I

–Mucho gusto –dice el candidato presidencial de la alianza Por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, cuando su coordinador nacional de Redes Ciudadanas, Ricardo Monreal Avila, le presenta en el aeropuerto de Acapulco a los políticos priístas que –se podría decir– son de primer nivel, y que le anuncian que se incorporan a esa campaña.
Un guía de turistas, antes, en la espera en la sala de llegada de vuelos nacionales, se inconforma ante el reportero: “Ese señor, cómo se llama… Guerrero, qué hace aquí esperando al Peje… Y ese Mayrén, mira, qué cosas, la buscó en el PRI (la candidatura a la presidencia municipal) y la perdió, y ahora está en el PRD, y fíjate, ahora que con el que la perdió (Ernesto Rodríguez Escalona) ¡está con Zeferino!”.
El guía de turistas –perdón, no le pedí el nombre– resulta ser un asiduo lector de El Sur. Conoce de firmas de reporteros y fotógrafos: “¿Quién es Karina Tejada?”. No vino, le digo. El hombre, canoso, alto, está en la espera de los jóvenes que vienen a la Olimpiada deportiva nacional y que llegan en el vuelo del candidato presidencial del PRD-PT-Convergencia. Los deportistas bajan primero. Luego, los reporteros de medios nacionales que le acompañan en su gira por Guerrero y Oaxaca, y al final López Obrador.
Tercera gira por Guerrero, ahora por la Costa Chica. San Marcos, Ayutla, Marquelia, San Luis Acatlán y Ometepec.
En el aeropuerto, ahí están, en primera línea, el ex secretario de Gobierno en los primeros años de la gestión priísta de René Juárez, ex diputado federal y ex líder nacional del sindicato del ISSSTE, Marcelino Miranda Añorve; a su lado, el ex secretario de Gobierno con José Francisco Ruiz Massieu, ex diputado federal, ex alcalde de Chilapa, ex director de Comunicación Social y ex Procurador de Justicia con René Juárez, Jesús Ramírez Guerrero; el ex diputado federal costachiquense Salvio Herrera Lozano; el ex alcalde de Taxco Enrique Martiní Castillo, y el ex secretario de Asuntos Indígenas con René Juárez, Pablo Sapién Cortés. También, el ex titular de la Secretaría de Educación, quien apenas unos días antes se echó la encomienda de incorporar a priístas a la campaña de López Obrador, Miguel Mayrén Domínguez, y el ex delegado de Transportes en Acapulco, Gildardo Gutiérrez, del equipo de Miranda Añorve.
Miranda Añorve va a la cabeza del nuevo grupo de priístas que se va a la campaña de López Obrador. Y él, Ramírez Guerrero y Salvio Herrera cuentan que la razón principal es impedir que la derecha –con su candidato, el panista Felipe Calderón Hinojosa– retengan la presidencia de la República e impongan su proyecto de nación.
No es una cosa de cambio ni de traiciones. No es cosa de resentimientos. Ninguno aspiró a ningún cargo de elección popular. Es cosa de apostarle a uno de los dos proyectos con capacidad de quedarse en Los Pinos, ante la caída del candidato de su partido, Roberto Madrazo Pintado.
Ninguno, por el momento, renuncia al PRI. Ninguno, tampoco, reniega de su militancia priísta. Todos mantienen sus nexos con el partido, con la militancia, con sus amigos en los diversos periodos de gobierno en los que participaron. Todos, ahora, a la campaña de López Obrador. Eso dicen.

II

En la espera a López Obrador en el aeropuerto, temprano llega el candidato a la diputación federal por el distrito 04, Ramón Almonte Borja. Los reporteros llegan en un auto. Piden permiso para estacionarse en un área frente a la terminal. No, ese es territorio de “la federal”, dice un poli semianalfabeto. ¿Más allá? Tampoco, es territorio federal. Carajo, qué es federal y qué es local. Dejamos el auto cerca de la zona de la basura. Un policía nos busca después en la antesala a llegadas nacionales. “Es territorio federal”. De a guefo pagamos estacionamiento: 15 pesos por 15 minutos. Qué negocio es la concesión del aeropuerto.
En el estacionamiento, antes, el secretario particular del gobernador Zeferino Torreblanca, Julio Ortega, esperaba la llegada de Ricardo Monreal. Llega Monreal, se baja de su camioneta, el funcionario se acerca y lo saluda y antes de que entre a las salas del aeropuerto, platica con él. Algunos reporteros los ven de lejos. El fotógrafo de El Sur, Éric Miralrío, se acerca para tomar la foto. Ortega sigue como si nada hasta que el reportero de Televisa, Nereo Galindo, corta la plática para entrevistar a Monreal. Ortega huye. La foto del encuentro, a eso de las 10:15 de la mañana, se nos va.
Minutos después, la secretaria de Monreal se acerca a Nereo y le dice: “El licenciado (¿en qué?), Julio Ortega dice que le urge hablar con usted”. “Ah, sí, orita le hablo”, contesta Nereo. Los maliciosos maliciamos el porqué de la urgencia. Nada de imágenes de él con el dirigente nacional del PRD. En descargo de Nereo hay que decir que es un colega querido, simpático, chambeador, pero sin malicia. Pero por su culpa se nos fue la foto que mostraría cómo cumple el gobierno zeferinista el acuerdo de neutralidad aprobado por el IFE.

III

–Mucho gusto –dice el candidato presidencial por la coalición Por el bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, al saludar a los priístas que se incorporan a su campaña. López Obrador, en su paso con su comitiva, atropella. Se le ve de buen humor. Saluda a quienes se encuentra en el camino, pero cero entrevistas.
–El subcomandante Marcos dijo anoche que…
–Ya respondí ayer en TV Azteca.
El Peje, López Obrador, sigue en su guión. La agenda de entrevistas la fija él.
Igual, en San Marcos, periodistas “locales” se agolpan para preguntarle algo. Cero. En Guerrero, el mensaje de El Peje es el mitin y el discurso. Aquí, ante la debacle del priísmo y la inoperancia del panismo, por lo menos, tiene chance. Pero en su paso, su comitiva, atropella.