25 mayo,2023 4:36 am

Hay incertidumbre sobre el paso a IMSS-Bienestar en trabajadores de Salud

En Acapulco señalan que la Dirección de Salud Municipal no les ha explicado de manera fidedigna en qué consiste el proceso de traspaso a la administración federal. En el hospital Raymundo Abarca familiares sufren las mismas incomodidades de antes y aún pagan medicinas y estudios. Anuncia el Insabi la apertura de cuatro unidades de salud en el estado

Acapulco y Chilpancingo, Guerrero, 25 de mayo de 2023. El responsable del centro de salud de la colonia Unidos por Guerrero, Juan Carlos Leyva Vargas, expuso que todavía hay “mucha incertidumbre” en la cuestión laboral dentro de la transición al esquema IMSS-Bienestar. El médico comentó que la Dirección de Salud Municipal, oficina de la cual dependen, no les ha expresado “fidedignamente en qué consiste” el proceso de traspaso a la administración federal, lo que causa “ansiedad” en los trabajadores.

El Sur hizo un recorrido a algunos centros de salud de Acapulco para informar cómo va la transición del sistema de salud en el municipio a la federación.

El módulo Unidos por Guerrero se encuentra en la calle Girasol, de la zona suburbana del municipio, adelante de la Central de Abasto.

En la fachada se leen los logos de la Secretaría de Salud federal, de su par estatal y del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi). El doctor Juan Carlos Leyva Vargas, quien tiene 15 años laborando en este centro de salud que depende de la Dirección de Salud municipal, recordó que el Insabi ya desapareció por decreto, entonces están en el proceso de transición al IMSS-Bienestar.

Precisó: “nosotros dependemos de Secretaría de Salud, pero no somos Secretaría de Salud. Estos módulos son municipales, por lo tanto, son mecanismos distintos que van a utilizar para que haya una transición, en relación con nuestros jefes”. En la dependencia estatal parece que no hay tanto problema, indicó, pero “aquí sí nosotros tenemos un problema tremendo”, sobre todo los administrativos y los trabajadores con más edad, quienes no entrarían en los criterios y los dejarían sin trabajo.

Parece que los únicos que serán trasladados al IMSS-Bienestar son “los operativos, que somos los que estamos en los módulos de salud. Y no a todos. Parece que a los de base no nos han dicho nada si vamos a transitar o no”. El médico Leyva Vargas tiene base en el Ayuntamiento y le decían que tenía que renunciar a ella “para poder estar en el IMSS-Bienestar y como yo no sé, ¿cómo voy a renunciar a algo que ya tengo seguro? Es un absurdo. Entonces yo necesito conocer todo eso y mis compañeros tienen que conocer todo eso. Si el director no nos explica, ¿cómo vamos a tomar una elección?”.

Señaló que los han visitado para hablar del tema, pero “hay unas etapas que desconocemos cómo son porque nuestro director, Aniceto Leguizamo, no ha tenido la capacidad de podernos expresar fidedignamente en qué consiste estos pasos. No sé si él tampoco sabe realmente, creo que dice que no sabe él tampoco”. Expuso que “en la Dirección de Salud hay mucha incertidumbre, probablemente hay algunos compañeros que tienen ansiedad porque desconocen el mecanismo o la forma de cómo nosotros vamos a hacer este cambio”.

Comentó que ya le hicieron un escrito a la alcaldesa, Abelina López Rodríguez, para que les expliquen en qué consiste esta transición porque “desconocemos”. Es consciente que el Ayuntamiento “tiene limitaciones en sus recursos, probablemente la presidenta está haciendo todo lo que puede, a lo mejor ella ve muy bien esto: al absorbernos, pues parece que es un poco de despeje porque nos va a pagar, se supone, la federación”.

Recordó que el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró durante una conferencia matutina “que en esta transición no iban a correr a nadie. Pues aquí parece que si no hay las condiciones y solamente absorben a los que son operativos, algunos yo creo que los van a dar de bajar porque ¿qué van a hacer con ellos si lo que quieren es angostar esta parte de los pagos de los trabajadores?”.

Más allá de que “no hay ninguna certeza de esa transición” en el tema laboral, el traspaso al IMSS-Bienestar se ha hecho presente en el equipamiento. Sin embargo, el doctor Leyva Vargas consideró que también ha sido “de forma irregular” porque se llevaron unos bienes y muebles, pero no siguieron los protocolos.

