Arturo Martínez Núñez
El fin de semana fuimos testigos de un intento de golpe de Estado. Un golpe blando. El matrimonio por conveniencia, la alianza del mal entre el PAN y el PRI, descarrilaron la candidatura presidencial del gobernador de Nuevo León, Samuel García.
Todo comenzó unos días antes cuando el jefe máximo, Claudio X. González Jr., utilizó en sus redes una pieza de guerra sucia en donde se escucha un audio donde Samuel García supuestamente borracho, agrede a una mujer. La pieza es tan soez y vieja que lo único que realmente reveló es el pavor que la candidatura de Samuel infundió en el cuarto de guerra de la señora y el señor X.
En el Congreso de Nuevo León, la mayoría de diputados (PRI y PAN) nombró gobernador interino al vice fiscal en funciones (que por cierto sería inelegible) provocando una crisis sin precedentes. Samuel y MC operaron mal y confiaron en que la oposición respetaría la regla no escrita de que el que ganó la elección nombra al interino. Al PRIAN no le importan las reglas no escritas ni la cordialidad política. Van por todo. La orden del Señor X fue contundente: “detengan a Samuel por la vía que sea, porque nos va a mandar al tercer lugar”.
Sin duda la operación política falló pero la violencia con la que se comportaron los miembros de la Alianza del Mal nos muestra como actuarán de aquí al futuro.
A partir de la señal del Señor X, los voceros oficiales y oficiosos se lanzaron contra Samuel y su esposa hasta extremos como el del lenguaraz presidente Fox que como premio solamente obtuvo la cancelación de su cuenta por parte de la plataforma X (antes Twitter).
Cuando Samuel se dio cuenta de que el PRIAN se empeñaría en dejar a un usurpador con el visto bueno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, dio marcha a atrás, terminó con sus aspiraciones presidenciales y notificó que retiraba su licencia. Aún después de esto, la maquinaria mediática continuó machacando la idea de que había dos gobernadores y de que el regreso de Samuel estaba en duda. Le llamaron frívolo, imberbe, ingenuo, mentiroso, autoritario y un sinfín de epítetos; me da la impresión de que la euforia que les causó detener a Samuel les hizo perder la compostura. Sienten que ahora sí, su candidata, la desinflada, se quedará con todos los votos anti Morena. Craso error porque la señora X no levanta sin la atención del Presidente y las huestes que movilizó Samuel seguirán movilizadas y ahora enojadas con la cabeza del PRIAN a la que nunca le darán el voto.
Los expertos en el análisis exhibieron su ignorancia en materia democrática y constitucional: los puestos de elección son irrenunciables y al retornar de una licencia no es necesario el procesamiento de la misma sino únicamente procede acatar. Esto es, cuando el funcionario elegido por el voto popular pide licencia, el congreso procesa la licencia porque a continuación tiene que nombrar a un interino. Sin embargo al ocurrir lo contrario, el congreso no tiene que procesar absolutamente nada y solamente se da por enterado del fin de la licencia del sujeto en cuestión. Cualquier intento en medio es simplemente un intento de golpe de Estado. Un golpe blando. Una advertencia a Samuel de que o se dejaba de intentos presidenciales o le romperían las piernas. Así de duro y así de claro. Actúan como mafiosos y se respaldan en el nado sincronizado de los analistas y de la mayoría de los medios de comunicación. Pero como siempre, se equivocan en el cálculo, porque de la misma manera en que Morena domina el territorio a nivel base, Samuel y sus huestes dominan a la perfección el terreno de las redes. La mafia del PRIAN solo predomina en el campo de la comunicación tradicional y de la política de escritorio.
La alianza del mal, la señora y el señor X, así como sus corifeos y amanuenses, pagarán sus intentos golpistas en las urnas. Lo veremos pronto.
