8 octubre,2021 5:39 am

Guerrero: una mirada hacia el futuro

La política es así

Ángel Aguirre Rivero

 

(Tercera y última parte)

 Avizorando el futuro de Guerrero, no me gustaría pensar en un escenario de convulsión, y que por esto nos tengan que voltear a ver… hasta que el pasto esté incendiado.

No me gustaría pensar que cuando proliferen grupos radicales por todos lados, se diga: “también existe Guerrero”.

Duele mucho, y da mucho coraje ver el abandono en que se decreta dejarnos, que no se nos incorpora al proyecto de desarrollo del país, que no se piensa en el futuro. ¿Qué quieren?, ¿Que estemos en una convulsión en todas las regiones para que le pongan más atención al estado?

Si se le pone la debida atención a promover el desarrollo, si se vincula la actividad productiva del campo con la actividad turística, si se resuelven las insuficiencias en materia educativa, Guerrero puede ser diferente, puede aportarle mucho al país.

Puede ser un estado más justo, con más equidad, lo cual nos llevaría a tener un estado más en paz.

Cuando uno lee la narrativa de la gente, de las décadas pasadas, es evidente una confrontación del pueblo con sus gobernantes, donde el cacique se opuso al desarrollo, para mantener el poder y una serie de beneficios que con el progreso de la gente se le podían diluir.

Su gobernabilidad

Yo digo que Guerrero no es ingobernable, más bien creo que ha vivido un atraso secular creando condiciones muy propicias para que se generen movimientos.

Aun con la llegada de una nueva gobernadora como Evelyn Salgado Pineda, que tenga toda la voluntad de trabajo, no podrá si los recursos no son suficientes para poder atender esos reclamos.

A mí me planteaban tantas cosas, que decía “estoy de acuerdo con ustedes, el problema es que no tengo recursos para poder atender las demandas”.

Por otro lado, hay agrupaciones que surgen a raíz de ciertas situaciones oportunistas y han encontrado su modus vivendi ahí, como también hay otras a las que respeto.

Lo he dicho muchas veces y por eso voté por López Obrador, si el Presidente realmente le siembra los recursos necesarios en materia social y de desarrollo económico al estado, los guerrerenses van a cambiar.

Desde la gubernatura se tiene que seguir insistiendo en un trato diferente, un trato desigual para los desiguales, como decía Alejandro Cervantes Delgado.

Del anecdotario

Siempre me he sentido muy vinculado con los jóvenes de mi estado, tengo mucha empatía con ellos desde siempre.

Eso me llevó a la determinación de crear durante mi primer gobierno, la Secretaría de la Juventud como un espacio idóneo para el desarrollo e impulso de las nuevas generaciones.

Impulsar proyectos productivos, creación de microempresas, fomento de talentos musicales y culturales y rescate de eventos de formación política como los concursos de oratoria, poesía y música.

Por aquellos años me interesaba que nuestros jóvenes conocieran los grandes contrastes culturales y económicos de nuestro estado, se trataba de llevar jóvenes que viven en Acapulco a la Montaña alta y al revés, o llevar a los de Costa Grande a la Sierra guerrerense por señalar algunos ejemplos.

Recuerdo que en alguna ocasión en que llevábamos jóvenes mixtecos y tlapanecos hacia Acapulco, me subí a uno de los autobuses a dialogar con ellos sobre esta experiencia y pregunté cómo se sentían.

Un tanto cohibidos, me dijeron que estaban muy felices de conocer nuestro puerto y les dije: –levanten la mano quienes conocen el mar.

Y asombrado, vi que nadie la levantó, sentí una profunda tristeza.

Siguiendo esta estrategia, establecí el museo del niño La Avispa, hicimos un jardín botánico y unas fuentes danzarinas en el mismo lugar a iniciativa de un joven talentoso y entusiasta como Humberto Armenta, a quien nombré director de este organismo.

Muchas fueron las escuelas de nuestro estado que lo visitaron, pues les permitía tener una visión más amplia de nuestro estado de manera divertida; en el museo podían conocer de manera interactiva nuestras lenguas originarias, nuestra música, nuestra gastronomía y desde luego de manera subrayada nuestra historia.

Uno de las vertientes más importantes de este programa lo encabezó mi esposa Laura del Rocío, quien con una gran sensibilidad humana llevaba cada fin de semana a un importante número de jóvenes que se encontraban resentidos con la vida, con su familia y estaban tomando el camino de las adicciones.

A las famosas “haciendas” que los albergaban durante tres días, y con la ayuda de padrinos de este maravilloso programa de Alcohólicos Anónimos, les permitía trabajar su cuarto y quinto paso a través de un encuentro espiritual (que no religioso), con sus defectos de carácter.

Fueron más de 70 mil jóvenes quienes participaron, mediante un formato donde tenían la oportunidad de escribir durante tres días sus historias personales, sus resentimientos y los motivos; y en un ritual cargado de mucha espiritualidad se los entregaban a Dios como ellos lo concibieran.

Para darle seguimiento a esta “experiencia”, se fomentaron un sinnúmero de grupos de doble “A” en todo el estado, y estoy convencido que a muchos de estos jóvenes les cambió la vida de manera radical; muchos se reconciliaron con sus familias, otros cancelaron el camino de las drogas y el alcoholismo y hoy son buenos ciudadanos guerrerenses.

Ojalá y el nuevo gobierno le dé continuidad a estas practicas, que mucho contribuyen a la armonía familiar y a construir un Guerrero mejor.

La vida es así…