23 marzo,2018 4:10 pm

Festival de Cine de Guadalajara: Hablan los documentalistas mexicanos

Texto: Apro/ Foto: FICG
Guadalajara, Jalisco, 23 de marzo de 2018. Un sinnúmero de documentales formaron parte de la 33 Edición del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG). Nueve de ellos, mexicanos, estuvieron en competencia para el premio Mezcal (cuyo jurado fue conformado por 30 estudiantes de Cine, Ciencias de la Comunicación y Medios Audiovisuales de México), y con tópicos muy diversos:
Rita, el documental de Arturo Díaz Santana, Hermanos de Laura Plancarte, Un filósofo en la arena de Aarón Fernández y Jesús Muñoz, The best thing you can do with your life de Zita Erffa, Lejos del sentido de Olivia Luengas Magaña, Donde se quedan las cosas de Daniela Silva Solórzano, ¿Dónde estás? de Maricarmen Merino Mora, Mi hermano de Alana Simöes, y Ayotzinapa. El paso de la tortuga de Enrique García Meza, que ganó los premios del Público y El Guerrero de la Prensa.
A continuación, se ofrecen las entrevistas con sus directores.
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Rita, el documental, es el retrato íntimo de la mexicana Rita Guerrero (1964-2011), quien se desarrolló en la música y el teatro. Fue vocalista del grupo de rock Santa Sabina. Se comprometió con diversos movimientos sociales en los noventa, como el zapatismo. Falleció a los 46 años a causa del cáncer de mama.
Díaz Santana, del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), platica en entrevista que conoció a Rita cuando se hizo pareja sentimental de Aldo Max, quien es uno de sus mejores amigos:
“Entonces, nos empezamos a llevar en un plan familiar. Yo no era fan de su obra, pero nos conocimos más como cuates, y me di cuenta, todo el tiempo, que ella era una persona increíble y muy especial. Conmigo fue siempre muy esplendida, genial. También sabía que detrás de ella había una historia que no estaba contada y que era alucinante, y me pareció que se le podría hacer un retrato, un homenaje, tal como lo hemos logrado. Así es como surgió el proyecto. Se lo propuse a Aldo y ha sido mi principal aliado. Empezamos hace más de cuatro años. Se participó en la convocatoria de óperas primas del CUEC y también apoyó el Instituto Mexicano de Cinematografía”.
Este filme, de 118 minutos, ofrece varios videos de la cantante y una serie de entrevistas con los integrantes de Santa Sabina y amigas de Rita.
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Hermanos, de 80 minutos, aborda el tema los migrantes mexicanos en Estados Unidos y también la situación de una estadunidense que perdió su casa debido a la crisis económica y cree que la recuperara a través de las promesas de Donald Trump.
Plancarte, cuya ópera prima fue Tierra caliente, narra que creció en la Ciudad de México “con la pelea” entre México y Estados Unidos:
“Creo que con el paso del tiempo se agudizó ese pleito y siempre me ha parecido ridículo y una tragedia que siendo vecinos y compartiendo esa frontera inmensa estemos así. Desgraciadamente México tiene las de perder porque es el débil económicamente y Estados Unidos siempre ha tomado provecho. Además, estaba cansada con el tema migratorio, en donde sólo se relata un lado de la historia, ya sea que se cuente de un país o de otro, en donde unos son los malos y otros son los buenos o uno es el victimario y el otro la víctima.
“Era muy importante reflejar que el problema de la pobreza estadunidense y la falta estructural en Estados Unidos no tiene que ver con México ni con los migrantes, es un problema de ellos; así como en México el conflicto de que la gente se quiera ir a Estados Unidos es porque en México no encuentra lo que busca. Pero la situación de la migración y cómo nos estamos tratando, eso sí lo compartimos ambos. Es clarísimo cómo ambas naciones se benefician económicamente de toda la gente que se va: México con el tema de las remesas y Estados Unidos con la mano de obra barata. Lo triste, por eso tenía un gran interés en realizar esta película, es que quienes están pagando el precio es la gente pobre de ambos países”.
