23 agosto,2018 2:01 pm

Guadalupe Nettel: “La literatura no es terapia, pero puede exorcizar”

Texto: Gonzalo Ruiz Tovar y Rosmery Cueva Sáenz, DPA / Foto: Gastón García Marinozzi

De Guadalupe Nettel, una voz emergente de la literatura de México, se dice que ha llevado una vida sufrida, desde muy niña, cuando problemas de visión le impidieron un devenir normal, hasta posteriores sombras que aparecen en obras como Después del invierno, Premio Herralde 2014.
¿Puede la literatura ser una terapia o un exorcismo para el sufrimiento individual y/o colectivo? De esos y otros temas habló DPA con Nettel cuando llegó a Lima, como invitada de la XXIII Feria Internacional del Libro.
DPA: ¿Funge la literatura de terapia para la tristeza?
Nettel: No necesariamente. Hay muchos temas y T. S. Eliot decía que la vida se puede resumir en nacimiento, copulación y muerte y los temas literarios también. Dentro de esos grandísimos temas hay miles de opciones, desde episodios cómicos hasta dolorosos. No utilizo la literatura para exorcizar nada, pero creo que la literatura me usa. Lo que he querido hacer es hablar de cosas que normalmente nos incomodan para ponerlas un poco a la luz.
La literatura tiene una magia que me parece más importante: generar empatía. Hace que leamos a un autor o autora de Japón del siglo XII y podamos identificarnos, tiene el poder de que un lector israelí se enamore de un personaje palestino o un lector kurdo pueda entender a fondo a un escritor turco.
DPA: Cuando se incluyen grietas propias en la literatura se renuncia a la privacidad, ¿resulta muy difícil?
Nettel: No. Me alegra saber que mis experiencias dolorosas sirven para crear algo y para que un lector que pasa lo mismo pueda sentirse acompañado. ¿Por qué?, porque es lo que me enamoró de la literatura. A los 11 años leí La cándida Eréndira, de Gabriel García Márquez, y dije: “este escritor entiende exactamente lo que estoy sintiendo”.
DPA: ¿Cuáles considera sus experiencias más dolorosas?
Nettel: Una es la que cuento en Después del invierno, cuando la narradora acompaña a su novio en sus días finales en un hospital. Está inspirado en una experiencia que me costó muchísimo poner en papel. La otra es la muerte de mi padre.
DPA: Y el dolor colectivo, ¿cómo lo refleja la literatura?
Nettel: Esos dolores nutren nuestra literatura y son en parte los que la potencian. Como en México con el narcotráfico, la guerra gigantesca. Toda la historia de los migrantes y su calvario, la vergüenza de saber que en nuestro territorio los migrantes sufren vejaciones, que el Ejército mexicano colabora con el estadunidense. También la violencia de género. Muchos escritores se han visto inspirados u orillados a escribir de eso y han salido obras muy buenas y la gente puede de alguna manera exorcizar la experiencia.
DPA: ¿Vale la pena crear ficciones cuando la realidad es tan dura?
Nettel: A diferencia del periodismo, género que respeto muchísimo y me parece heroico, la ficción tiene capacidad de entrar profundo en la psique, en su construcción del universo. Las sociedades desde las épocas de las cavernas se han construido a partir de ficciones. Y en esa parte medular entra el relato que a veces nos ayuda a entender experiencias mucho más que un artículo periodístico.
DPA: ¿Cómo se crea la psicología del personaje?
Nettel: Hago trabajo de retacería, de repente voy cosiendo rasgos de personas que conozco. [El mexicano] Juan Villoro dice que el escritor es como una hiena que se alimenta de pedazos todavía palpitantes de vida y creo que tiene mucha razón.
DPA: ¿Se puede hablar de una “literatura de mujeres”? 
Nettel: Durante mucho tiempo traté de no hacerlo porque me parecía que sólo se puede hablar de literatura. Pero me he dado cuenta de que es insoslayable e innegable que las mujeres han tenido un trato marginalizado y entonces me he dado cuenta de que hay una literatura femenina en el mismo sentido en que existe una indígena, judía o de la esclavitud o de un grupo marginalizado.
DPA: ¿Y ve algún progreso en la literatura femenina?
Nettel: Completamente, pero falta mucho por hacer. Tenemos suerte de vivir una época con mujeres más empoderadas. Si se ve la cantidad de libros que se publican hay muchos de mujeres y son brillantes. ¿Nombres? [La chilena] Lina Meruane me gusta mucho, [la peruana] Gabriela Wiener, [la argentina] Mariana Enríquez, [la mexicana] Valeria Luiselli.
DPA: ¿Planes para el futuro?
Nettel: Desde hace un año y medio estoy en el proyecto editorial de la Revista de la Universidad de México y estoy muy avanzada en una novela corta que creo que se publica el año que viene y que habla de la elección de la maternidad, la experiencia de la maternidad en este siglo XXI y si es una elección militante no tener hijos.
DPA: ¿Cómo espera la presidencia de (Andrés Manuel) López Obrador?
Nettel: Con mucha esperanza, con ganas de que las cosas cambien por fin con alguien que tiene un equipo brillante y que ha luchado activamente por cambiar las cosas. Y con los dedos cruzados.
DPA: A México le ha tocado convivir siempre con Estados Unidos. ¿Con un presidente como Donald Trump cómo se vive esa situación?
Nettel: Se ha tensado mucho la relación, pero al mismo tiempo hay que ver lo positivo: la sociedad por fin ha mirado a sus migrantes. Ahora nos hemos responsabilizado mucho más de su destino, se habla constantemente [de ellos] en los medios con preocupación y también los intelectuales “gringos” que antes jamás se interesaban por lo que pasaba en México ahora tienen una simpatía nueva y un interés.
 
Guadalupe Nettel, Ciudad de México (1973), es una de las figuras con más proyección en las letras hispanoamericanas. Doctora en Ciencias del Lenguaje, escribió las novelas El huésped (2004), El cuerpo en que nací (2011) y Después del invierno (2014). Firma además los libros de cuentos Juegos de artificios, Pétalos y otras historias incómodas y El matrimonio de los peces rojos, y los ensayos Para entender a Julio Cortázar y Octavio Paz, palabras en libertad.