EL-SUR

Miércoles 23 de Octubre de 2024

Guerrero, México

Política  

“Si la gobernadora no puede, que se vaya”, dice el hermano del alcalde asesinado

En la velación del cuerpo, Adonai Flores exige la salida del subsecretario de Gobierno, Francisco Ro-dríguez, y del secretario para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas y Afromexicanos, Abel Bruno, por obstaculizar el rescate de su hermano con el argumento de que negociaban con sus captores

Junio 24, 2024

Carmen González Benicio

Malinaltepec

En la velación del cuerpo del alcalde Acasio Flores Guerrero, indígena me’phaa privado de su libertad y asesinado por pobladores de la colonia Guadalupe, anexo de Alacatlat-zala, los asistentes pidieron justicia y que no sea un caso más impune.
Su hermano Adonai dijo que si la gobernadora Evelyn Salgado Pineda “no puede con el cargo, que renuncie”, y también pidió el cese del subsecretario de Gobierno, Francisco Rodríguez Cisneros, y del secretario para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas y Afromexica-nos, Abel Bruno Arriaga, por obstaculizar el rescate de su hermano, con el argumento de que negociaban con sus captores.
El hermano del alcalde asesinado dijo que están adoloridos y decepcionados de las instituciones y los gobernantes, porque su familia confió en ellas, “les dimos la oportunidad de hacer lo que les toca hacer” pero no intervinieron a tiempo.
“Gobernación, más que resultados obstaculizó, porque no hicieron lo que nuestros pobladores, la gente de confianza hizo, se animó a entrar a buscar a mi hermano, sin encontrarlo”, dijo en declaraciones.
Agregó que, mientras ellos seguían simulando con su mesa de diálogo, su hermano ya estaba muerto, porque según la versión de los testigos, desde el jueves perdió la vida, fue golpeado, torturado y escucharon las detonaciones de un arma de fuego.
También acusó de complicidad en el homicidio a las autoridades comunitarias de la colonia Guadalupe, anexo de Alacatlatzala, .
Remarcó que llamaron al 911, que esperaron que las autoridades hicieran lo que por protocolo les corresponde, pero les fallaron a ellos y a su hermano, que en vida siempre respetó las instituciones e inculcó a su familia el camino del diálogo.
Consideró que el gobierno con eso buscó controlar al pueblo, para que no se suscitara una masacre, pero el precio fue muy alto porque mataron a su hermano.
Señaló que el homicidio está motivado en el conflicto agrario, porque a su hermano lo culparon de ser el autor intelectual de los asesinatos de gente de Alacatlatzala, por ser líder y dirigente, en medio de un problema que tiene más de 50 años.
Por eso, lamentó que los tribunales agrarios no emitan resoluciones, “tal vez necesitan más sangre, tal vez necesitan más muertos”.

Ineptitud del gobierno estatal

Dijo que la comisión enviada por el gobierno estatal actuó con ineptitud, pues Francisco Rodríguez ni siquiera acudió al lugar, lo tomó como un asunto sin importancia: “Responsa-bilizo a la gobernadora por su negligencia, al no dar prioridad a la retención de un alcalde”, señaló.
Aseveró fue una burla lo que hizo Gobernación estatal, al decir que seguían en diálogo y su hermano estaba con vida, cuando los pobladores ya lo habían localizado en el trayecto que ellos supuestamente vigilaban. “Estuvo un día ahí, muerto”, afirmó.
“Terminaron con su dignidad y también con la nuestra, por lo que exigimos que el asesinato no quede impune, ni sea una estadística más”.
Exigió a la gobernadora que destituya al subsecretario Rodríguez por su incapacidad y falta de compromiso, así como al secretario de los Pueblos Indígenas, Abel Bruno.
Adonai responsabilizó a éste último, su paisano y ex presidente de Malinaltepec, que buscó la reelección en 2021 por Morena, pero perdió ante Acasio Flores, de obstaculizar la liberación de su hermano en la supuesta mesa de negociación, porque nunca hicieron nada, “por donde transitaban, en la carretera estaba el cuerpo de mi hermano”.
Además aseguró que Bruno Arriaga tiene una relación cercana con los comuneros de Alacatlazala.