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Un filósofo en la arena causó polémica por el tópico de las corridas de toros. Aquí, el filósofo francés Francis Wolff, aficionado a los toros y autor del libro Cincuenta razones para defender las corridas de toros, es acompañado por los cineastas Aarón Fernández y Jesús Muñoz, quienes no saben nada del tema, por tres países, Francia, México y España, a ver la llamada “fiesta brava”. Además, estos realizadores entrevistan a Juan Ramón de la Fuente, Eduardo Matos Moctezuma, José Cueli, Mario Vargas Llosa, Josélito Adame y Claude Lanzmann, entre otros, para hablar del tema en 105 minutos.
–¿Por qué abordar las corridas de toros en la pantalla grande?
Enseguida contesta Muñoz:
–Más bien es por qué hablar de este filósofo que escribe de los toros. Wolff es uno de los filósofos más reconocidos en Francia, uno de los principales especialistas en Aristóteles en el mundo y es un filósofo humanista, cartesiano y racional, pero se ha enfocado con pasión en dos temas: la música y los toros. La premisa de nuestra película no es tanto que nos interesen los toros, sino cómo se puede abordar un tema pasional desde una perspectiva racional y filosófica.
Fernández relata:
“Y nos parecía muy paradójico que un filósofo francés se interesara de manera tan aguda y tan seria en ese mundo que nosotros no conocíamos. Esa parte de los toros lo descubrimos al realizar el documental, justo en un momento en el que se está cuestionando mucho la fiesta brava, y con una ideología y argumentos que no llegábamos a entender del todo. Y al descubrir a Wolff y su obra, se nos hizo muy interesante y que podría dar para un buen largometraje documental”.
–Además buscaron más testimonios, unos que están en contra y otros a favor. ¿Qué piensan ahora de esta fiesta brava?
Muñoz se vuelve a adelantar para comentar:
–Antes de crear el documental, había presenciado sólo algunas corridas de toros. Y ahora que estuvimos rodando me tocó presenciar como 25. La pregunta que más me hacen es si ya me volví taurino, y mi respuesta es no. Creo que es una de las actividades humanas que presentan de una forma más paradójica el problema existencial de la muerte, por lo tanto, tiene una importancia que a la vez es muy profunda, pero muy polémica. Otra pegunta que también me hacen mucho es si pienso que es arte. Sí creo que es un arte, yo como artista lo veo y ahora que ya lo entiendo, confirmo definitivamente que es un arte, en el que siempre está presente el tema de la muerte y la sangre.
Interviene Fernández:
“Una de las interrogantes en el filme es, ¿por qué surge esta corriente animalista? Wolff considera que es una nueva utopía”.
Enseguida, Muñoz relata:
“Esa reacción de los animalistas, intelectuales y la Iglesia hace cientos de años hace tan particular la fiesta de los toros. Cabe recordar que la Iglesia estaba en contra de los toros porque el ser humano no debía poner en peligro su vida, ser torero era como un suicidio, era pecado, no le importaban los animales.
“Los intelectuales lo asociaban con la España negra, lo toman como retraso. Los animalistas es la manifestación de esta nueva utopía. Como ya no está la utopía del socialismo, y la religión es un tópico que se desvanece cada vez más, hay esa necesidad de crear una utopía y agarrarse de algo. Es sumamente complicado. Si la fiesta se acaba, que se acabe, pero no por prohibirla, eso me da miedo porque hemos visto muchos ejemplos en la historia de la humanidad con respecto a la prohibición, y entonces van a quemar libros, en fin”.
Fernández, igual, está en contra de la prohibición:
“Se me hace una doble moral muy perversa…”
La cinta es una coproducción de México con España. Y Fernández, guionista, director y productor, realizó las ficciones Partes usadas y Las horas muertas. Muñoz hizo el documental Frida Kahlo, estrenado en HBO, y fue productor asociado de El arquitecto de Nueva York.
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The best thing you can do with your life es una cinta familiar. Aquí Zita Erffa entrevista a su hermano, quien ingresa a los Legionarios de Cristo para ser sacerdote. Una vez al año puede visitarlo y sus superiores deben leer las cartas que le escriben. Ella odia a los Legionarios de Cristo y se pregunta: ¿Por qué los eligió como su nueva familia?
Erffa pudo entrevistar a su hermano, según ella gracias a la cámara:
“Determinó lo que sucedería en el momento. ¡Claro!, es más difícil hablar de un tema sensible frente de la cámara. Al final estuvo bien que haya sido así”.
