Jaime Ugarte / Agencia Reforma

Ciudad de México

Las distancias entre México y selecciones como la de Brasil son abismales.
La Selección Mexicana volvió a dar este sábado una triste exhibición al caer 3-2 contra la Canarinha en su último amistoso antes de la Copa América.
La cara presentada por el Tri contra un combinado “B” brasileño en Texas deja más dudas que certezas.
El hecho de que los dirigidos por Jaime Lozano se quedaran cerca de empatar debería ser lo menos importante, porque eso hubiera maquillado todas sus carencias futbolísticas.
México no debería engañarse a si mismo, aunque caer por la mínima diferencia ante Brasil en muchos escenarios incluso sería digno de presumir, en el funcionamiento e idea de juego se dejaron ver los niveles tan diferentes entre ambas selecciones.
Poco importó que Vinícius Jr., Rodrygo o Raphinha no estuvieran en el once titular, la Verdeamarela jugó a lo que quiso y dominó los ritmos, mientras el conjunto de Jimmy evidenció su incapacidad de crear cosas en la cancha y mucho menos de destruir las del rival.
Brasil no necesitó más que atraer la presión de la zaga mexicana a la zona media para, con un pase o un regate, generar espacios entre líneas y así crear peligro.
Andreas Pereira clavó el primero al minuto 5 recibiendo entre los dos centrales.
Gabriel Martinelli puso el segundo al 54’ en una jugada en la que el lateral Gerardo Arteaga quiso salir a presionar y dejó una avenida detrás de él.
Hasta ahí solo había existido un equipo en el campo, pero los sudamericanos bajaron el ritmo y eso ayudó para que México presionara y se encontrará dos jugadas aisladas.
Julián Quiñones y Guillermo Martínez hicieron ver un empate parcial igual a una fiesta, como si eso borrara los 70 minutos anteriores de terror.
Pero con un gol al 90’+6’, cuando agregaron 8, Endrick negó una igualada que hubiera sido engañosa y selló una derrota que, a falta de 13 días para la Copa América, no vislumbra un panorama alentador para la Selección Mexicana.

Tiene Jimmy orgullo y dolor

A pesar de la derrota, Jaime Lozano señaló que se va orgulloso por la reacción de la Selección Mexicana para empatar momentáneamente el duelo ante Brasil.
“Estaba muy contento con el empate, orgulloso por la reacción y agradecer a los jugadores que son unos guerreros porque nunca dejan de luchar, porque lo que corrieron es sorprendente y después con una mentalidad a prueba de todo, porque empatarle o remontarle un 2-0 a Brasil pocos lo hacen”, declaró el DT tras el partido.
“Después, evidentemente triste porque alcanzar a Brasil y que te hagan un gol en la última jugada siempre te dejará un poco inconforme. El equipo está fuerte y con ganas de que empiece la Copa América para mostrar una mejor versión”, agregó.
México deberá mejorar mucho su rendimiento de cara a la Copa América.
“Tácticamente tenemos mucho que mejorar con balón, tendríamos que generar más opciones de gol, tenemos que generar mas por la calidad que tenemos de jugadores al frente. Lo más difícil en el futbol es generar opciones.
“Evidentemente también en lo defensivo, tenemos que ser un equipo mucho más fuerte, estamos teniendo una buena agresividad, voluntad y esfuerzo, un equipo físicamente fuerte, que muerda, que sea incomodo para cualquier rival”, dijo.

El grito homofóbico, invitado incómodo

Para no variar, el grito homofóbico volvió a aparecer en un partido de la Selección Mexicana.
La afición tricolor sigue dejando sentir su molestia por el mal funcionamiento del combinado azteca en donde más le duele a la FMF: con los gritos de “¡Ehhh…pu…!” resonando en los estadios.
Gran parte de los 85 mil 249 asistentes expresaron su enojo por el pobre accionar del conjunto mexicano al minuto 57 del duelo contra Brasil, luego del 2-0 en contra.
El silbante detuvo el encuentro y reunió a los futbolistas en el centro de la cancha, mientras en las pantallas aparecía un mensaje en contra de la discriminación.
Lo mismo ocurrió el pasado miércoles en Denver, cuando México fue vapuleado 4-0 por Uruguay y existe el alto riesgo de que se repita durante la Copa América, sobre todo si la situación no camina bien para el Tri.