El conflicto agrario, el fondo del homicidio

La forma en que ocurrió la privación de la libertad y homicidio del presidente Acasio Flores, son fragmentos que se unen en los comentarios de los malinenses, que aún no asimilan lo sucedido con su autoridad; “lo hubieran detenido hasta golpeado, pero no matado”, dicen y se preguntan “¿por qué la saña?”.
Lo que se cuenta es que se organizó la gira por tres comunidades: Monte Olivo, Santa Anita y colonia Guadalupe. Las autoridades comunitarias fueron avisadas dos días antes, para los preparativos.
Ese jueves iniciaron por la mañana en Santa Anita y Monte Olivo, cercanas a Alacatlatzala, sobre la carretera Tlapa-Marquelia, y concluirían en la colonia Loma Bonita, más distante, en la parte baja, donde el único paso hacia allá es atravesando Alacatlatzala.
La inauguración de las obras en las dos localidades ocurrió sin contratiempos. La avanzada de seis personas, se desplazaba en una camioneta blanca, en tanto el alcalde atendía a los pobladores na savi.
Al llegar a la delegación en Loma Bonita, para hablar con las autoridades, los trabajadores fueron retenidos, golpeados, amarrados y encerrados en los cuartitos que tiene adentro, por personas armadas y con el rostro cubierto, por lo que no pudieron reconocerlos.
Ahí permanecieron hasta que llegó la comitiva de Acasio Flores. No saben qué ocurrió afuera, hasta que los hombres armados y encapuchados entraron con el presidente, al que golpearon, tiraron al suelo, lo patearon y lo hicieron hincarse. No vieron si le dispararon, porque los sacaron de la oficina de la delegación. Sólo escucharon detonaciones.
Uno de ellos comentó que escuchó a quien coordinaba al grupo de hombres armados, quien le dijo a Flores Guerrero que si lo conocía, porque era hermano de uno de los muertos cuando ellos se metieron a sus tierras, en alusión a una emboscada ocurrida el 1 de noviembre de 2020 en la que murieron tres comuneros de Alacatlatzala y quedaron siete heridos.
El testigo, que llegó junto con el presidente, mencionó que al bajarse de la camioneta y dirigirse a la oficina de la delegación, fueron interceptados por los hombres armados con el rostro cubierto, que uno preguntó quién era el presidente y Acasio Flores respondió que él.
Al identificarlo lo sometieron, le gritaron y lo metieron a la fuerza a la sede de la delegación. Escucharon golpes y gritos.
Los hombres armados sacaron a los del grupo de la avanzada, que iban ensangrentados. Les dijeron que se fueran, apuntándoles con armas largas. Cuando se retiraban escucharon detonaciones, pero no vieron que pasó, porque todo ocurrió dentro de la oficina.
La familia, al ser informada, pidió la intervención inmediata de las autoridades estatales, por las detonaciones de las armas y los antecedentes del conflicto agrario entre Alacatlatzala y Malinaltepec, sobre todo porque Acasio Flores era el presidente del Comisariado de Bienes Comunales cuando se recrudecieron los enfrentamientos, con muertos y desaparecidos.
Pobladores de Malinalepec contaron que soldados del Ejército y elementos de la Guardia Nacional fueron al lugar, pero como no “pudieron entrar, porque estaba cerrado con piedras”, solo estuvieron un tiempo y se replegaron al crucero de Malinaltepec, que está a unos 5 kilómetros de Alacatlatzala.
Se quejaron de que no hubo investigación, que alargaron las cosas, dando tiempo para que los perpetradores del homicidio reaccionaran sacando el cuerpo de la colonia Guadalupe en la misma camioneta del Ayuntamiento que llevaba el grupo de avanzada, y dejándola a orillas de la carretera a Tlapa.
El vehículo estaba a unos 2 kilómetros de distancia de Alacatlatzala y a 3 del crucero de Malinaltepec, donde se instalaron las fuerzas de seguridad y las personas que intervenían para buscar que dejaran libre al alcalce.
Pobladores de Malinaltepec entraron a la colonia Guadalupe, el viernes, sin encontrar a nadie en la delegación, ni al presidente Acasio Flores, pero sí las casas cerradas, y pese a eso, el gobierno seguía con su postura de entablar el diálogo.
Dijeron que durante esa búsqueda un profesor vio la camioneta blanca, que le pareció sospechosa y se bajó para revisar. Ahí se dio cuenta de que del lado del copiloto estaba una persona muerta.
Eran las 2 de la tarde cuando el maestro informó a las autoridades y le dijeron que el Ministerio Público verificaría la información, pero esa espera se alargó hasta las 10 de la noche. En ese lapso, los enviados del gobierno seguían negociando para saber las condiciones físicas en que se encontraba el presidente.
Integrantes de la comitiva del alcalde dijeron que éste fue asesinado por vecinos de colonia Guadalupe el mismo jueves en el momento que escucharon las detonaciones, porque su cuerpo tenía golpes y un disparo en la cabeza.
Aseguraron que los asesinos aprovecharon la noche, la neblina que cubre la zona y la nula vigilancia que supuestamente hacían la Guardia Nacional, Ejército y Policía Estatal en la zona.
Integrantes de las fuerzas policiacas comentaron que vieron la camioneta parada a un costado de la carretera, la noche del jueves, pero no le dieron importancia. En la mañana del viernes ahí seguía, sin darle importancia nuevamente “porque estaba bien estacionada”.
Las fuerzas policiacas pasaban de largo, al igual que las autoridades. Es una curva cerca de unos viveros.

