9 marzo,2023 5:09 am

Guerreras del Sur

Anituy Rebolledo Ayerdi

(Sexta parte)

 

Macrina Rabadán Santana

Cuetzala del Progreso

(1910-2000)

Primera diputada federal de oposición en la historia legislativa de México.

Postulada por el Partido Popular (PP), más tarde Socialista (PPS), dirigido por ella misma en Guerrero, Macrina Rabadán Santana le gana en toda la línea a la candidata del PRI, Mara López, en las elecciones federales por el segundo distrito, con cabecera en Iguala. Se convierte así en la primera diputada federal opositora en la historia legislativa de México.

Poco antes de la instalación de la XLIV Legislatura (1958-1961), el líder del partido, Vicente Lombardo Toledano, ordena a los legisladores electos del PP no protestar los cargos, para no formar parte del coro de aduladores en que se había convertido el Congreso federal. La guerrerense rechaza la orden del líder de su partido argumentado haber ganado el escaño voto por voto. Y estalla:

–Está pero si bien pendejo Vicente si cree que voy a obedecerlo y perderme esta oportunidad única que me brinda la historia.

La dama participa en el movimiento popular contra el gobernador Raúl Caballero Aburto. Aquél 8 de noviembre de 1960, sube a la “tribuna más alta de la Nación” para denunciar las atrocidades del “desgobierno caballerista”. Plantea la desaparición de los poderes de Guerrero como única salida a la revuelta popular que se libra en la entidad. Lanza enseguida un exhorto angustioso a sus compañeros legisladores: cumplir con esa facultad constitucional exclusiva de la Cámara Baja. Llamados anteriores en el mismo sentido y ante la indiferencia de sus pares sentenciará con voz estentórea: “Esto parece un cementerio cívico”.

Sonreirá feliz cuando en un cabildeo posterior consiga nuevas simpatías para su causa por parte de varios de sus pares opositores, algunos del PAN y sorprendentemente uno del PRI, el del diputado chilpancingueño Moisés Ochoa Campos. Incluso este último la animará cuando pase gallarda por su curul rumbo a la tribuna:

–¡Ánimo, mi Macri, duro con el sátrapa! ¡Yo te sigo!

La mujer desgrana su oratoria pulcra, pausada, demoledora. Enterada de que los priistas esperan la línea de Los Pinos en defensa de Caballero Aburto, exhorta a la mayoría tricolor a colocarse por única vez en su historia al lado del pueblo. La historia, advierte, “no nos perdonará haber dejado a su suerte al noble y valiente pueblo de Guerrero, atrapado en un infame y cruel cacicazgo”.

Cuando baja de la tribuna es arropada por los aplausos y vítores de las galerías tomadas desde muy temprano por la paisanada. Rumbo a su curul, escucha que el último orador de la sesión camaral, el panista José Molina Castillo, anuncia que no subirá a la tribuna por encontrarse indispuesto. Termina, pues, la sesión.

–¿Y Moisés? –se pregunta Macrina, inquieta, preocupada. ¡No puede ser, no puede ser, ¡Moisés ofreció seguirme!, pero no para su marcha.

Así, cuando pasa por la bancada priista busca a Ochoa Campos –éste dialoga sonriente con sus pares Herón Varela Alvarado, Mario Castillo Carmona y Enrique Salgado Sámano–. Entonces, la legisladora calentana no resistirá lanzarle un reproche amplificado con ambas manos:

–¡Te frunciste, Moisés, te frunciste!

El recinto camaral se cimbrará con las carcajadas de sus ocupantes.

Luis Arenal, muralista

Macrina Rabadán contrae matrimonio con el pintor, grabador y muralista tabasqueño Luis Arenal Bastar, a quien conoció cuando pintaba un mural en el palacio de gobierno de Chilpancingo, hoy Museo Regional. Ambos editarán Estampas de Guerrero, un cuaderno en el que ella escribe la narración histórica y él ejecuta las imágenes. Arenal poseía un extraordinario pasado artístico. Cofundador del Taller de Gráfica Popular, había participado con David Alfaro Siqueiros en la ejecución de los murales Retrato de la burguesía y La marcha de la civilización y más tarde en el Polyforum Cultural Siqueiros. Creador él mismo del museo La Cabeza de Juárez, en Iztapalapa, y en Guerrero de un monumento en Cuetzala del Progreso y un mural sobre paneles de masonite en una escuela rural de Arcelia.

El IRBAA

El matrimonio Arenal-Rabadán arriba al puerto en 1954 para fundar, junto con el profesor Germán Nava, el Instituto Regional de Bellas Artes de Acapulco (IRBAA), dirigido por ella hasta 1958, año en que resulta electa legisladora federal. El IRBAA fue un oasis cultural en el puerto, cuyos habitantes tendrán la oportunidad no sólo de admirar las bellas artes, sino cultivarlas dirigidos por ameritados maestros. Fue su sede fue el edificio Pintos, en la plaza Álvarez, con teatrito en la azotea.

Durante su abreviada representación popular, la legisladora Rabadán Santana gestionó la introducción de luz eléctrica, agua y servicios médicos en varios poblados de su distrito igualteco, además de varias instituciones educativas. En el terreno periodístico contribuyó a la fundación de El Día, periódico capitalino dirigido por Enrique Ramírez. No obstante que su popularidad le daba políticamente para más, abandona su curul por diferencias ideológicas con la dirección de su partido.

