3 noviembre,2023 4:49 am

Hiram Ruvalcaba: La dignidad de la escritura

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Adán Ramírez Serret

Es difícil escribir sobre literatura cuando hay catástrofes. El huracán Otis ha dejado hasta ahora casi 50 personas sin vida, pérdidas que parecen irreparables y caos y devastación en Guerrero. No parece pertinente hablar de literatura en medio de estas circunstancias. Sin embargo, si se recapacitam puede ser, por un lado, un respiro para pensar en otras cosas; o, quizá en el caso milagroso, que la literatura sirva para entender lo que está sucediendo. Así que dedico estas líneas a todas las personas que se han visto afectadas por este terrible huracán.

México es un país azotado por catástrofes, algunas son causadas por la naturaleza, pero la mayoría son provocadas por los mismos seres humanos. Además de la corrupción o sobre dimensionada por ésta en los últimos años, México ha sido destruido por la violencia en la historia reciente Al grado que muchas veces pareciera preferible no abrir las páginas de los periódicos para mantener cierta paz mental y limpiarnos un poco de sangre.

Pero la realidad pesa y espacios como la literatura comenzaron a estar cada vez más y más atravesados por la violencia, teñidos de sangre. Tanto así que buena parte de la literatura hecha en México está cargada de terror y para los europeos y estadunidenses si la literatura mexicana no tiene sangre y crimen, no existe.

Sin embargo, la literatura, el arte, siempre encuentra su propio camino y sorprende, incluso entre esta sobrecarga de sangre y violencia, es el caso de Hiram Ruvalcaba (Zapotlán El Grande, 1988) quien reflexiona desde la literatura sobre las infinitas violencias que vive México. Lo hace desde una idea muy preciada para él, como es la microhistoria. Es decir, cuenta la historia de un país hablando de un fragmento particular de este, la familia. Desde ese núcleo de donde todos venimos y que contiene nuestra esencia.

Ruvalcaba es originario de Zapotlán, sitio inmortalizado por una ascendencia literaria tan contundente como Juan José Arreola y Juan Rulfo. E Hiram al igual que el autor de Pedro Páramo, que hizo del territorio ficticio Comala el escenario de su obra, transforma Zapotlán El Grande en Tlayolan, que es el espacio en donde sucede su obra y su más reciente entrega Todo pueblo es cicatriz.

La novela está planteada con una especie de mapas temporales en donde los puntos cardinales están relacionados con el tiempo. Con descubrimientos del narrador que lo van llevando de una pérdida de la inocencia, a la asimilación de un mundo terrible en donde nadie es inocente.

La novela abre cuando el narrador personaje se enfrenta por primera vez a la muerte, en poco tiempo sabe que se trata de un asesinato, y con el paso de los años que es un feminicidio. Se trata de una mujer que vivía a unas cuantas casas de la suya, que un día escucharon violencia, disparos, y poco tiempo después se encontró a la mujer sin vida.

La violencia es el leitmotiv que va definiendo la brújula de la formación del personaje narrador. Hay una gradación, pues se va acercando cada vez más al núcleo, a la familia. Pues a un hermano de su padre les disparan y atropellan. También con sus propios amigos de su calle experimenta los primeros comentarios misóginos, la sobre sexualización de los jóvenes adolescentes y un comportamiento salvaje ante los animales.

Todo pueblo es cicatriz trasciende la violencia al ser narrada en primera persona por un personaje que trata de entender. Indaga todo el tiempo dentro de sí mismo, algunas veces con culpa, otras con dolor, pero sobre todo con la curiosidad de redescubrir sus vivencias, redimensionar sus pensamientos para revelar quién ha sido, quién es la persona que cuenta estas historias. Pienso que la literatura da dignidad en obras como Todo pueblo es cicatriz, porque, aunque sean atravesadas por catástrofes, no quiere decir que no haya derecho a pensar, a tener una literatura que muestre la vergüenza que aún le queda a un país. Que en medio de la debacle, quedan seres humanos con dignidad.

Hiram Ruvalcaba, Todo pueblo es cicatriz, Ciudad de México, Random House, 2023. 225 páginas.