El luto en la cabecera municipal por Cachito

El domingo, al llegar a la cabecera por Loma de Faisán, lo primero que se vio fue a personas con coronas de flores, que luego llegaron a pie a la casa de dos pisos y una pequeña terraza de Flores Guerrero. Eran autoridades administrativas y religiosas que acudieron a dar el pésame a la familia, así como rendir homenaje a su autoridad. Llevaban cajas de frutas y refrescos.
La mayoría de las personas que se veían en las calles ceercanas venía de la casa de Acasio Flores, a un costado de la iglesia, en el centro del poblado, donde se colocaron lonas y sillas. Las bandas de música de viento se escuchaban a lo lejos, tocaban al mismo tiempo temas distintos. Eran más de 10.
Los que llegaban hacían fila para entrar de manera ordenada y dar el pésame a la familia. Su esposa Deyanira Bernardino Arzate e hija se mantuvieron a un costado del ataúd. Les entregaban veladoras y flores; algunos dejaban dinero en una jícara.
El ataúd estaba en el centro de la casa, cubierto por el escudo de Malinaltepec. Le pusieron el bastón de mando y el sombrero calentano que usaba el alcalde. En la pared, una fotografía suya y la figura de San Miguel, santo patrón del pueblo. Una banda tocaba El Rosario.
En las afueras, cubrían las paredes decenas de coronas de em-presas constructoras, de familias, de presidentes municipales, como el electo de Malinaltepec, Jhon Navarro; de comisarías y delegaciones. Algunas le agregaron la exigencia de justicia y su fotografía.
En la casa colgaba una manta: “Gobernadora Evelyn Salgado Pineda, la comisaria de Aviación exige justicia inmediata por el secuestro y asesinato del presidente municipal Acasio Flores Guerrero, descanse en paz”.
En el cierre de la calle unas cartulinas: “Vuela alto Cachito, duele tu partida, siempre vivirás en nuestros corazones, exigimos justicia, ni perdón ni olvido. La Ciénega exige Justicia”.
En los alrededores, estaban policías comunitarios de la CRAC-PC y de la Policía Estatal.
Llegaron la alcaldesa de Tlacoachistlahuaca, Yareth Saraí Pineda Arce, los alcaldes de Tlapa, Gilberto Solano Arreaga, San Luis Acatlán, Adair Hernández Martínez y Atlamajalcingo, Camilo Cano Guzmán. La de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández envió una corona de flores.

