2 septiembre,2017 1:05 pm

Pobreza

Jorge Camacho Peñaloza

“La pobreza no es un accidente… es una creación del hombre y puede eliminarse con las acciones de los seres humanos”. Nelson Mandela.

Y de repente se nos estrella en la cara la realidad, la pobreza, el tema marginado, olvidado, o presente según el nivel ético o de responsabilidad pública, social o privada con el que se le quiera ver.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política del Desarrollo Social (Coneval), dio a conocer que el 64.4 por ciento de la población en el estado, es decir, 2 millones 315 mil 400 personas, vive en situación de pobreza, es decir sin lo necesario para vivir, con la carga diaria de la insatisfacción de necesidades vitales, de niños, adultos y adultos mayores, mujeres y hombres que no obtienen lo mínimo necesario y con las repercusiones emocionales de malestar, molestia, frustración, inconformidad y rechazo a todo lo que genera esta situación que todo ello conlleva.

Y el 23 por ciento de la población, es decir, más de 820 mil guerrerenses se encuentra en pobreza extrema, en otras palabras, no tiene para comprar la canasta básica, no tiene acceso completo a los alimentos, más en cristiano, viven con hambre. Somos un estado en el que la gente no tiene condiciones para vivir satisfactoriamente, situación ante la cual las personas buscan salidas seguramente muchas lícitas y otras ilícitas, unas en el marco del paternalismo estatal, en el de la informalidad, la corrupción y el delincuencial.

Amartya Sen, premio Nobel de Economía sostiene que existen dos tipos de pobreza: la pobreza de renta y la pobreza debido a la privación de capacidades, las cuales relaciona de forma que la renta es una generadora de capacidades y las capacidades son una herramienta para erradicar la pobreza de renta y precisa que el análisis de la pobreza debe estar enfocado en las posibilidades que tiene un individuo de funcionar, más que en los resultados que obtiene de ese funcionamiento.

Es de celebrar algunas cifras de disminución de algunas variables de la pobreza, como los 3.2 puntos porcentuales menos de 2010 a 2016 así como la reducción de 8 puntos de pobreza extrema de 31.8 por ciento en 2010 a 23 por ciento en 2016, es decir, de un millón 97.6 habitantes, pasó a 825 mil 200 en seis años, sin embargo, en términos globales seguimos siendo una sociedad que mayoritariamente no funciona, esa es la crisis, esa es la realidad.

Somos una sociedad fallida.
¿Qué causa la pobreza, dónde se origina, cómo o qué la resuelve? ¿Es la política, la democracia, el gobierno, la economía, los empresarios, los políticos, los particulares, los consumidores, la mano invisible de Adam Smith o el destino manifiesto? ¿Qué pensarán de esto, por ejemplo, los diputados, los funcionarios de los tres poderes y niveles de gobierno, los integrantes del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana, cuya presidenta reclama un sueldo de 212 mil 930 pesos al mes? ¿Qué pensarían los partidos en Guerrero que van a recibir 116 millones 993 mil de pesos, o el INE con sus 25 mil millones de pesos de presupuesto y los 6 mil millones para partidos a nivel nacional? ¿Qué determina la distribución del ingreso, el nivel de los salarios, las ganancias, las políticas públicas distributivas?
La política es para normar la interacción social y resolver el conflicto del poder, la democracia para solucionar el problema de la participación y de la elección, la economía para producir y distribuir, el gobierno para equilibrar e impartir justicia. ¿En dónde está la respuesta?

Vuela vuela palomita y ve y dile: A todos los responsables de disminuir la pobreza, que no volteen a su alrededor buscando la causa, que el presupuesto o la inversión, que las importaciones o la exportación, yo les aconsejo que mejor vayan buscando en su interior.