3 diciembre,2021 5:31 am

Guerrero: mitos y leyendas

La Política es así

Ángel Aguirre Rivero

 

Guerrero posee una narrativa oral y escrita que recoge mitos, leyendas y narraciones que vivenciales o no, perfilan una parte de nuestra idiosincrasia, nuestro carácter, nuestras creencias y tradiciones.

En las regiones de Guerrero perviven, contadas por las abuelas en las reuniones acompañadas con una taza de café, en las charlas de sobremesa de los padres con sus hijos, en las trasnochadas pláticas de los velorios, historias que, a fuerza de repetirlas, integran un repertorio del que dan cuenta diversas páginas que hay en la red.

Así, los guerrerenses nos miramos al espejo de nuestro pasado, reflejamos nuestra personalidad y hasta los temores a personajes etéreos, sobrenaturales en forma de chaneques, fantasmas, pequeños demonios, tal vez reminiscencias de nuestro pasado prehispánico y colonial. O son parte de una realidad difícil de aceptar por el pensamiento racional… ¿quién sabe?

¿Quién no ha escuchado, por ejemplo, que en la Calzada Pie de la Cuesta, a la altura de la curva de la Frente del Diablo, se aparece a los taxistas una mujer vestida de blanco?, ¿o la narrativa de personas que son nahuales y se transforman en animales?

O de las tlanteteyotas de Chilapa, leyendas que vienen desde el Siglo XIX, aquellas mujeres sensuales vestidas de blanco que salían por las noches por la ribera del río Ajolotero, para asediar a los hombres, seducirlos y violarlos… O hasta matarlos cuando éstos comprobaban con espanto que las tlanteteyotas poseían cabezas ¡de burro!

Rescato a continuación dos narrativas, de muchas que hay:

La mulata

Un buen día se presentó una muchacha, la cual era mulata muy bonita, de ojos lánguidos y cabellos de color negro, llamada Felisa. Era una sirvienta que debería prestar sus servicios a una noble familia de Taxco.

Un día, el hijo de la familia, al oír cantar a Felisa, se enamoró de ella. Poco tiempo después le confesó su amor y le pidió que fuera su esposa.
“Pero Felisa bien sabía que era una muchacha humilde y no podía aceptar la proposición de aquel muchacho noble y bueno, porque entendía que los padres de Álvaro, así se llamaba, se opondrían.
“A pesar de aquello, Álvaro les dijo a sus padres, les contó del amor que sentía hacia la hermosa mujer, al oír su madre quien era la joven en la que había puesto los ojos su hijo, y que no era dama de acuerdo a su rango, se opuso.

“Pero el amor de Álvaro era más grande que el respeto a sus padres, y pensó que sin el amor de su vida no podría vivir. Se dice que la hermana de Álvaro la golpeó y la corrió de la casa. La mulata partió rumbo hacia las montañas y en medio del cauce del río donde se forma una poza blanca y cristalina, se fue hundiendo poco a poco, porque ella sabía que jamás tendría el amor de Álvaro.

“El pobre de Álvaro, esa noche, aún sin saber nada de la infortunada mulata, tuvo un sueño en el que su amada lo llamaba desde la poza aquella. Y vio que aquel sueño era una triste realidad, porque en la orilla lo estaba esperando Felisa, la cual explicó lo ocurrido y Álvaro al saberlo todo, siguió el mismo camino de su amada.

Cuenta esta leyenda que, desde entonces en las noches de luna llena, se ven dos sombras que vagan a la orilla de la poza, y que no es más que el amor inmenso de Felisa y Álvaro, que han quedado unidos para siempre.

Fuente: Para Todo México / 15 de marzo de 2019 https://bit.ly/3IcuMAc

Los chaneques

Una de las leyendas que prevalecen en Guerrero, es la existencia de entes que son llamados chanes o chaneques. Los aldeanos expresan que estos espíritus habitan en los ríos y tienen la función de purificar el agua que se encuentra en el subsuelo de los manantiales.

Estos seres elementales son amorfos y de baja estatura. Por ese motivo suelen adquirir la forma de niños o adultos pequeños.