–¿Le inquietó que el lugar donde estudia su hermano pareciera una cárcel?
–No sabía que era tanto una cárcel cuando se metió y tampoco sabía tanto del fundador, el padre Marcial Maciel. Había rumores pero todavía no estaba probado su abuso sexual a niños y jóvenes, y era más bien que tenían una vibra rara. Cuando íbamos de niños a los campamentos de la Orden sentíamos como raro su insistencia de que fuéramos parte de ellos. Tenían como un club de la juventud y siempre nos decían: “Tienes que entrar, tienes que entrar” o “tienen que entrar” y nosotros les respondíamos: “No, no, no vamos a entrar”. Una vez, por ejemplo, me metieron a un cuarto y por media hora me estuvieron diciendo: “Tienes que entrar a ese club”, yo respondía que no.
–¿Por qué no le preguntó frente a la cámara a su hermano qué opinaba de Maciel?
–Sí lo hice, pero no lo metí a la película también, porque sentía que para él no era tan importante, porque él nunca había adorado a Maciel. Más bien muchos de ellos lo adoraban como un santo, pero él y yo siempre decíamos: “¡Qué raro que adoren tanto a ese señor!”.
Erffa logró en este FICG una mención honorífica como directora por este trabajo. Estudió en la Escuela de CineHFF en Múnich y en el Centro de Capacitación Cinematográfica, donde comenzó este proyecto.
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Lejos del sentido es una película sobre la enfermedad mental llamada trastorno límite y que padece Liliana, la hermana de Luengas Magaña. En 2010 y 2013 cerraron 2 hospitales psiquiátricos en México, en ambos Liliana fue ingresada a causa de su trastorno.
El productor Odín Acosta precisa:
“Trastorno límite es ansiedad. En el caso de Liliana también representa alucinaciones auditivas, y el rasgo más común es el manejo de las emociones que puede encajar, como en la bipolaridad, extrema tristeza y extrema alegría, y es tan intenso que muchas veces intentan lastimarse o suicidarse para apaciguar estas emociones tan fuertes. Afecta más a las mujeres, y a los varones, por la cuestión social, sólo les dicen que están locos”.
Luengas Magaña rememora que, en un principio, surgió la necesidad de hablar del tema por el cierre de los hospitales psiquiátricos, y sobre Carlos, un amigo de su hermana que vivía una situación diferente a Liliana: tenía 23 años internado en el hospital de Cholula pero se quedó sin hospital. Explica:
“Empezamos la filmación con él, pero se nos negó el permiso para grabarlo dentro de la clínica donde estaba después del cierre, y eso nos limitó mucho para poder contar su historia. Mi hermana era un personaje secundario. Después platicamos en familia si nos centramos en Liliana. Fue difícil aceptar y decidir, pero todos creímos que valía la pena compartir la experiencia para que otras familias que estuvieran pasando por algo así, o más grave, no sintieran que están solas, pues el tema de la salud mental está rodeado de estigma”.
La realizadora estudió fotografía en México, España y Francia. Se graduó en Artes Audiovisuales por la Universidad de Guadalajara. El documental dura 90 minutos.
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Donde se quedan las cosas. Aquí, Silva Solórzano filma a su abuelo Federico Solórzano, paleontólogo y coleccionista de más de 500 mil objetos de todo tipo. Relata la directora:
“Cuando empecé a grabar a mi abuelo, él contaba con 92 años y yo con 22. Fuimos por una tarea de la escuela de la Universidad de Cine, debíamos entrevistar a alguien para un ejercicio documental. Yo llegué con una amiga, María Casas, quien es la productora, y lo filmamos, y me di cuenta que el personaje era muy interesante y al mismo tiempo como que estábamos los dos en momentos bien opuestos de la vida, yo estaba pensando qué quería hacer en mi vida con mi carrera y él estaba ya terminando. Al verme ahí en su casa, entrevistándolo y ver sus objetos muy familiares, me di cuenta que era un personaje increíble y que la casa estaba a punto de desaparecer, en la que yo crecí, donde todos esos objetos se guardan”.
