El rey de la Liga española no ha muerto, pero agoniza. Al Barcelona se le escapa el título. Regresó de la pandemia como líder, y al finalizar la jornada podría ver cómo el Real Madrid se le aleja cuatro puntos, en caso de que derrote al Getafe.
Los blaugranas empataron 2-2 contra el Atlético de Madrid en el Camp Nou y se quedaron en 70 unidades.
Todo mundo podría hablar del gol 700 de Lionel Messi en su carrera, a lo “Panenka”, pero la conversación se centra en la tormenta del club catalán.
El técnico Quique Setién no abona al buen ambiente en el vestuario. Ayer se le ocurrió meter a Antoine Griezmann en tiempo de compensación.
“Sacarle quedando tan poco es duro para un jugador de su nivel, pero las circunstancias me han obligado a ello”, dijo el DT.
Más breve, pero también más lapidario, fue Diego Simeone al pronunciarse sobre el gesto de Setién con su ex jugador Griezmann.
“Sin palabras”, comentó el DT argentino.
La fractura de los jugadores con el cuerpo técnico y su directiva ya es el pan de cada día. Durante la pausa de rehidratación, todos los Colchoneros estaban en círculo, escuchando a Simeone. Los blaugranas estaban cada quien por su lado, incluido Messi quien está a una tarjeta amarilla de ser suspendido un juego, con cinco jornadas restantes en el calendario.
Por eso el Atlético siempre se sobrepuso. Lo hizo tras el autogol de Diego Costa y luego del tanto de Lionel Messi. Lo logró, también, gracias a la destreza de Saúl Ñíguez al marcar dos veces desde el manchón penal, la primera de ellas gracias a que la ejecución se repitió luego de que el VAR intervino debido a que Marc-André Ter Stegen se adelantó en el tiro de Costa.
La losa sería mayor porque el Madrid también aventaja al Barcelona en duelos directos, criterio de desempate en caso de igualdad en unidades.
“Es una pena. Cada vez lo tenemos más complicado. Dejar estos puntos supone que nos alejamos realmente de la posibilidad del título”, dijo Quique Setién.

Viaja Aguirre hacia el abismo con Leganés

Ni siquiera Javier Aguirre es capaz de apagar el fuego que consume al Leganés en la Liga.
El Vasco es un bombero probado en España. Ya salvó del descenso al Osasuna, Espanyol y Zaragoza, pero la situación crítica del conjunto pepinero invita a que Aguirre pronto se unirá a una lista negra de mexicanos que perdieron la categoría en el futbol europeo desde que el propio estratega inició su andar en el Viejo Continente, en la campaña 2002-2003.
Andrés Guardado, Pablo Barrera, Giovani Dos Santos, Guillermo Ochoa (en dos ocasiones), Alan Pulido, Antonio Briseño y Raúl Gudiño ya saben lo que es descender en el balompié de Europa.
La lista es extensa y podría aumentar si Aguirre no consigue un auténtico milagro con el Leganés, que ayer cayó 3-0 ante Sevilla por la Jornada 32 de la Liga, resultado que lo hundió aún más, a cinco fechas de que concluya el campeonato.
El Leganés tiene 25 puntos, es penúltimo de la clasificación y en su calendario le restan rivales como Real Madrid, Valencia, Athletic de Bilbao, Espanyol y Eibar, los dos últimos adversarios directos en esa lucha. Por ahora necesita nueve puntos para salir de la zona roja.