15 diciembre,2022 9:38 am

Entregan las medallas del INBAL con una reivindicación feminista y a favor de la defensa del patrimonio nacional

Subraya la artista visual Mónica Mayer que el reconocimiento que recibió es por el trabajo “de muchas historiadoras, curadoras, funcionarias, de muchas mujeres, de muchas décadas tratando de visibilizar el trabajo” de las creadoras

Ciudad de México, 15 de diciembre de 2022. Desde el escenario de la sala Manuel M. Ponce, Mónica Mayer subrayó lo inédito de su caso, al ser galardonada con la Medalla Bellas Artes en Artes Visuales (2021).

“Quiero subrayar el hecho de que una artista feminista esté aquí ahorita es el trabajo de muchas historiadoras, curadoras, funcionarias, de muchas mujeres, de muchas décadas tratando de visibilizar el trabajo de las artistas”, expresó Mayer, pionera y protagonista del arte feminista en América Latina, de camiseta negra estampada con la leyenda en morado “Glorieta de las Mujeres que Luchan”.

Esta entrega de las Medallas Bellas Artes, que aglutina a los galardonados de 2020, 2021 y 2022, correspondió a las ramas de Patrimonio, Arquitectura y Artes Visuales.

“Aquí estamos quienes hemos trabajado para los artistas y el patrimonio”, bien dijo Miriam Kaiser, quien obtuvo el reconocimiento en el campo de Artes Visuales (2020) por su labor de curadora, que inició cuando la palabra era poco utilizada; también dirigió el Museo del Palacio de Bellas Artes y fue asesora en la creación de los museos de Arte Moderno y Nacional de Arte.

“Soy una titiritera que ha tratado de hacer que las cosas sucedan”, añadió Kaiser, quien ante Lucina Jiménez, directora del INBAL, aludió a la falta de dinero para el sector cultural, no sólo ahora, sino de siempre, que llevó a Javier Barros, su jefe, a decir: “Se acabó el dinero, que empiece la imaginación”.

En Artes Visuales también recibió la medalla Arnaldo Coen (2022), perteneciente a generación de La Ruptura, promotor del expresionismo fantástico y la experimentación transdisciplinaria entre artes visuales y teatro.

La ceremonia fue celebrada este martes por la noche en el Palacio de Bellas Artes.

En la rama de Patrimonio, categoría instaurada a partir de 2019, fueron reconocidos la arquitecta Valeria Prieto López (2021) y el jurista Jorge Sánchez Cordero (2022).

A nombre de la arquitecta Prieto López, aquejada por el Alzheimer desde hace tres años, recibió la presea (2021) su hija Berenice Aguilar. Un reconocimiento a su labor en favor del mejoramiento de la vivienda rural y la conservación del “patrimonio edificado virreinal y del patrimonio artístico del siglo XX”.

Se trata de una joven funcionaria cuando no había mujeres funcionarias en la Secretaría de Obras Públicas, destacó sobre su trayectoria el arquitecto Xavier Cortés Rocha.

“Desafortunadamente desde hace aproximadamente tres años, mi madre sufre de Alzheimer y como todos sabemos, este es un malestar muy desafortunado desde el punto de vista de las facultades mentales, ella ha perdido varías décadas de su vida en su memoria y esto es muy fuerte para nosotros, que somos su familia, pero yo sé que este reconocimiento, esta medalla tan merecida, la va a recibir con mucho gusto y emoción cuando se la entreguemos sus nietos aquí presentes y yo”, dijo Aguilar al agradecer la presea para su madre.

El jurista Jorge Sánchez Cordero (2022), considerado el mayor especialista en legislación internacional de protección de bienes culturales y asesor emérito de la SRE, fue galardonado por su labor en la prevención y combate al tráfico ilícito de bienes culturales. Fue quien logró la adhesión de México al Convenio Unidroit sobre los Bienes Culturales Robados o Exportados Ilícitamente.

En el campo de Arquitectura, se entregó la Medalla Bellas Artes a Óscar Hagerman (2020), cuya trayectoria se enfoca en proyectos urbanos de vivienda, escuelas, planeación de oficinas y mobiliario para su producción industrial.

Y en la segunda parte de su trayectoria, según la semblanza hecha por Dolores Martínez Orralde, se concentró en proyectos rurales y con cooperativas para el diseño de mobiliario, productos y arquitectura con las comunidades.

En su nombre, su hijo Lorenzo Hagerman recibió la presea y leyó el mensaje enviado por el arquitecto, quien no pudo asistir a la ceremonia.

“La arquitectura es una profesión de servicio, no es una profesión elitista que sólo puede hacerse a los que puedan pagar los honorarios que necesitamos para vivir”, planteó Hagerman, por voz de su hijo, al postular una arquitectura flexible que atienda a las necesidades de sus usuarios.

Mientras que la trayectoria del arquitecto y diseñador Alberto González Pozo (2022) se enfoca en la conservación y restauración del patrimonio construido y cultural.

Al arquitecto, quien presidió el Icomos mexicano, se debe el Proyecto Integral de Restauración del Castillo de Chapultepec, así como los planes parciales de conservación para los centros históricos de San Miguel de Allende (1997) y de Tampico, Tamaulipas (1998) y el Plan de Conservación del Poblado Histórico de Real de Catorce (1998).

Texto: Érika P. Buzio / Agencia Reforma