El centro de salud de Unidos por Guerrero cuenta con dos médicos generales, un odontólogo, dos enfermeras y dos promotoras y una sicóloga, también pasantes y practicantes. Indicó que en este punto “estamos bien, por decirlo de alguna forma, el problema son los insumos, en el sentido, por ejemplo, le acaban de traer al doctor la camilla para poder extraer. No tuvo durante mucho tiempo, entonces como que apenas se está equilibrando, acomodando”.

En cuanto al abasto de medicamentos, el responsable del módulo de Unidos por Guerrero aseguró que no han tenido “muchos problemas, éste es uno de los módulos que regularmente tiene más o menos las claves que se necesitan. Lo que ya tiene años que casi no tenemos es ácido fólico, llevo como tres, cuatro años sin ácido fólico, que es algo básico”.

Comentó que la pandemia sí causó problemas de desabasto, pero ya se llegó al nivel antes del Covid-19. Agregó que la escasez “de hace unos seis años para acá me ha disminuido, seis años para atrás era pésimo, no tenía nada. Apenas empezó más o menos a mejorar”. Sin embargo, señaló, “lo que sí me ha llegado ocasionalmente es medicamento que ya va a caducar”.

Las enfermedades más comunes que están recibiendo actualmente es por el calor: diarrea, gripa, dermatomicosis y gastroenteritis. También tienen pacientes crónicos degenerativos, es decir, los diabéticos e hipertensos, para los que no cuentan con todos los medicamentos, “nos hacen falta a veces” reconoció, aunque el módulo sí debería de tener.

El doctor, quien durante la entrevista usó cubrebocas, indicó que toma esta medida sanitaria porque trata con pacientes con tuberculosis, “una de las enfermedades principales que tenemos que atender porque son prioritarias”. El tratamiento “llega tarde”, pero sí cuentan con él.

Por la cantidad de consultas, entre 11 y 15 diarias, el módulo tiene un mantenimiento por parte de la Dirección de Salud Municipal cada tres años. “Pero a veces, en vez de arreglarnos, nos desajustan porque ahorita nos inundamos, la carpeta que cubre arriba no sirve, entonces cuando llueve, se filtra”, señaló.

En el hospital IMSS Bienestar Raymundo Abarca aún se pagan medicinas y estudios

En el hospital IMSS Bienestar Raymundo Abarca Alarcón, localizado en Zumpango, la institución de atención a la salud más importante de la capital del estado, así como en el Hospital de la Madre y el Niño Guerrerense, en Chilpancingo, persiste el desabasto de medicamentos y el cobro de estudios clínicos para los pacientes.

Trabajadores de la Secretaría de Salud estatal informaron que desde diciembre les informaron que se vive una transición del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) al IMSS Bienestar, pero las autoridades encargadas están herméticas y no les informan más al respecto.

Afuera del Hospital General Raymundo Abarca Alarcón, ubicado en Tierras Prietas, en los límites de Chilpancingo y Zumpango (municipio Eduardo Neri), en la fachada blanca con verde claro, ahora se encuentra la inscripción en la parte alta: Hospital IMSS Bienestar, Eduardo Neri, Raymundo Abarca Alarcón.

A las 11 de la mañana, cerca de 30 personas estaban sentadas en las bancas del acceso principal, otras 20 en el piso sobre cartones o sillas que llevan para esperar a sus familiares enfermos, también había cuatro casas de campaña donde otros pasaron la noche, y unos más se cubrían del sol debajo de pequeños árboles que hay en las jardineras.

Consultada en el lugar, Daniela, una madre originaria de Xochilapa, municipio de Eduardo Neri, contó que hace tres días llevó a su hija de 11 años porque se quedó paralizada, “me dicen que se le bajó el potasio, pero ya le hicieron estudios”.

Sostuvo que hasta ayer no le han cobrado un peso por atender a su hija, sólo llevó la Clave Única de Registro de Población (CURP), y respecto a medicamentos, sólo le piden que compre de forma externa uno que no tienen, y aunque no recordó el nombre, dijo que le cuesta 350 pesos y se lo administran a su hija cada 12 horas.

Manifestó que a su hija la han atendido muy bien, “las enfermeras son buenas personas”, aseguró que años atrás tampoco pagaba nada porque pertenecía al programa de Seguro Popular, ahora tampoco le han cobrado y sólo ha comprado el medicamento faltante.