Vuelve a Acapulco en 1961 para sumarse al IRBAA, dirigido por su esposo, Luis Arenal, donde permanecerá hasta 1964, año a partir del cual y durante diez años, dedicada al comercio, no ocupará ningún cargo gubernamental. Volverá a la vida pública cuando recibe el nombramiento como directora del Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart), dado por el presidente Luis Echeverría Álvarez.

¡Salud!

El columnista no resiste la presunción de recordar su interesante convivencia con los Arenal-Rabadán, de amistad y colaboración. Ello en razón de su desempeño como director de Actividades Cívicas, Sociales y Culturales del Ayuntamiento encabezado por el Dr. Ricardo Morlet Sutter (1963-1965). (Repetirá más tarde con los alcaldes Israel Hernández Ramos y Febronio Díaz Figueroa). Y una indiscreción etílica. Fue el muralista Arenal quien lo indujo a cambiar felizmente el Bacacho por el proletario vodka, para caer más tarde en las delicias del neoliberal güisqui escocés

Macrina, lideresa en Icacos

Involucrada en los problemas de Acapulco, a fuerza de vivirlos y padecerlos, Macrina Rabadán colaborará en la solución de alguno de ellos. Entre ellos, empujando la solución al añoso litigio entre los ejidatarios de Icacos y la empresa Playa Sol, apropiada de superficies ejidales utilizando recursos otorgados por nuestras propias leyes. Un periodista dará en aquél momento la respuesta sobre el por qué. Porque el abogado de la trasnacional era o había sido había sido el entonces director de la Comisión Federal de Electricidad, José López Portillo. Este, como candidato del PRI a la presidencia de la República (1975), recordará aquí mismo su pasado como litigante al servicio de los poderosos. Escenificará un lacrimoso mea culpa, con pañuelo en mano, abjurando haber servido a mexicanos y extranjeros explotadores de campesinos. Con dos lágrimas bajando por el rostro confesará que, a partir de aquel litigio en Icacos, renunció a la defensa de los ricos contra los pobres.

El IGBA

Como colofón del caso, Macrina Rabadán recuerda las penurias que pasó cuando directora de un IRBAA arrimado y entonces aprovecha la ocasión para solicitar al mandatario un terreno en Acapulco para un proyectado por ella Instituto Guerrerense de las Bellas Artes. Le concede dos hectáreas junto al mar (decreto presidencial publicado en el Diario Oficial de la Federación el 22 de octubre de 1976).

Pero sucederá lo creíble. Apenas asume el mando presidencial, José López Portillo deroga el decreto citado y suma las dos hectáreas de lo que sería el IGBA, gestionado por la señora Rabadán, al dominio del Centro Internacional Acapulco. Dueña y señora del mismo, doña Carmen Romano de López Portillo dispondrá más tarde construir en aquél predio el Centro Internacional de Convivencia Infantil (CICI).

Considerando el hecho como una venganza personal por parte del presidente JLP, Macrina Rabadán renuncia a la dirección del Fonart para volver a Guerrero, esta vez a Taxco, como directora de la sucursal de la Plástica Mexicana, nombrada por el Instituto Nacional de Bellas Artes

Trayectoria social y política

Macrina Rabadán Santana estudió la instrucción primaria en su pueblo natal, Cuetzala del Progreso; la secundaria en el Instituto Wallace, de Chilpancingo, al que heroicamente asistían muchas mujercitas acapulqueñas, para finalmente graduarse como maestra rural en el Colegio del Estado. Su primer desempeño académico lo cumplió en la escuela primaria de Acamixtla, Taxco de Alarcón . Regresará más tarde a su pueblo natal para encargarse de la dirección de la escuela primaria del lugar.

En 1935 dirige con su hermano David el movimiento agrario de su región contra hacendados y latifundistas. Apoyada por el presidente Lázaro Cárdenas, logrará el otorgamiento de tierras ejidales.

En 1940, el gobernador Alberto F. Berber la comisiona para dar la bienvenida en Iguala al candidato presidencial Manuel Ávila Camacho, llevando la voz de las mujeres guerrerenses. Se suma a partir de entonces a la campaña presidencial y una vez mandatario, Ávila Camacho la nombra inspectora y promotora de servicios sociales de la Secretaría de Salubridad y Asistencia

Dirige en 1944, en su región, el proselitismo a favor del general Baltazar R. Leyva Mancilla, candidato oficial al gobierno de Guerrero (1945-1951).

En 1946, sin abandonar su liderazgo agrario, dirige en Taxco una escuela primaria.

En 1949 recibe, el 21 de agosto, la noticia del asesinato de uno de sus hermanos, destacado líder agrarista, en Teloloapan.

Durante 1963 participa como representante del movimiento socialista mexicano ante un congreso internacional celebrado en Moscú, en la antigua URSS.

En 1963 fue invitada a China, donde es atendida por la plana mayor encabezada por el propio Mao Tse Tung, acompañado por Chou En-Lai y Chin Yio. Los tres la sorprenden gratamente a su llegada tarareando la melodía de Las mañanitas mexicanas. Ese día cumplía años.

Recibe en 1965 otra triste noticia, esta vez el asesinato de su hermano David, con quien ella misma había luchado contra los latifundistas de su región.

Reconocimientos

1984.- Homenaje del Centro de Estudios Históricos del Agrarismo, con intervenciones de Ifigenia Martínez, Guadalupe Rivera Marín y Beatriz Paredes, hoy aspirante priista a la candidatura presidencial.

1996.- El gobernador Ángel Aguirre Rivero le entrega en Chilpancingo el premio cívico al Mérito de la Mujer, Antonia Nava de Catalán.

2000.- Homenaje póstumo del pueblo de Chilpancingo en su plaza cívica, encabezado por el propio Aguirre Rivero.