11 noviembre,2021 8:18 am

Faltó comunicación y empatía con el nahua que no fue operado, acepta Salud

Chilpancingo Gro, 7 de mayo 2020. // Imagen del hospital General Raymundo Abarca Alarcón donde son atendidas personas con Covid-19. // Foto: Jesús Eduardo Guerrero

No se suspendió la cirugía por falta de sangre sino porque el paciente ya tenía un daño severo por el cáncer y sería contrapruducente, explica la doctora Verónica Ortiz sobre lo que pareció un acto de discriminación en el hospital general de Chilpancingo

Chilpancingo, Guerrero, 11 de noviembre de 2021. Verónica Ortiz, una integrante del equipo cercano de la secretaria de Salud, Aidé Ibarez Castro, dijo que hubo un problema de comunicación en la explicación al paciente nahua al que, de acuerdo con sus familiares, le suspendieron una operación de tumores este lunes porque debían unidades de sangre en el hospital general Raymundo Abarca Alarcón.

En consulta telefónica, la colaboradora de Ibarez dijo que la operación no se realizó porque el cáncer que padece ya generó un daño orgánico muy severo, y a pesar de las transfusiones no llegaba a los niveles de hemoglobina adecuados.

“Ya es una metástasis, ya no está indicada una cirugía, es mayor el riesgo que el beneficio, porque la misma enfermedad no permite llegar a los niveles óptimos de hemoglobina”, dijo.

Este lunes familiares señalaron que les dijeron que cuando recuperaran las unidades de sangre que el hospital había aplicado a su paciente, entonces lo intervendrán, sin embargo tenían complicaciones para reunir la cantidad porque la mitad de sus donantes fueron rechazados, y aún esperaban una respuesta de apoyo en la zona militar.

Ante esto que parecía un acto de discriminación del paciente por su condición de indígena y pobre, la doctora Ortiz aceptó que faltó comunicación y empatía del área médica. “No lograron explicarse de forma adecuada, ellos quizá entendieron que no lo quisieron operar por falta de sangre, (pero) fue porque el padecimiento ya no lo indica”, aseguró.

Aseguró que en casos de cáncer, la instrucción del banco de sangre es la entrega del componente sanguíneo que se requiera y después ven cómo se puede recuperar, porque no hay suficientes donaciones altruistas.

Afirmó que las donaciones llegan a partir de los requerimientos de pacientes internados.

Pese a los estudios que se realizan, aclaró que en esos casos no se puede dar certeza de la sangre, porque con su intención de calificar como donantes las personas pueden mentir en el cuestionario, y tener alguna infección en “periodo de ventana” donde puede contagiar, es decir, que se acaba de adquirir pero aún no se refleja en los resultados clínicos. “Es un riesgo para ya no tener sangre segura”.

Sin embargo, indicó que por falta de donaciones altruistas cuando una persona de atención general requiere sangre, se le pide que lleve sus donadores. Es distinto en el caso de emergencias donde no hay condiciones.

“A veces se pide depósito, es una forma de presionar para que lleven a sus donadores, el problema es que creen que ya pagaron y ya no regresan con los donantes”.

Explicó que si hubo una donación para cirugía programada la sangre se lleva al quirófano para que esté disponible, aunque no se use, ya no se puede regresar al banco de sangre, una vez que ha salido se desecha. No se puede pedir para el uso de otro paciente.

Asimismo, indicó que hay donaciones para un paciente de Chilpancingo en el hospital de Tlapa, se deben de pagar los estudios de certificación para establecer que la sangre es segura, no pagan por llevarse la sangre, están pagando los reactivos de los análisis que no cubre el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), “son cuotas de recuperación para comprar reactivos”.

Adelantó que hay un proceso para que en adelante el Insabi compre los reactivos para los estudios de la sangre, después con el Centro Estatal de Transfusión Sanguínea y en el Banco de Sangre Regional, que manejan proveedores de reactivos distintos al Raymundo Abarca Alarcón.

Explicó que se solucionó el problema con el proveedor de la capital del estado, porque había sangre, pero faltaban los estudios de certificación.

Texto: Lourdes Chávez