Enseguida, manifiesta:
“Él tuvo como más de 500 mil objetos, lo que más tenía, como era un paleontólogo, eran cajas de piedras y fósiles. En la película yo le quise dar el lugar a cada objeto, como lo hacía Federico. No era un acumulador que sólo guardaba y guardaba. Al contrario, todo lo estudiaba, por eso no pongo como estos programas gringos una casa llena de cosas. Todo lo que mi abuelo necesitaba para investigar lo adquiría y lo ponía en su casa. Nació en 1922 y creció con sus tías abuelas. Dio clases durante 55 años. La curiosidad lo llevó a través de su vida. Este documental me abarcó cinco años, de los cuales tres fueron sin parar”.
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¿Dónde estás? es una coproducción de México y Costa Rica. Merino Mora, de este país, estudió en el Centro de Capacitación Cinematográfica, y a partir de la muerte de su papá José Merino (el líder de izquierda más importante de las últimas décadas de Costa Rica y fundador del Partido Frente Amplio) es que decide filmar el duelo de su familia.
“Empezó más como una necesidad emocional. Inicié el rodaje a muy pocos meses después del fallecimiento de mi padre, y lo que inició siendo un registro muy íntimo del proceso de duelo que estaba llevando mi familia, de pronto se cruzó con un evento político importante para mi país, las elecciones políticas, en el que el partido que había fundado mi padre como que de pronto tomó una fuerza insospechada y para nada esperada. Más bien frente a su desaparición física creímos que este partido iba a desaparecer y ocurrió algo que a todos nos generó un sentimiento muy dulce y muy amargo a la vez: era la alegría de vivir la materialización de un sueño de mi papá por el cual luchó muchos años en su vida, y a la vez cómo es que no estaba para que lo viera. La película fue tomando forma por lo que ocurría en la vida”.
–¿Cómo logra que hable su mamá Patricia Mora?
–Creo que no le quedó mucha opción. Había al principio con la cámara un momento de un dolor privado y muy secreto, pero siento que a la vez como el grado de exposición publica de mi papá y luego de mi mamá por el papel que empezó a ocupar dentro del partido político, también como que había una costumbre a que cosas muy de la esfera íntima estuvieran muy expuestas desde toda la vida en mi casa. No había extrañeza por ese intruso que podía ser la cámara.
Tardó en crear el documental, de 72 minutos, alrededor de cuatro años:
“Quedó mucho material fuera de la película”.
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Mi hermano. Alexey nació en Rusia y es adoptado por Gabriela, una mujer soltera española, luego adopta otro niño en Siberia, Mateo. Los dos pequeños logran conectarse y quererse mucho.
Simöes conversa cómo encontró esta historia:
“Conozco al tío de los niños, un productor español importante, y me llamó mucho la atención que su hermana siendo soltera adoptara dos niños. Me enamoré profundamente de Alexey por su madurez y su vocación para la danza, y empecé así con la filmación. Con el tiempo descubrí cómo se construían los lazos de una familia, cómo el amor se construye. No es algo biológico, es algo que uno va construyendo.
“Creo que el concepto de la familia está cambiando. Ya no está tan cerrada a la estructura tan convencional porque en realidad la familia es el amor y el apoyo. De hecho, esa hermandad entre los niños es lo que me toca el corazón. Es esa sensación de cuando te reconoces en el otro, de alguna manera tienes más fuerza para seguir”.
Concluye:
“En este mundo donde todo se nos esta cayendo, me encontré con la esperanza en estos niños”.
Enseguida manifiesta:
“El documental mexicano es muy potente. El documental es para hacerse preguntas y encontrar el camino, y nos ayuda a procesar realidades, comprenderlas y conocer otras opciones en la vida. Aunque ya menos, se le sigue tratando como el hermano menor de la ficción, pero sigue enfrentando ese problema”.
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Ayotzinapa, el paso de la tortuga, dirigido por Enrique García Meza y producido por Guillermo del Toro y Bertha Navarro, fue muy esperado. García Meza cuenta que luego que ocurrió la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa en Iguala, Guerrero, deseó documentar todo:
“Al tercer día tomé la decisión de filmar. Del Toro y Navarro estaban muy dolidos y decidieron entrarle”.
En la cinta se aprecian testimonios de padres de los 43 y la esposa de Julio César Mondragón, cuyo cuerpo fue encontrado con señales de tortura y sin rostro. Una entrevista más amplia con el director de este largometraje se publica en Proceso (número 2159), en circulación durante toda la semana.