Un día antes, el sábado, el cuerpo salió del Servicio Medido Forense en Chilpancingo bajo resguardo de la Policía Estatal, para su traslado a Malinaltepec, luego de que le practicaran la necropsia correspondiente.
Pasado el mediodía, el cuerpo de Acasio Flores fue entregado a sus familiares; sin embargo, de Chilpancingo salieron a las 3 de la tarde, para llegar como a las 10 de la noche a la cabecera de ese municipio de la Montaña.
Ahí fue recibido por cientos de malinenses, sus padres y esposa. El ataúd fue bajado de la carroza en la entrada, le colocaron el escudo municipal y lo llevaron en hombros a su casa en el centro del poblado.
Rezanderos abrían paso con su copal en la mano. Los vecinos lo acompañaron con velas y flores. Bandas de música de viento entonaban Malinaltepec querido.
Le reconocieron el trabajo que hizo por el municipio y que ahí estaba su pueblo para recibirlo, dándole la bienvenida. Reprocharon la acción cobarde de las personas que le arrebataron la vida.
En momentos corearon: “justicia” y se la exigieron a la gobernadora Evelyn Salgado.
Unas personas llevaban pancartas y textos de justicia. Gritos de exigencia a la gobernadora, por su inacción.
Fue llevado a su casa para ser velado y será sepultado hoy lunes por la mañana, luego de un homenaje en el Ayuntamiento y una misa de cierpo presente en la iglesia del lugar.

“Se pasaron” los de Alacatlatzala

La indignación de los habitantes es mucha. No logran explicar con calificativos lo que sienten por el asesinato de Flores Guerrero, por lo que algunos lo resumieron con un: “Se pasaron los de Alaca”, como se le conoce al poblado vecino en la zona con quienes tienen un conflicto agrario desde hace 50 años.
A eso se sumó el descontento con los gobiernos estatal y federal, con sus fuerzas de seguridad, por no actuar de manera inmediata pese a quie fuerno informados de la situación.
“Ahora allá están en la carretera, ya para qué”, dijeron sobre la presencia de un grupo de militares y de policías estatales con vehículos blindados en el crucero a Malinaltepec, en la carretera Tlapa-Marquelia. “Nomás se la pasan cocinando y comiendo. Ese día debieron entrar a la comunidad a sacar al presidente, si estaba vivo”, reclamaron.
“Pero esa gente de Alaca es así, agresiva. Parece que se creen mucho, porque el gobierno no les hace nada. Hacen cosas, cuentan otras y les creen”.
Una persona recordó: “Porque lo vi lo digo. Hace años ellos llegaron con armas, palos y varillas al crucero, sin decir nada golpearon a ministeriales y se los llevaron por la fuerza a su pueblo. Luego dijeron que ellos se habían metido, que por eso los retuvieron y el gobierno les creyó”.
Aseguró que eso no fue así, porque él en ese momento estaba en el lugar y vio que los ministeriales habían llegado en una camioneta, que se empezaron a bajar, se andaban acomodando cuando les cayeron, que sin decir palabra los golpearon y se los llevaron a la fuerza.
Luego, la gente no podía circular por la carretera, porque paraban los carros y les pedían sus credenciales y quienes eran de Malinaltepec eran bajados, golpeados o les quitaban dinero. A algunos los retuvieron.
Aseguró que el gobierno estatal lo sabe y no ha hecho nada, “es como si le diera permiso, les cree lo que dicen y por eso se creen mucho. Pero con la muerte del presidente se pasaron”.

Reunión de autoridades

El municipio de Malinaltepec se componía de 127 comunidades, pero cuando se formó Santa Cruz el Rincón se quedó con 112. Tiene como autoridades a comisarios, delegados y representaciones de colonias.
El domingo, dijeron, se reunieron para tomar una postura y acuerdos sobre el asesinato de su máxima autoridad municipal, pero que aún no serán públicos. (Con información de María Avilez).