14 noviembre,2022 10:59 am

Hace vibrar a miles de seguidores la banda Earth, Wind & Fire en la Plaza México

El vocalista Philip Bailey dice que México era una escala obligada para celebrar la posibilidad de volver a los escenarios tras la pandemia

Ciudad de México, 14 de noviembre de 2022. Entre Verdine White, Philip Bailey y Ralph Johnson, las caras de Earth, Wind & Fire, suman casi dos siglos de talento.

Y, pareciera obvio que hicieran vibrar y cantar a 18 mil espectadores la noche del sábado en la Plaza México, pero hay que tener la chispa más viva que ensayada para lograrlo a placer.

De modo que aun con todas las tablas y con una condición vocal envidiable, lo que hizo rugir en el otrora coso taurino a la melancólica y nostálgica audiencia fue la embestida salvaje de frescura y naturalidad de este trío, prácticamente fundador de la banda estadunidense, y nueve músicos más que solventes.

Soul potente que se dosificó desde el inicio de la fiesta con Shining star, en punto de las 21 horas.

Sonriente y luciendo gafas oscuras, Bailey, emblemática voz de la agrupación, dijo emocionado que México era una escala obligada para celebrar la posibilidad de volver a los escenarios.

Agradeció el apoyo a su música a lo largo de los años 80 y pidió a todos se dispusieran a celebrar.

Como han venido haciendo en su gira, en realidad con escasas modificaciones al set list, la legendaria alineación exprimió las emociones de sus escuchas con soltura escénica, y lo mismo el vocalista, Philip Bailey, los hizo solfear y emitir coros multitudinarios, que estallar en ovaciones hacia Verdine White con su desbordada energía en la ejecución en el bajo.

Se tributaron autohomenajes de cinco décadas de actividad musical, apenas interrumpida un par de años por la pandemia de Covid-19, en temas ya clásicos como Sing a song y Got to get you into my life.

Muchas, muchas parejas celebraron con copa en mano a esta alineación, que es banda sonora de generaciones.

Hubo un momento cumbre: todos encendieron las luces de sus teléfonos para enmarcar Reasons, y Philip Bailey agradeció el gesto, conmovido.

Ahora sí, público fan, de edad, que una parte sufrió para estacionar alrededor del coso, pagando alrededor de 250 pesos en estacionamientos y de 200 a 150 pesos a franeleros, por supuesto, con policías que se hicieron de la vista gorda.

Lluvia de decibeles en riffs de guitarras y el sonido de los metales con las infaltables After the love has gone y Fantasy, que miles, incluidos expendedores de bebidas y alimentos, grabaron con los celulares.

Habilitado para dicha cantidad de personas, la México se convirtió en discoteca con Boogie Wonderland, Let’s Groove, September e In the stone, para el cierre a las 22:30 horas.

No hubo olés, pero sí muchos “wow” en el redondel (ahora tapiado con tarimas desmontables que simulan placas de concreto) dispuesto a ser nuevo escenario de espectáculos masivos en la ciudad.

Mientras los miembros de Earth, Wind & Fire abandonaban el lugar, en los accesos, dentro de la misma plaza, sonó todavía la música disco y cientos de asistentes bailaron y aprovecharon para tomarse un trago para celebrar, como Bailey dijo, la posibilidad de divertirse sin cubrebocas.

Texto: Hugo Lazcano / Agencia Reforma