5 febrero,2024 5:00 am

Homenajean a García Costilla, líder estudiantil, de colonos, de la guerrilla y de la izquierda

 

En el auditorio de la Rectoría de la UAG, participaron en el acto sus compañeros en diversos momentos, que dieron testimonios de su valentía y congruencia desde el movimiento social hasta el armado. El dirigente que estuvo desaparecido y fue torturado en 1980, pidió que la Universidad “sea un sitio de memoria, donde se rescaten y se resguarden los testimonios de las mujeres y hombres víctimas de la guerra sucia”

 

 

Chilpancingo, Guerrero, 5 de febrero de 2024. Más de 100 universitarios y luchadores sociales asistieron al homenaje para Juan García Costilla, de quien se destacó que fue líder estudiantil en los años de 1960, guerrillero en los 1970, sobreviviente de la guerra sucia, dirigente de colonos de Acapulco y del PRD por el que llegó a ser diputado federal.

Este sábado, en el auditorio de Rectoría de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), García Costilla estuvo acompañado en el presídium por la maestra emérita de la UAG, Alejandra Cárdenas; el integrante de la extinta Comisión de la Verdad de Guerrero (Comverdad), Nicomedes Fuentes; el ex gobernador Rogelio Ortega Martínez y Palemón Castrejón Salgado, además de sus hijos Raúl Sendic y Amílcar García Estrada, así como su nieta Ana Karen.

Pablo Guzmán leyó la semblanza de García Costilla, quien nació el 24 de junio de 1943, en la comunidad El Mineral de Guadalupe, municipio de Zihuatanejo; estudió en la Preparatoria 2 de la UAG, en 1965, y después en la Escuela de Derecho de donde fue expulsado junto con Carmelo Cortés Castro, ambos militantes del Partido Comunista, y más de 60 dirigentes estudiantiles, como parte de la represión al movimiento por la autonomía universitaria y contra la reelección de Virgilio Gómez Moharro como rector.

En 1972, García Costilla participó en el proceso de democratización de la Federación Estudiantil Universitaria Guerrerense, desde la Unión Estudiantil Guerrerense, que apoyó la candidatura de Rosalío Wences Reza como rector, quien resultó vencedor y promovió el proyecto Universidad Pueblo. García Costilla estudió derecho y fue fundador de los Bufetes Jurídicos Universitarios y Populares, en Acapulco y Chilpancingo.

Las múltiples detenciones y las agresiones al movimiento social lo llevaron a la clandestinidad y a su incorporación a las células urbanas de la guerrilla del Partido de los Pobres, de Lucio Cabañas. El líder guerrillero cayó en diciembre de 1974 y García Costilla se integró al Comando 8 de Octubre, de las Fuerzas Armadas para la Liberación (FAL), hasta su detención el 17 de octubre de 1980, y desaparecido durante un mes.

Apareció en público dentro de la cárcel de Acapulco, donde se integró al Consejo General de Colonias Populares de Acapulco (CGCPA), organización de los vecinos del anfiteatro que se defendieron del desalojo impuesto por Rubén Figueroa Figueroa del anfiteatro hacia la recién inaugurada Ciudad Renacimiento.

Salió de la cárcel en 1982 y se integró a la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR). Participó en la fundación del PRD en 1989 y al siguiente año fue candidato a la alcaldía de Acapulco. Los perredistas organizaron una marcha en el bulevar de Las Naciones contra el “fraude electoral”, donde García Costilla “fue herido de gravedad” y rescatado por Wences Reza y David Molina.

En 1999 fue electo diputado local por el distrito 17 y en 2002 fue diputado federal plurinominal. Su último cargo fue en 2011, como delegado del Instituto de Vivienda y Suelo Urbano de Guerrero.

Una de las moderadoras del evento, Rosa María Gómez Saavedra, resaltó el papel de la pareja de García Costilla, quien no asistió por cuestiones de salud, Anita Estrada Ramírez, no sólo como compañera de vida y lucha, sino como parte a una familia emblemática del movimiento de esos años en Guerrero, y que tiene desaparecidos a sus hermanos Teresa, desde 1974, y Domingo, en 1980.

Dijo que el siguiente pendiente es “el reconocimiento a las mujeres que han luchado, no como las parejas de o hijas de, sino por su convicción de lucha por una patria nueva”, y mencionó a las desaparecidas Victoria Hernández Brito, Aída Ramales, Aurora de la Paz, Teresa Torres de Mena, Concepción Jiménez Rendón y Tania Gascante.