Otra familiar de un paciente, originaria de Chilpancingo, que estaba sentada sobre cobijas y colchonetas bajo la sombra de un árbol, contó que el martes ingresó al hospital su sobrino por una herida de bala, expuso que los médicos le pedían que hicieran varios estudios con un valor de 5 mil pesos, y por ser de escasos recursos no pudieron reunirlos.

Contó que a pesar de que se dice que la atención es gratuita, en el lugar sí hacen falta medicamentos o aparatos para realizar estudios, y por el momento les habían solicitado pañales para adulto.

Coincidió en que sólo le solicitaron la copia de su CURP para operar a su sobrino, y que la atención de los médicos y enfermeros depende de las personas, porque hay trabajadores buenos, pero otros también son déspotas, “incluso las trabajadoras sociales con regaños te dicen las cosas”.

Se quejó de que tampoco hay baños para los familiares que están al tanto de sus pacientes, “aquí sufrimos (afuera del hospital), estamos tiradas aquí en la calle, el aire. Anoche (el martes) estábamos con temor de que nos mojáramos por la lluvia”.

Mencionó que hace un año y medio, su nieta nació prematuramente a los seis meses, pero en el mismo hospital les informaron que no tenían una incubadora libre, y fue hasta que pidió ayuda a la hermana de la gobernadora Evelyn Salgado, Liz Salgado Pineda, que la atendieron.

Criticó que aunque no le cobraron por el servicio, sí les cobraban por estudios del corazón que le hacían a la bebé porque era un médico externo que cobraba 3 mil 500 pesos, además, de otras radiografías que costaban 600 pesos cada una.

En Chilpancingo, en la colonia Huamúchil, al sur de la ciudad, está el Hospital de la Madre y el Niño Guerrerense, que es un Organismo Público Descentralizado, y se rige bajo el programa Insabi, sin embargo, a finales de abril la Cámara de Diputados federal aprobó la reforma que terminó con el Instituto encargado de ofrecer atención gratuita y medicamentos a las personas sin seguridad social, y será absorbido por el IMSS Bienestar.

Ayer se confirmó que en el Hospital de la Madre y el Niño Guerrerense también funcionan bajo el programa Insabi. Durante un recorrido, se observó a unas 20 personas que esperan por sus pacientes afuera de las instalaciones, uno de ellos era Juan Narváez, originario de la comunidad de Loma Bonita, municipio de Copanatoyac, en la Montaña de Guerrero.

Contó que la noche del martes 16 de mayo, su hija de 17 años –quien está embarazada– enfermó y tenía dificultades para respirar, y la llevaron al Hospital General de Tlapa. Sin embargo, a pesar de que el personal la registró, no la atendieron, por ello, al día siguiente prefirieron asistir al Hopistal de la Madre y el Niño Indígena, en la misma ciudad.

Una vez en ese hospital, les informaron que la trasladarían a Chilpancingo, porque su enfermedad en los pulmones estaba muy avanzada y su salud era complicada, aunado, a que “no podían atenderla porque no tienen todos los medicamentos ni el equipo para hacer los estudios”.

Dijo que una ambulancia la trajo hasta la capital del estado, y por la atención y el traslado no pagaron ni un peso, sólo tuvieron que llevar la CURP y un acta de nacimiento, “en Tlapa nos dijeron que hay un programa que se llama Insabi, y es el que cubrió todo el gasto”.

Manifestó que en el hospital de la Madre y el Niño Guerrerense sí cuentan con el material necesario y el equipo, “llevamos seis días, hoy (ayer) nos dijeron que mi hija se quedará otros ocho días más, hasta este momento todo lo que ha requerido está aquí, sólo hemos comprado un medicamento, jabón, pasta y un cepillo de dientes, pañales y toallas”.

Juan Narváez se quejó de que a los familiares de los pacientes no les permiten entrar durante el día para cubrirse del sol bajo los árboles, los mantienen afuera y sólo hay una pequeña caseta de tres metros por cuatro, donde se pueden cubrir también de la lluvia, pero a las 12 del día “era insoportable mantenerse por el calor que hacía”.

Añadió que a pesar de que el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, sostiene que en Guerrero hay medicamentos, en los hospitales y las comunidades originarias de La Montaña “hay centros de salud pero no llegan medicamentos ni para una fiebre o diarrea”.

