de Joaquín Guzmán “El Chapo”, quien falleció a los 95 años.
López Obrador descartó que se vayan a tomar medidas de seguridad adicionales tras el fallecimiento de la madre del narcotraficante del Cártel de Sinaloa y abuela de Los Chapitos, pero externó su pésame.
“Respeto a la familia, ya la señora estaba, estaba leyendo, pues grande, y no tengo más comentario, cualquier ser humano que pierde la vida merece respeto y también consideración a sus familiares, a todos los que pasan por esos trances”, dijo en su mañanera del 11 de diciembre.
Rafael Caro Quintero, hijo de una familia de campesinos y con apenas estudios de primaria, fue uno de los principales responsables de la crisis diplomática más agria que ha confrontado a México y Estados Unidos en casi un siglo.
Otros traficantes han sido más violentos y sanguinarios, más astutos u ostentosos, con más giros ilegales y recursos, pero ningún otro es una afrenta personal para las agencias estadounidenses como el capo sinaloense.
El hijo de Emilio Caro Payán y Hermelinda Quintero, nació el 24 de octubre de 1952 en la localidad de La Noria, en el municipio de Badiraguato, Sinaloa, cuna de otros grandes capos como Joaquín “El Chapo” Guzmán y los hermanos Beltrán Leyva.
Con ese escenario fue complicada una cercanía con su padre y madre.
Desde fines de los años 70 y principios de los 80, encabezó junto con Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo, “Don Neto”, el último monopolio de las drogas que operó en México.
Tras su captura, recorrió durante 28 años los reclusorios de la capital del país y los penales federales del Altiplano y Occidente. Finalmente, fue transferido al penal estatal de Puente Grande, en Jalisco.
En los primeros minutos del 9 de agosto de 2013, el traficante abandonó este último centro penitenciario.
No pasó mucho tiempo para que la Suprema Corte de Justicia de la Nación revocara su libertad y, en consecuencia, el 22 de enero de 2015 el Segundo Tribunal Unitario Penal de Guadalajara ordenara su reaprehensión y ratificara su condena de 40 años de cárcel.
El Gobierno de Estados Unidos lo incluyó en la lista de los diez fugitivos más buscados del FBI, y además ofrecía una recompensa de veinte millones de dólares por su captura.
El 15 de julio de 2022 fue otra vez detenido en la comunidad de San Simón en el municipio de Choix, Sinaloa, entre los límites con Chihuahua y Sonora, gracias al olfato de un canino de la Marina.
Sin embargo, el capo aún pudo fundar el Cártel de Caborca, actualmente en operación.
Texto: Benito Jiménez / Agencia Reforma
