21 febrero,2024 4:38 am

¿Hacia dónde va la invasión rusa de Ucrania?

Gaspard Estrada

 

El pasado fin de semana se llevó a cabo el Foro de Seguridad de Munich, uno de los principales espacios de discusión sobre los asuntos de seguridad internacional. Durante este foro, numerosos dirigentes políticos y económicos de las grandes potencias occidentales se reunieron en Alemania para elaborar escenarios geopolíticos, en particular sobre el futuro de la invasión rusa de Ucrania.
Infelizmente, las noticias no son positivas. Este último país lleva dos años en llamas, devastado por la guerra declarada por Putin. A pesar de la violencia de las acciones, los miles de crímenes de guerra cometidos indiscriminadamente, la magnitud de la destrucción causada por los incesantes bombardeos contra la población civil, y las atrocidades perpetradas en los territorios ocupados, todavía existen líderes que tienen dudas sobre la pertinencia de entrar en una lógica política y militar que permita derrotar a Putin. Frente a ello, el régimen ruso no se esconde, amenazando con ampliar el terreno de confrontación geográfica, e incluso nuclear, si Estados Unidos y la Unión Europea siguen ayudando a Kiev.
En buena medida, las élites europeas han eludido las iniciativas de Putin desde 2014, pensando que podían limitar las tentaciones del régimen ruso. No quisieron ver que detrás de ello, se encontraba una voluntad de establecer una suerte de Unión Soviética reinventada, aunque para ello sea necesario invadir a otros países. Durante mucho tiempo, este diagnóstico se hizo casi exclusivamente en Europa central y oriental, donde el recuerdo de los crímenes de la URSS sigue fresco.
El desenfreno de la actitud rusa y la movilización de la economía de ese país al servicio de la guerra han despertado a algunos dirigentes europeos, como demuestra no sólo el tono cada vez más serio del presidente francés Emmanuel Macron, sino también las numerosas declaraciones alarmistas de dirigentes alemanes, holandeses y suecos sobre la posibilidad de un conflicto directo con Rusia dentro de unos años. La reciente firma de mecanismos de protección bilateral entre Ucrania y Francia y Alemania son una buena muestra de ello.
Sin embargo, el debate que se está llevando a cabo en el viejo continente sobre la necesidad urgente de relanzar la industria de defensa europea es tardío, teniendo en cuenta que será necesario esperar entre cinco y diez años para recuperar una capacidad armamentística suficiente para tener de nueva cuenta unas fuerzas armadas capaces de responder a una acción directa de parte de Rusia.
Y si bien existe esta reacción europea, un eventual éxito electoral de Donald Trump en las próximas elecciones presidenciales norteamericanas significaría una verdadera ruptura estratégica en el orden militar occidental, poniendo por un lado en riesgo la preservación de la existencia territorial de Ucrania, y por otro también a Europa en la mira directa de Rusia.
Hace unos días, Trump dijo textualmente que, en caso de vencer en las elecciones en noviembre, su eventual gobierno no sólo no defenderá a los países europeos que no contribuyan de manera significativa al presupuesto de la OTAN, sino que estimularía a Rusia a atacar militarmente a estas naciones. En este sentido, Trump anunció de cierta manera la salida de Estados Unidos de la OTAN. Para los países que no disponen del arma nuclear –es decir, casi todos los países de la Unión Europea menos Francia–, el riesgo de una invasión rusa no podría descartarse.
¿Surgirá de esta inquietud una Europa del coraje y de la acción? Al día de hoy, es difícil contestar a esta pregunta. Está claro que los líderes europeos están buscando una salida política, militar y económica que permita evitar este cataclismo. Sin embargo, es probable que haya que esperar los resultados de la elección presidencial norteamericana de noviembre para ver en la realidad un cambio sustancial en la manera de actuar de los dirigentes europeos (o no, en función de los resultados). Esperemos que no sea demasiado tarde.

* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.

Twitter: @Gaspard_Estrada