También, ayer se preguntó a una trabajadora de Salud estatal, quien pidió no publicar su nombre por temor a represalias, debido a que las autoridades son herméticas para explicar la transición que vive el sistema de salud en el país.

La médica que ejerce desde hace 11 años aseguró que actualmente siguen trabajando con los formatos de Insabi, y que desde diciembre les informaron que comenzó la transición hacia IMSS Bienestar, para lo que se estableció un plazo de 180 días hábiles, que culminará en este próximo junio.

Contó que en Guerrero la encargada del enlace de IMSS Bienestar es Josefina Estrada, de quien los trabajadores saben poco, se quejó de que ningún funcionario de la Secretaría de Salud estatal les informa nada al respecto, sólo de vez en cuando les han dado a conocer los tabuladores federales a los trabajadores, pero hasta ahí.

Dijo que en febrero de este año, funcionarios federales hicieron un taller con el que les explicaron cómo trabajaría el IMSS Bienestar, pero era poca información, y consideraron que era muy similar al programa Prospera, por los formatos y el censo que les pedian deberán rellenar de los pacientes y sus necesidades.

Resaltó que lo que más causa incertidumbre a los trabajadores es que saben que Guerrero aún no ha firmado el convenio con el IMSS Bienestar, como lo han hecho otros estados, y la única información que tienen es que la primera transición sería de las instituciones, es decir las fachadas e instalaciones de salud, así como su equipamiento, y posteriormente pasarían a federalizar los contratos de los trabajadores de salud del estado.

Fue el 19 de noviembre de 2022, en una visita del presidente Andrés Manuel López Obrador en Acapulco, en la inauguración de la Clínica de Hemodiálisis Renacimiento, cuando encomendó la tarea de optimizar los servicios médicos gratuitos en Guerrero, y que se consideró el inicio del plan del IMSS Bienestar en la entidad.

“Ya empezamos la contratación de médicos, de especialistas, que no les espanten, no se va a despedir a nadie, al contrario, se va a basificar a quienes no tienen permanencia, es mi compromiso y vamos a garantizar el derecho a la salud. (…) No queremos cajas registradoras, porque la salud no es privilegio, es un derecho de nuestro pueblo”, aseguró el presidente.

Se comprometió a volver a Guerrero en seis meses para supervisar los avances del sistema de salud pública que ofrece una atención universal y resaltó que serían al menos ocho hospitales más en todo el estado con el plan de IMSS Bienestar.

Abren la próxima semana unidades de salud en cuatro cabeceras municipales

El Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) informó ayer que el Hospital Comunitario de San Luis Acatlán, el Centro de Salud de Marquelia, la Unidad de Hemodiálisis de Chilpancingo y el Banco de Sangre de Tlapa iniciarán operaciones la próxima semana.

La secretaria de Salud estatal, Aidé Ibarez Castro,  adelantó que levantarán actas jurídicas del equipo y la infraestructura, “para que, si la descomponen mañana, ya no es responsabilidad de los que estamos en esto”.

También la coordinadora Nacional Médica del Insabi, Jazmy Laborie Nassar, advirtió que enviarán al jurídico al personal que se niegue a operar a un paciente.

Ayer, el Insabi informó en un boletín que se realizó una reunión periódica entre autoridades del Instituto y la Secretaría de Salud de Guerrero, en la que evaluaron obras de infraestructura hospitalaria, equipamiento médico, recursos humanos y medicamentos en las unidades de salud que construye en la entidad.

Indicó que la secretaria de Salud estatal, Aidé Ibarez Castro, encabezó la reunión, y en representación del director general del Insabi, Juan Antonio Ferrer Aguilar, estuvo la titular de la Unidad de Coordinación Nacional Médica, Jazmy Laborie Nassar.

Según el boletín, las autoridades acordaron que la próxima semana inician operaciones cuatro establecimientos de salud: el Hospital Comunitario de San Luis Acatlán, y el Centro de Salud con Servicios Ampliados (Cessa) de Marquelia, ambos en Costa Chica; la Unidad de Hemodiálisis de Chilpancingo, y el Banco de Sangre de Tlapa, en la región de la Montaña.

Detalló que para el arranque de operaciones del Hospital Comunitario de San Luis Acatlán, serán las áreas de consulta externa y dental las primeras en ofrecer servicios, así como laboratorio y farmacia.