Se caracterizan por sus actos malignos o juguetones, ya que a veces atentan contra la gente que pretende bañarse u obtener agua de alguna laguna.

También detestan los ruidos fuertes al oscurecer, ya que descansan por las noches. De modo general, no intervienen en la vida de los habitantes, quienes manifiestan que gracias a ellos se evitan los males que posee el agua no filtrada.

Fuente: 10 Leyendas de Guerrero / www.lifeder.com ( https://bit.ly/32Yw01T )

Del anecdotario

Visitar el café La Parroquia en Veracruz es una experiencia inolvidable, disfrutar de un delicioso café “lechero” acompañado de unas canillas (pan salado delgado) y escuchar la marimba, te trasladan al México antiguo salpicado de tantas leyendas.

En el pequeño libro Leyendas de Veracruz, escrito por Francisco Abdalá Broissin y publicado por la editorial Grijalva, hay una narración que llamó mi atención.

Relata sobre un hálito de muerte que sopla sobre la Villa Rica de la Vera Cruz. Allá lejos, por sobre las murallas, surge el grito de los centinelas que vibra escalofriante: –¡centinela!, ¡alerta!…

Son las 9 de la noche, la Villa Rica es una ciudad muerta.

Se habla con misterio y hasta con horror, de que cuando todos duermen, un alma en pena vaga por las calles y se aparece a los trasnochadores que mueren de terror al verla.

Dicen que se trata de una mujer lujosamente ataviada que cautiva y hechiza a sus víctimas.

Trasnochador, mujeriego y jugador, don Luis Vázquez de Guzmán llega a la Villa Rica de la Vera Cruz.

El rico español don José Alonso ha organizado un gran festejo para su héroe don Luis Vázquez, quien no le teme a nada y está dispuesto a enfrentar con su espada a quien se le ponga enfrente.

La noche es tormentosa, surgen torbellinos de viento, ruidos que se antojan tenebrosos.

Todos vuelven presurosos a sus domicilios. Don Luis contesta con risa vanidosa, repite su reto en alta voz… Finalmente el audaz aventurero emprende el camino.

Un perro aulla en la lejanía y don Luis siente que el cabello se le eriza; con la cara descompuesta, recriminándose su cobardía, aprieta el paso.

En la inmensa soledad de la Calle de las Damas (ahora avenida 5 de Mayo), ha aparecido una mujer lujosamente ataviada que camina presurosa, con gracioso contoneo que hace derrochar armonía al conjunto de aquel cuerpo, un perfume tenue, sutil y excitante embalsama el ambiente y la doncella.

Corre la dama y corre don Luis, quien al hacerlo le dice que es un caballero dispuesto a servirla, que no tema ni desconfíe.

Ya la alcanza don Luis al llegar a la esquina de lóbrega callejuela, toma su mano de la que supone recatada doncella. Es entonces cuando don Luis siente que tiene entre las suyas una mano huesuda y fría, fría cual témpano de hielo.

Desaparece el perfume que le embriaga los sentidos y ahora aspira un aire fétido, una hediondez que trasciende a cadáver putrefacto; el brazo audaz de don Luis Vázquez, que pretendía ceñir el talle de la dama, encuentra sólo un ropaje flotante y a la luz brillante de un relámpago que parece detener su rauda marcha, ve con espanto, con el mayor terror, que esa cara que creía hechicera, es sólo una calavera donde ríen los dientes de la descarnada mandíbula, de los ojos que imaginaba brillantes y amorosos, sólo ve dos horrendos agujeros y al beso de aquella boca muerta, el aventurero hidalgo don Luis Vázquez de Guzmán, cae fulminado lanzando el grito de arrepentimiento.

¡Líbranos Señor!

Y Líbranos Señor, se llamó desde entonces aquel callejón fatídico en la hoy avenida 5 de Mayo, en la hermosa ciudad y puerto de Veracruz.

Las leyendas son así…

 

PD: Si tienes alguna leyenda o historia que platicar, te ruego me la hagas llegar vía WhatsApp al número: 7441351040.