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Martes 02 de Julio de 2024

Guerrero, México

Política  

Cargada de la clase política priísta y ex acarreados acompañan al ex tapado

   Aurelio Peláez Con una cargada de su clase política y con unos 20 mil asistentes, al estilo de los mejores tiempos del PRI, este partido inscribió ayer como su candidato único a gobernador del estado al senador Héctor Astudillo Flores. Marcha de dos horas de los priístas; lenta al principio, y paso veloz al … Continúa leyendo Cargada de la clase política priísta y ex acarreados acompañan al ex tapado

Marzo 25, 2004

 

 Aurelio Peláez

Con una cargada de su clase política y con unos 20 mil asistentes, al estilo de los mejores tiempos del PRI, este partido inscribió ayer como su candidato único a gobernador del estado al senador Héctor Astudillo Flores.

Marcha de dos horas de los priístas; lenta al principio, y paso veloz al final, para llegar a la hora límite del registro del único candidato priísta. De hecho, llegó a la hora límite, a las 18 horas, durando el trámite poco menos de tres minutos. En el ínter, empujones para subir las escalinatas de piedra hacia la mesa en donde el comité encargado de la inscripción le esperaba. Mentadas de madre, codazos, caídos, en el intento por estar en el grupo cercano a Astudillo: –Chingue su madre la prensa –gritaba una ferviente militante al camarógrafo que la hizo un lado para acercarse a la mesa de registro. Del otro lado, la respuesta fue del mismo tono.

La marcha, que comenzó poco después de las 4 de la tarde en la alameda Granados Maldonado, fue un espacio para el rencuentro de nuevas y viejas generaciones de priístas. El gentío se agolpa a la llegada de Astudillo, ex alcalde de Chilpancingo, quien abre la caminata en la descubierta flanqueado de su colega, el senador Héctor Vicario Castrejón, y el ex alcalde de Acapulco Manuel Añorve Baños, dos de los que declinaron en su aspiración por buscar la candidatura. Van también el dirigente nacional de la CNC-disidente, Nabor Ojeda Delgado, y el ex diputado federal Efrén Leyva Acevedo, otros declinantes. Se acomoda igual en la descubierta la secretaria de Fomento Turístico, Guadalupe Gómez Maganda, quien a pesar del agobio que se le veía, y los empujones a lo largo de los seis kilómetros, aguanta el paso, a veces llevada en vilo, hasta la sede del PRI estatal, al otro lado del bulevar.

Bandas de música y bailantes de diversas regiones, sin faltar los grupos de danza de tlacololeros de la región, anteceden al contingente. Los cohetones se lanzan desde diversos lugares, lo mismo que confeti a lo largo de las calles de Chilpancingo. Un leve zipizape al principio, cuando frente a la calle Nicolás Bravo, Astudillo se detiene para saludar a su mamá y a sus vecinos. A manotazos y empujones, un equipo de cercanos de Astudillo intenta alejar a los fotógrafos. A manotazos y empujones les responden:

–Esta es una campaña, güey, háganse a un lado –les grita Efrén Leyva y aleja a los incondicionales del senador para abrir espacio a los periodistas.

Los grupos de priístas caminan en bloques. Los diputados federales son encabezados por Rubén Figueroa Smutny. Con él van Abel Echeverría, Mario Moreno, Marcelo Tecolapa y Alvaro Burgos, que este reportero no conocía hasta que vio su fotografía en la Redacción de El Sur. El grupo Acapulco hace su bloque: Jesús Bernal, ex líder municipal, Gonzala Vinalay, Federico Marcial y Vicente Trujillo, los dos últimos añorvistas. Por el otro lado el grupo de Vicario, con el magistrado Fermín Alvarado a la cabeza, y entre quienes camina su ex vocero de prensa, Miguel Ángel Hernández Albarrán.