Manifestó que del Centro de Salud con Servicios Ampliados de Marquelia también habilitará el área de consulta externa, y posteriormente continuará con la apertura de la sala de expulsión.

Expuso que de la Unidad de Hemodiálisis del Hospital General de Chilpancingo Raymundo Abarca Alarcón, ubicado en la capital del estado, las autoridades informaron que, a finales de esta semana, estarán concluyendo las capacitaciones teórico-prácticas al personal encargado de operar las máquinas, para que a partir de la próxima semana se brinden tratamientos a guerrerenses con enfermedad renal que no cuentan con seguridad social.

El Insabi mencionó que del Banco de Sangre de la Montaña, ubicado en  Tlapa, se propuso la realización de una campaña altruista de donación sanguínea, encabezada por personal del Insabi, que podrá extenderse a la población en general durante los días posteriores.

Aseguró que para coordinar el arranque en los cuatro centros de salud, las autoridades estatales y federales ordenaron integrar equipos de trabajo compuestos por personal de ambas dependencias.

Reiteraron que lo prioritario no es realizar ceremonias y eventos inaugurales, sino iniciar la prestación de servicios médicos dignos a quienes no cuentan con seguridad social en esas comunidades de la entidad.

Informó que los trabajos continúan según lo prospectado en las obras del Hospital General de Ayutla, el Hospital Comunitario de Olinalá, el Centro de Salud de Tlacoachistlahuaca, el Hospital IMSS-Bienestar Renacimiento, el Hospital General de Zihuatanejo Bernardo Sepúlveda Gutiérrez y el Hospital General de Acapulco El Quemado.

La secretaria de Salud estatal, Aidé Ibarez Castro, afirmó que todo el trabajo en coordinación con el Insabi se hizo para beneficiar a la población que más lo necesita en Guerrero, y que a pesar de las inercias del pasado que buscan frenar la transformación del sistema de salud, existen voluntades que hacen posible brindar servicios médicos de calidad a la población menos favorecida y con ello garantizar el cumplimiento del mandato constitucional.

Sostuvo que  “la experiencia con los trabajadores y el programa de Insabi ha sido maravillosa, nos ha enseñado que los mexicanos podemos movernos a cualquier lugar donde haga falta llegar”.

Exhortó al personal médico a aprovechar los recursos que se han destinado para la transformación del sistema de salud.

“Cuando empezamos a hacer las cosas bien, empieza una sombra oculta a descomponer las cosas, pero vamos a sostenernos. Vamos a levantar actas jurídicas del equipamiento y de la infraestructura funcional, para que, si la descomponen mañana, ya no es responsabilidad de los que estamos en esto”, manifestó.

Por su parte, la coordinadora nacional Médica del Insabi, Jazmy Laborie, resaltó los avances hechos en un año, y aseguró que han mejorado radicalmente las condiciones en las que se atiende a la población sin seguridad social.

Afirmó que en Guerrero “no es ni de cerca lo que encontramos nosotros hace un año y medio en las condiciones de dignidad”.

Advirtió que si un profesional de la salud se niega a dar atención a las y los pacientes, se realizarán las gestiones correspondientes ante el área jurídica, “la mejor manera de reactivar los quirófanos es programar las cirugías y al que se niegue a operar al paciente que le programaron, se va al jurídico”.

Según el Insabi, a la reunión asistieron el coordinador nacional de Segundo Nivel, Edgar Balbuena Herrera; el coordinador de Conservación y Mantenimiento, Juan Hernández Olvera; el coordinador de Formación y Capacitación del Personal de Salud, Rosbel Toledo Ortiz; la directora de Difusión y Atención Ciudadana, Bertha Alicia Galindo Peláez; el subsecretario de Planeación, Roberto Núñez Hernández; el subsecretario de Prevención y Control de Enfermedades, Jesús Ulises Adame Reyna; la directora de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos, Erika Salgado García; el director de Servicios de Salud, Raúl López Roque; la directora de Planeación, Lluvia Sánchez Reyes y la subdirectora de Atención Médica, Digna Guzmán Hernández; del Centro Estatal de Medicina Transfusional, Enedino Gómez Rodríguez, y el subdirector del Hospital IMSS-Bienestar Renacimiento, Arturo Ávila Sánchez.

Texto: Ramón Gracida Gómez, Emiliano Tizapa Lucena y Redacción / Foto: Jessica Torres Barrera