2 diciembre,2021 11:53 am

FIL: novela que predijo la pandemia recibe el Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz

 

Guadalajara, Jalisco, 2 de diciembre de 2021. La uruguaya Fernanda Trías recibió este miércoles en México el Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz 2021 por su novela Mugre rosa, una historia distópica en la que predijo la pandemia con la misma fuerza con la que soñó alguna vez obtener este galardón.

Trías (Montevideo, 1976) aseguró que siempre deseo recibir este galardón y recordó que cariñosamente la llamaron “bruja” por haber “predicho la pandemia” de Covid-19 en su libro, en el que esboza un “mundo distópico” en el que predominan la enfermedad y los hospitales colapsados.

Mugre rosa (2020) en pocos meses pasó de existir únicamente en mi imaginación a ser alcanzado por la realidad: tapabocas, hospitales rebasados, encierros voluntarios y obligatorios, noticias falsas, control sanitario y estatal, miedo, confusión, negacionismo, cuerpos que se acumulaban en camiones, muertos que eran cifras”, expresó.

La traductora y profesora de la Universidad de los Andes de Bogotá, ciudad donde reside, dijo que es casi imposible no escribir una ficción como la que la hizo merecedora del galardón en medio de un mundo en el que la humanidad está al borde de extinguirse.

La insistencia de los humanos en “soñar a ser dioses” los ha llevado a alterar los ecosistemas y a convertirse en el mayor contaminante en la historia del planeta.

Para Fernanda Trías la pregunta, frente a la catástrofe ambiental que enfrenta en el presente el mundo, es ¿cómo no escribir una ciencia ficción climática?

“Una onda expansiva de contaminación”

En la FIL de Guadalajara, dijo que “soñaba una onda expansiva de contaminación, que a veces adquiría la forma de una explosión nuclear, otras de una nube silenciosa que terminaba por envolverte”.

En esa pesadilla ella corría, huía de eso, buscaba refugio y se sumergía en el agua para, justo cuando se sentía a salvo descubrir que la contaminación le había corroído la piel y esta se le caía a pedazos y las otras personas se había convertido en mutantes.

“¿Ahora estamos en el final o en el comienzo? ¿qué creemos que vamos a encontrar cuando lleguemos al hueso? ¿cuando terminemos de roer a fuerza de consumir los recursos del mundo?”.

Esa preocupación por el mundo terminó siendo, en su novela, una preocupación por lo humano y lo cotidiano, pero también por el consumo desmedido del que todas las personas formamos parte.

“Tal vez yo, que no creo en el tiempo como una línea recta sino como una línea enredada cuyos bucles transitan por el sueño y la vigilia, haya querido anticiparme en este libro a la nostalgia de un mundo que aún creemos tener pero que ya está perdido”, dijo.

Trías explicó que la llamada mugre rosa es un producto cárnico con el que se producen, a través de amoniaco, hamburguesas hechas con desperdicios y sobras de lo que no se consume en un intento de que todo, hasta lo indigesto, sea rentable.

Pero también son las personas que se quedan en el camino de esa maquinaria, los muertos que nadie reclama y nadie ve, los cuerpos olvidados por el Estado y por sus congéneres que han portado los virus, abandonados a su intemperie, tanto de VIH y Covid-19.

Recibe Fray Gabriel Chávez de la Mora premio de arquitectura

Fray Gabriel Chávez de la Mora (1929) ha sido un revolucionario, un innovador de la arquitectura religiosa. Su trabajo, que se ha prolongado durante 65 años y que ha incluido 175 proyectos, ha renovado la tradición liturgia en el país y ha destacado por su preocupación por integrar la arquitectura y las artes, por eso su legado fue reconocido con el premio Homenaje ArpaFIL 2021.

En este homenaje –que se realizó de manera virtual desde la Abadía del Tepeyac en donde reside el reconocido arquitecto y fraile benedictino- Chávez de la Mora estuvo acompañado por el rector del Centro de Arte, Arquitectura y Diseño, Francisco Javier González Madariaga, y el catedrático universitario Carlos Fernando Irigoyen Varo.

El tapatío, a quien este año también se le otorgó el Premio Nacional de Arquitectura, ha dejado una marca definitiva en la arquitectura mexicana. Ha sido responsable de la adecuación litúrgica de la Catedral de Cuernavaca, del Antiguo Santuario Guadalupano en Monterrey, de la Catedral Metropolitana en la Ciudad de México, así como de recintos religiosos en países como Estados Unidos e Inglaterra.

Uno de sus mayores aportes fue romper con la tradicional planta de la cruz latina en la década de los 60 que casi todos los templos tenían antes de la celebración del Concilio Vaticano, para trazar plantas redondas, cuadradas, ovaladas y octagonales.

Chávez de la Mora “es un arquitecto que ha dejado huella en México y el mundo por su trayectoria en el campo del arte y la arquitectura religiosa, además es el primer egresado de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Guadalajara y un artista que deja su legado para las futuras generaciones.

“ArpaFIL reconoce cada año la trayectoria de un profesional, cuyo desempeño ha contribuido al engrandecimiento artístico del patrimonio mundial”, describió González Madariaga.

El trabajo de Chávez de la Mora se ha distinguido por la innovación, por ser el renovador de la tradición litúrgica en México bajo la visión de la arquitectura total, que integra a las artes y a las artesanías. Vista en su conjunto, su obra se caracteriza por la sobriedad moderna y contemplativa, calificó Irigoyen Varo.

“Descubre en el corazón de la austeridad una belleza trascendente, el fulgor de la divinidad que late en la pobreza”, añadió el catedrático.

Texto: Redacción / Agencia Reforma