1 diciembre,2017 9:10 am

Hoy recibe la catalana Carme Pinós el premio ArpaFIL de arquitectura; es la primera mujer

Guadalajara, Jalisco, 31 de diciembre de 2017. La arquitectura cumple una función social importante. Es una disciplina que requiere de gran responsabilidad, conocimiento y empatía, pero sobre todo saber escuchar, no sólo al cliente, sino al contexto y a la ciudad, advierte Carme Pinós (Barcelona, 1954).

“El arquitecto tiene que aprender a escuchar mucho, tenemos una responsabilidad frente a la sociedad muy grande y eso hace que debamos tener las antenas bien puestas para entender el contexto, las necesidades, hay que saber escuchar para entender qué se pretende y saber darle vuelta”.

La arquitecta catalana se convertirá hoy, a las 18 horas, en el Auditorio Juan Rulfo de la Feria Internacional del Libro, en la primera mujer en recibir el Homenaje ArpaFIL.

Este espacio de reflexión sobre patrimonio, arte y arquitectura de la FIL, ha reconocido desde 1995 el legado de arquitectos como Teodoro González de León, Ricardo Legorreta, Rogelio Salmona, Enrique Norten, y Alberto Kalach.

Pero no se había dado lugar a las mujeres, reconoció el rector del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño, Ernesto Flores Gallo, durante la premiación del Concurso ArpaFIL para estudiantes, que se llevó a cabo ayer en la FIL y que le dio el primer lugar a Fernando Méndez García, José Alberto Anguiano Hernández, Alexis Nambo Mariscal y Martha Beatriz Vázquez Guzmán, por un proyecto de revitalización del malecón de Cajititlán.

En ese contexto, Pinós reconoció que las mujeres tienen habilidades distintas a los hombres que las hacen mucho más empáticas y con mayor capacidad de entendimiento.

“Las mujeres tenemos una capacidad de escucha mucho más grande que el hombre, entre otras cosas porque durante muchos siglos no se nos ha dejado nada más que escuchar, entender y callar, no se nos dejaba acción y hemos desarrollado esta capacidad de escuchar y de empatía que el hombre no tiene. Esa capacidad es muy importante para la arquitectura, es fundamental para entender qué se nos está pidiendo, hemos de tener empatía, de estar muy abiertos, hemos de ser algo poroso para que nos entre por todas partes la información para después transformarla en arquitectura”, describió la reconocida arquitecta.

Pinós fundó su propio despacho en 1991. Desde entonces ha construido centros culturales, escuelas, conjuntos de viviendas, oficinas, como la Caixaforum en Zaragoza –que entre maquetas y bocetos, forma parte del acervo del Centro Pompidou–. Ha dado conferencias y clases magistrales a la Escuela de Diseño de Harvard y a la Universidad de Columbia en Nueva York.

En Guadalajara ha desarrollado varias obras, desde una pequeña construcción de descanso en Zapopan, hasta los grandes proyectos de las torres Cube I y II en Puerta de Hierro. De hecho, una de las maquetas de la Torre Cube I forma parte del acervo del Museo de Arte Moderno de Nueva York.

Pinós ha recibido varios reconocimientos a lo largo de su trayectoria, como el Premio Nacional de Arquitectura por el Consejo Superior de Arquitectos de España, el Primer Premio en la Bienal Española de Arquitectura y el Premio Nacional de Arquitectura Pública por el Gobierno Catalán.

“Por esta gran responsabilidad que tiene el arquitecto, es una profesión fascinante, es una profesión que no se acaba en el despacho, en la escuela, es una respuesta social y por ello hemos de entender nuestro contexto, nuestra contemporaneidad”, dijo la arquitecta.

 

Nota: Rebeca Pérez Vega / Agencia Reforma/ Foto: Reforma.