* Feligreses rechazan la orden de traslado del obispo

Gregorio Urieta, corresponsal, Ciudad Altamirano * Unos 150 feligreses de la parroquia de Esquipulas están en plantón en el templo católico, y mantienen “retenido”, al párroco de la misma, Daniel Rodríguez, porque no aceptan que sea trasladado a la parroquia de Tlatlaya, estado de México, como lo decidió desde la semana pasada les comunicó el obispo de la diócesis de Altamirano, Carlos Garfias Merlos.

Daniel Rodríguez fue vocero del anterior obispo de esa diócesis, Raúl Vera López, y se hizo cargo de esa parroquia de Esquipulas no bien se había ido Raúl Vera como coadjutor de Samuel Ruiz a San Cristóbal de las Casas, en Chiapas.

Desde entonces emprendió un proceso de minuciosa organización de la feligresía de Esquipulas, de las más devotas de la región y se dio a la tarea de iniciar la construcción de una moderna parroquia en la que han participado con su mano de obra y trabajo comunitario  todos los feligreses.

En la actualidad, de la antigua parroquia de Esquipulas sólo queda una torre que según algunos enterados data del año 1800. En su lugar está una moderna iglesia, producto de un diseño arquitectónico de Francisco Benítez Remigio, vecino de ese lugar.

No terminan aún plenamente todos los trabajos de construcción de la iglesia y ya el obispo Carlos Garfias Merlos tomó la determinación de cambiar de adscripción al presbítero Daniel Rodríguez, ante lo cual la comunidad se inconformó. El viernes pasado se presentó el obispo a dar posesión al nuevo párroco, Francisco Morales.

Iba con el mismo, acompañado de varios sacerdotes y seminaristas y se encontró con una manifestación de unas 150 personas, las que impidieron que Garfias diera posesión de las oficinas a Francisco Morales.

Una feligresa, Reyna Valencia, se puso en huelga de hambre hasta que fue convencida de retirar su protesta, ante la “preocupación” del obispo expresada vía telefónica al padre Daniel.

Entrevistado en su oficina, en donde está “retenido” por los feligreses y a donde éstos le llevan alimentos, el sacerdote Daniel Rodríguez señala que él está dispuesto a obedecer la decisión del obispo sobre su traslado.

Señala que su informe de trabajo está listo en tres volúmenes engargolados, su maleta está lista y su oración para recibir al nuevo párroco está lista.

Señala que su traslado obedece a la voluntad del obispo de cambiarlo a Santiago Tlatlaya, estado de México y que la postura de los feligreses es una manifestación de su capacidad de decidir y expresar su derecho a esperar comprensión de un hijo, de parte de un padre como es el obispo Garfias.

Los feligreses “no están pidiendo nada imposible, nada difícil, ni están haciendo ningún desorden. Están pidiendo una condescendencia de un padre”, dice el párroco Daniel Rodríguez ante la postura de los feligreses que piden que lo dejen “por lo menos un año más para que disfrute de su obra”.