20 abril,2024 4:38 am

Guerrero y su escaso crecimiento

Héctor Manuel Popoca Boone

 

Una de las formas como Guerrero puede remontar el escaso crecimiento económico que lo ubica en el último lugar de la República en materia de desarrollo social y económico es con una mayor inversión pública destinada a detonar una incrementada inversión privada. Toda sana inversión nacional proviene del excedente económico que se genera anualmente de la actividad económica realizada en la República. Eso, para evitar pesados endeudamientos externos.

De cómo se utilice el exceso económico generado en una sociedad, depende su progreso y bienestar. (Paul Baran, dixit). Por lo que están íntimamente correlacionadas las maneras de generar riqueza social (recaudar impuestos, derechos y aprovechamientos públicos) y las formas de gastar el dinero público o del ahorro privado (derivado de las altas tasas de ganancias empresariales) al margen de evasiones fiscales particulares o francos latrocinios gubernamentales.

En México y en Guerrero en lo particular, la recaudación pública es baja y ha servido fundamentalmente para el derroche y ostentación de los políticos y gobernantes, para construir obras públicas no vitales, que poco incentivan la economía, pero sí son de alto costo por ser faraónicas o deslumbrantes, promotoras de la corrupción que deriva enriquecimiento suntuario e ilícito. En todos los casos es sencillamente acaparar y dilapidar el esfuerzo productivo realizado por millones de mexicanos que los aportan como impuestos para que el gobierno lo destine a incrementar el bienestar, la seguridad pública, la salud, la educación y la infraestructura esencial para progresar produciendo las empresas mayor número de satisfactores y empleos productivos.

También es necesario tener presente las altas tasas de ganancias económicas gravables, obtenidas por grandes empresas semi monopólicas que no las registran por elusión o evasión fiscal; además de que dichos montos no son invertidos productivamente, sino canalizados al consumo superfluo y suntuario de la oligarquía económica y política mexicana, por lo que no hay mayor producción de bienes y servicios, ni expansión o aumento de un mayor número de empresas y empleos en el sector privado; es más, hay fuga de millonarios montos de divisas hacia los mercados financieros internacionales con fines meramente especulativos; provocando el empobrecimiento de la población (66.4%. Inegi-2022*); muchos trabajadores con bajos salarios o forzados a participar en la economía informal (77.4 %. Inegi-2023*); el descomunal crecimiento y concentración del ingreso nacional en pocos agentes económicos y políticos corruptos; dando como resultado una distribución por demás inequitativa de la riqueza que impide crecer y desarrollarnos como un país con habitantes y pueblos prósperos.

De acuerdo con lo anterior, la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, comentó que muchos países en el mundo en desarrollo podrían poner mayores tasas impositivas a sus ciudadanos muy ricos y a las empresas monopólicas prósperas, (que éticamente están más obligadas a contribuir que el resto de la sociedad) como parte de una estrategia para elevar de manera sustentable los ingresos y reducir carencias y vulnerabilidades. El FMI indica que el coeficiente: impuestos/Producto Interno Bruto de México fue de 24.2 por ciento en el año 2022, nivel que ha permanecido relativamente constante durante las últimas dos décadas. Ese coeficiente es ¡significativamente menor! al de otras economías de América Latina como las de Brasil, Argentina, Colombia y Venezuela. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) confirma también lo anteriormente expresado.

Ya he subrayado en artículos de opinión pasados que, en Guerrero, el gobierno estatal y los gobiernos municipales pueden y deben incrementar sus ingresos propios para aplicarlos con honestidad a mejorar y ampliar los servicios públicos, estatal y municipales básicos, que están obligados a proporcionar por mandato constitucional a la población y no depender tan solo de las participaciones y transferencias federales para tal finalidad.

Condición sine qua non (acción indispensable, imprescindible y esencial) para lograr eso son: a) Desmantelar el “sistema de corrupción e impunidad” prevaleciente en nuestra estructura gubernamental. B) Establecer un sistema de verdadera rendición de cuentas, honestidad y transparencia en el uso responsable del presupuesto público. c) Tener un gobierno que trabaje a partir de una inobjetable congruencia entre indicadores de resultados o metas obtenidas, con costos y financiamientos no inflados en los programas a realizar. d) Gobernantes y funcionarios públicos honestos, veraces, eficientes y capacitados; erradicando la impunidad y aplicando las sanciones administrativas y penales correspondientes a funcionarios ladrones. Sólo así habrá suficiente autoridad moral para convocar a obtener mayores recursos económicos de carácter público, que se destinen a sacar al toro de la barranca.

Y es precisamente ahí donde la puerca tuerce el rabo; porque con la clase gobernante y los partidos políticos que operan en estas tierras del sur tales condicionantes para progresar seguirán siendo sueños guajiros plasmados únicamente en el papel. Por tanto, seguiremos siendo hijos de Job. Seguiremos estando job-didos por larga data.

* Editorial de El Sur-18/04/2024.

PD1. Son tiempos electorales; es época de puterías variopintas.

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