Rogelio Ortega contó que conoció a García Costilla en 1972, durante la elección del rectorado, y mencionó que el homenajeado hacía “mancuerna” con Ricardo Texta en la Unión Estudiantil Guerrerense. La elección se canceló, lo que permitió que llegara después a Wences Reza.

El también catedrático de la UAG destacó una de las acciones del Movimiento de Liberación 8 de Octubre, que consistió en sustraer más de 12 fusiles FAL de la Base Naval de Icacos. La lucha revolucionaria forjó su “sencillez en el trato, la amabilidad, la humildad, la congruencia, la honestidad y una vida austera”. Citando a Bertolt Brecht, Ortega Martínez dijo que el homenajeado es uno de los “imprescindibles”.

Nicomedes Fuentes indicó que este evento forma parte de “la lucha de la memoria contra el olvido” y calificó a García Costilla de “extraordinariamente valiente”, porque cuando fue detenido en Morelia en 1980, no delató la ubicación de ninguno de sus compañeros, entre ellos Nicomedes, pese a ser “torturado hasta reventar”.

Al término del discurso de Nicomedes Fuentes, García Costilla se levantó de su asiento y dijo: “Se pueden lograr muchas cosas con la voluntad de ustedes, sin la voluntad de ustedes, nosotros no hubiéramos hecho nada, porque es el pueblo el que nos ha dicho cuál es el camino”.

Alejandra Cárdenas estuvo a cargo de entregarle un reconocimiento “por su trayectoria de vida militante de izquierda, de lucha democrática y revolucionaria en Guerrero y México, impulsor del movimiento cívico”. Contó que lo conoció como líder de la Unión Estudiantil Guerrerense, junto con Guillermo Sánchez Nava, Sam, homenajeado de manera similar en noviembre de 2022.

Alfredo Pineda Gómez, profesor de la UAG y uno de los organizadores del homenaje, junto con Bernardina Zazocoteco y Rufino Guzmán, dijo que García Costilla “representa un compromiso por que en el presente se logre avanzar, acabando la simulación, porque lo que ahora tenemos son políticos simuladores. Son políticos que hablan de aparente democracia, aparente lucha, pero solamente buscan un beneficio personal y familiar a nombre del pueblo”.

Raúl Sendic García Estrada leyó un discurso escrito por su papá y dijo: “Somos parte de una generación que intentó tomar el cielo por asalto, que quería imponer el reino de Dios en la Tierra, que quiso seguir los cauces democráticos, que a la vez fueron cerrados por la represión, los crímenes masivos y selectivos”.

Agradeció que el homenaje fuera en la universidad por la que luchó y pidió que ésta “sea un sitio de memoria, donde se rescaten y se resguarden los testimonios de las mujeres y hombres víctimas de la guerra sucia”.

Algunos asistentes dirigieron algunas palabras al homenajeado, como Ángeles Santiago Dionisio, hermana del finado Octaviano Santiago Dionisio, compañero de cárcel de García Costilla; también Efrén Cortés, uno de los sobrevivientes de la masacre de El Charco, y Eliana García, presa en noviembre de 1983 en el contexto de la lucha del CGCPA.

En las pantallas fueron proyectadas fotografías históricas y contemporáneas del homenajeado. El auditorio estaba casi lleno y asistieron Micaela Cabañas, hija de Lucio, y representante de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en Guerrero; Martha Obezo, esposa del presidente del Congreso del Estado asesinado Armando Chavarría y la abogada Pilar Noriega, ex comisionada de la Comverdad.

Asimismo, los ex guerrilleros Alfredo Campaña y Félix Bautista, Lucio de Abajo; Andrés Nájera, presidente del Comité Eureka en Guerrero y hermano del desaparecido en 1974, Jacob Nájera; el ex titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural de Guerrero (Sagadegro), Jorge Peto; y los universitarios Raúl Javier Carmona, Javier Albavera, Pedro Bustos y Sindeo Muñiz; el cronista de Atoyac, Víctor Cardona, y el ex presidente del PRD en Acapulco, Martín Hernández.

 

Texto: Ramón Gracida Gómez / Foto: Jesús Eduardo Guerrero