15 septiembre,2023 4:59 am

Goran Petrović y los ríos narrativos

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Adán Ramírez Serret

 

Para Goran Petrović (Kraljevo, 1961) la escritura puede ser como un río. A veces pequeño y superficial que se va abriendo en miles de brazos, a veces caudaloso y profundo que va llevando historias que se van extendiendo, haciéndose delgadas a veces, otras anchas y para las cuales lo importantes es el dibujo; la forma del río que se transforma en curvas o líneas que devienen en novela. Sobre todo, este símil es importante para su más reciente novela, Papel con sello de agua, cuyo subtítulo es Novela delta, primer brazo.

La historia de Petrović en México está ligada a la de su traductora al español Dubravka Sužnjević (Belgrado) quien llegó a este país desde hace más de 30 años y quien a inicios del siglo XX tradujo Atlas descrito por el cielo y se dedicó a buscar editorial con el manuscrito bajo el brazo. Hasta que, finalmente, Sexto Piso decidió publicarla. Desde esa fecha esa novela ha sido reimpresa una y otra vez y Goran Petrović no solamente es un autor de culto en México, sino que se ha hecho de muchísimos lectores. Y es que su obra es única. Tiene esa magia extraña que poquísimos autores tienen, de resignificar el mundo. El cielo, las palomas y los libros, amplían su semántica.

Papel con sello de agua no es la excepción. Como dice el subtítulo es el inicio de una serie de novelas que en palabras del autor abracarán más de 500 años. Esta novela comienza en Nápoles a inicios del siglo XV.

Este autor serbio tiene la cualidad de contar en un solo libro, breve o extenso, muchas historias a la vez. El tema central de esta novela es el papel. Aquellos tiempos a fines de la Edad Media y el Renacimiento cuando la propia manufactura del papel involucraba una obra de arte. Se hacía de tela, así que en cuanto más fina fuera, el papel era más exquisito al grado que, los fabricantes le ponían un sello de agua en donde se podía leer cuál era la casa papelera que lo hacía. Por lo tanto, según fuera el presupuesto era la valía de la tela, que podía ser muy fina, casi siempre usada. Petrović introduce en este universo la ficción de su novela, y si no se tenía mucho dinero o si se era una mala persona, solamente era posible tener un papel de gente enferma. Las casas papeleras (esta es mera ficción de Petrović) investigaban el carácter moral de la gente. Y si las consideraban malas personas, no les vendían ningún papel.

Este es el marco en donde se van a desarrollar muchas más historias en torno al papel. Hay escritores, por supuesto. Uno que está escribiendo en su humilde morada, cuya característica es que siempre tiene un dedal de plata en la mano porque se lo dejó su madre. Se encuentra en plena inspiración, por escribir una gran frase. Cuando tocan a la puerta. Primero nudillos, después la golpean más fuerte con el puño hasta que comienzan a patearla con desesperación. El escritor debe escribir su frase, pero las patadas en la puerta se lo impiden. Escucha al otro lado que es el ejército que viene por él. A un soldado veterano que alecciona a un joven que un militar nunca toca la puerta, siempre debe patearla y llevarse a la persona sin dar ninguna explicación. Así que el autor no terminará su inspirada frase que se quedará en su cerebro y luego se la llevará el viento.

Otra historia es la de una mujer, la reina Giovanna II de Nápoles quien como rasgo distintivo es el ser muy enamoradiza. Se enamora de un joven en el día, y a la mañana siguiente lo mata. Así que es el terror de madres, hermanas e hijas. Hasta que un buen día, un hombre, Pandolfo, decide no darle su amor. Así que la reina piensa que debe escribirle la carta más bella del mundo plasmada en el papel más fino y hermoso, no tan sólo para seducir al objeto de su amor, sino para que él caiga enamorado de ella.

Por lo tanto, hace un ejército de escritores. Unos borrachos, otros miedosos, todos llenos de atavismos que la acompañan en busca del amado y para quien escribirán esa carta.

Goran Petrović escribe una novela que es un río que lleva entres sus aguas muchas historias. Y su flujo va despertando el mundo en donde las palomas se desprenden de los vitrales, los santos huyen de sus nichos y la magia es posible. Porque Petrović tiene esa virtud que decía el Melquiades de Cien años de soledad. Que todas las cosas tienen ánima, sólo hay que saber encontrar la esencia de las cosas que Petrović toca con cada frase escrita que redimensiona el mundo.

Goran Petrović, Papel con sello de agua, Ciudad de México, Sexto Piso, 2023. 135 páginas.