EL-SUR

Lunes 21 de Octubre de 2024

Guerrero, México

Política  

Pide el obispo que el sacrificio de Arcos sea a cambio de la paz en Chilpancingo

Recuerda el prelado que firmó el 11 de junio, ya alcalde electo, el Compromiso por la Paz y dice que “seguramente estaba él ya planeando, dialogando para buscar esa paz”. Acuden cientos a la catedral a la misa del novenario a la que asistió la viuda Sandra Solís y su hijo

Octubre 17, 2024

El obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, da su pésame a la esposa de Alejandro Arcos Catalán, Sandy Solís, al término de la misa en la catedral a nueve días del asesinato del presidente municipal de Chilpancingo, Foto: Jesús Eduardo Guerrero

Alina Navarrete Fernández

Chilpancingo

Unas mil personas abarrotaron la Catedral de la Asunción de María en la última misa del novenario de Alejandro Arcos Catalán que fue oficiada por el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, quien pidió a Dios paz a cambio del sacrificio del alcalde.
La misa estaba programada a las 5 de la tarde, pero media hora antes los feligreses comenzaron a llegar a la Catedral, donde las familias Arcos Solís y Arcos Catalán ocuparon las primeras filas de las bancas.
Entre los asistentes estuvieron el morenista que compitió con Alejandro Arcos por la alcaldía, Jorge Salgado Parra, los dirigentes estatales del PRD, Mario Ruiz Valencia, y del PRI, Alejandro Bravo Abarca; el dirigente municipal del PRI, Edwin Morales Leguízamo y la primera síndica del Ayuntamiento de Chilpancingo, Jacaranda Solís Guerrero.
También el ex diputado local Bernardo Ortega Jiménez, la ex presidenta de la Mesa Directiva del Congreso del Estado, Yanelly Hernández Martínez, y la ex alcaldesa de Tixtla, Erika Alcaraz Sosa, los tres por el PRD.
El perímetro de la Catedral fue resguardado por agentes de la Policía Estatal, mientras que adentro se observó al menos cuatro escoltas vestidos de civiles, que permanecieron cerca de la familia del alcalde.
Desde que llegó, Sandra Solís Peralta, viuda de Alejandro Arcos, recibió abrazos y el pésame de los asistentes. Fue necesario que un párroco les pidiera que se acercaran a la también presidenta honorífica del DIF Municipal al final para poder iniciar la misa, pero principalmente, “para que esté tranquila”.
La misa inició minutos después de la hora prevista. Había decenas de personas de pie afuera y adentro de la Catedral, por lo que la procesión encabezada por José de Jesús González entró por un acceso alterno en lugar de la entrada principal.
En su sermón, el obispo dijo que en cada eucaristía “ofrecemos a Jesucristo, muerto y resucitado”. Recordó que el hijo de Dios pidió “hagan esto en conmemoración mía… nosotros lo ofrecemos en cada misa y aquí añadimos la intención”.
“Durante estos 9 días hemos estado ofreciendo, también dentro del sacrificio de la ofrenda que es Jesús al padre, ponemos también a nuestro hermano Alejandro (Arcos), lo estamos ofreciendo y junto con él, nos ofrecemos también nosotros, somos también víctimas, junto con Alejandro, junto con Jesús, somos la víctima que queremos que sea agradable a Dios Padre Todopoderoso”, expresó.
“Nos ofrecemos para obtener de Dios misericordia, pero antes de pedir misericordia, nosotros le damos las gracias a Dios Padre”, por habernos dado la fe, la unidad, la paz y al alcalde, quien fue asesinado el pasado 6 de octubre.
Resaltó que a Alejandro Arcos “no nos lo quitaron, lo ofrecemos” al igual que a Jesús, “pero a cambio, como le ofrecemos mucho, le pedimos mucho, le pedimos mucho, a cambio Padre, del sacrificio que te ofrecemos, pedimos la paz en la cual trabajó Alejandro, la paz de esta ciudad, de esta capital”.
José de Jesús Gonzaléz recordó que fue testigo cuando el perredista firmó “junto conmigo” el Compromiso por la Paz, el pasado 11 de junio, ya como alcalde electo: “él traía ese compromiso y seguramente estaba él ya planeando, dialogando para buscar esa paz y dejó empezado este trabajo de la paz, pero nos dejó a todos nosotros continuar con ese don de la paz que Dios da a los que se la pedimos”.
El obispo habló de la importancia de abrir el corazón pues “allí está” la salud, el consuelo, la paz, el amor, “en tu corazón está el remedio de todos los males, pero entendiendo un corazón que se alimenta del cuerpo y la sangre de Cristo”.
Manifestó que para que haya menos lágrimas, hay que abrir el corazón. Pidió que “a cambio del sacrificio que ofrecemos en este noveno día, él (Dios) disponga de nuestro corazón para que quepan todos, inclusive a los que nos han ofendido, inclusive a los mismos verdugos, inclusive aquellos que le han así quitado la vida material de nuestro hermano Alejandro”.
Al final de la misa, Sandra Solís, acompañada de su hijo Carlos Alejandro, pasó al frente del Altar Mayor para dirigirse a los asistentes, a quienes “en nombre de la familia, les agradecemos mucho su compañía, su corazón, por amar a Alejandro Arcos Catalán intensamente”.
Invitó a que, en honor al alcalde, “sembremos esa semilla que él hoy ha sembrado en cada uno de nosotros, que esa semilla de paz y de amor la llevemos a nuestros hogares, a nuestros hijos, a nuestros padres, a nuestros hermanos, a todos los ciudadanos, que siempre brille el amor que él ha sembrado en ustedes”.
“Estamos muy, muy felices porque nos han acompañado siempre, gracias por su compañía”, concluyó y en seguida una ovación hizo eco, poco más de un minuto.
Una mujer gritó: “¡que viva Alejandro Arcos Catalán”, y los asistentes respondieron “¡qué viva!”. Después, el obispo agradeció a los asistentes, principalmente a la familia del alcalde, por haber asistido a la misa vestidos de blanco, “su fe ha producido este color, gracias porque nos han dado un testimonio de su fe, de su unidad, de su amor, de su cariño”.
Finalmente, agradeció a Sandra Solís por sus palabras, “muy bonitas, nos llega al corazón” y llamó a seguir el mensaje de la viuda del alcalde.
Tras la eucaristía, los asistentes hicieron una larga fila para saludar a la familia de Alejandro Arcos, especialmente a Sandra Solís y a su hijo; la mayoría recibió como recuerdo un denario, pero también se entregaron velas e incluso retratos del alcalde que fueron bendecidos por el obispo.