También aparecen funcionarios como el subsecretario de Desarrollo Social, encargado del programa de Pensión Guerrero, Isaac Ocampo, el mismísimo capitán de Puerto, Antonio Pizá Vela, y el delegado de Gobierno en Costa Grande, Armando Federico González, quien se ufana: “Yo traje dos camiones de gente”. Abriendo espacio al precandidato va Efraín Zúñiga hijo, ahora no como miembro de la Coordinación de Avanzada del gobernador René Juárez. En los alrededores del edificio del PRI estatal, unos cien camiones de pasajeros provenientes de las diversas regiones del estado aguardan a los marchistas para regresarlos a sus lugares de origen. Acarreados, les decían antes.

De la marcha

–¡Paso veloz, paso veloz, paso veloz! –grita megáfono en mano el notario público Robespierre Robles Hurtado, al frente del contingente, empujando su robusto cuerpo para abrir paso. Y es que son ya las 17:10 de la tarde y la marcha apenas ha pasado por el Palacio de Gobierno. Faltan 50 minutos para el cierre del registro. La esposa de Astudillo, Mercedes Calvo, prácticamente es secuestrada por un grupo de mujeres, que la adelanta a la marcha del contingente, y por ello a las órdenes de “paso veloz” es empujado, con todo y la posible futura primera dama: “¡Héctor, y Meche, lo que Guerrero quiere!”, gritaban las mujeres.

Con apuros caminan integrantes de la vieja clase política, entre ellos ex diputados federales de legislaturas pasadas, como Efraín Zúñiga Galeana, Abel Eloy Velasco, Porfirio Camarena Castro y Jorge León Robledo.

–¿Ya ve lic. como no andaba jerrado? –le dice un priísta a uno de ellos, a propósito del candidato de unidad priísta, antes llamado el tapado.

Faltan 20 minutos para el cierre del registro. “Aprieten el paso”, se ordena. Los que van delante de la descubierta llevan una mano detrás que los empuja. Apenas se puede caminar. Frente a la glorieta Lázaro Cárdenas, un grupo de universitarios intenta cerrar el paso con una valla, para detener y saludar a Astudillo, pero son arrollados por los miles que vienen detrás.

Llegando a la gasolinera son las 17:45. Grupos de porras esperan la marcha. Un grupo de música de viento es sacado a las orillas. El notario Robles Hurtado con el megáfono en mano pide paso. Más arrollados, sobre todo colonos que intentan acercarse al candidato.

En el PRI la explanada prácticamente está ocupada. Durante dos horas los asistentes escucharon al grupo musical la Luz Roja de San Marcos, con una versión de La Media Arepa: “Dame la media arepa mamá, vota por Astudillo papá… Astudillo, Astudillo, Astudillo”. Se escucha la voz del maestro de ceremonias: “Esos de Coyuca, dónde están… Los de Tixtla”, gritos aislados le responden: “Los de Acapulco, que se sienta la presencia de Acapulco, porque dicen que en esa ciudad ya no hay priístas”.

En la entrada a las escalinatas nuevos forcejeos de los invitados por pasar al lugar de la inscripción del precandidato. Una red los detiene. El ex candidato a alcalde de Acapulco, Ernesto Rodríguez Escalona –cuyo coordinador de campaña fue Astudillo– pasa a empujones por el grupo de seguridad, y levanta la cuerda que intenta detener a los marchistas. Arriba, apretujados, esperan los ex gobernadores Ángel Aguirre Rivero, Israel Nogueda Otero y Javier Olea Muñoz (quien hace seis años pretendió ser candidato a gobernador por el PRD), y en su breve discurso, tras recibir su constancia de inscripción –hoy se le entregará el dictamen de aceptación– el senador Astudillo saluda al ausente ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer. También “de manera especial” a los ya ex aspirantes Añorve y Vicario, quien van en la pelea por la presidencia del PRI estatal, luego de que trasciende de que tras la convención del 5 de abril, donde Astudillo será candidato único y será ungido por aclamación, Héctor Apreza renunciará al cargo.

Una pequeña batalla por venir, la de Añorve y Vicario, que ayer quedó en tregua. Lo importante para el priísmo era dejar constancia de que dentro había unidad, y que la rebeldía de Carlos Sánchez Barrios había sido aplastada por un carro completo.