Alejandro Guerrero

Iguala

Luego del presunto toque de queda impuesto por el grupo delictivo de la Sierra o Los Tlacos en el municipio de Huitzuco el 21 de noviembre, en la mayoría de escuelas del nivel básico de la cabecera municipal las clases presenciales se suspendieron, el comercio local y los negocios cierran y la mayoría de la población se resguarda en sus casas, pese al refuerzo de la seguridad con la llegada de agentes de la Secretaría de Marina, Ejército, Guardia Nacional y Policía Estatal que instalaron una base de operaciones en el casino municipal en el centro de la ciudad.
Desde el 21 de noviembre, día en el que fueron ejecutados tres muchachos, dos de ellos hermanos y que ese mismo día empezó a circular en la red social Facebook el mensaje del presunto toque de queda firmado por el Cártel de la Sierra (Cds) y la amenaza contra pobladores que sean vistos en la calle después de las 6:00 de la tarde, ya no han ocurrido homicidios.
En breve comunicación por teléfono con el alcalde postulado por Morena, Eder Nájera Nájera, informó que con el reforzamiento de la seguridad en el municipio a raíz de estos hechos y la posterior visita de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, no han ocurrido hechos de violencia y se percibe mayor confianza entre la población.
No descartó que puedan ocurrir nuevos hechos de violencia y reconoció que la gente no ha recuperado la confianza aún con el refuerzo de la seguridad, aunque reconoció que “poco a poco se vuelve a la normalidad”.
A pregunta del supuesto toque de queda impuesto por un presunto grupo delictivo, el edil de Morena dijo que no se conoce si el perfil desde el que se escribió realmente pertenece a un miembro de este grupo, sin embargo, genera miedo entre la gente.
Indicó que la “normalidad” y vida cotidiana se retoman poco a poco con la presencia de las fuerzas estatales y federales, y en la mayoría de las escuelas del nivel básico las clases presenciales están suspendidas.
De acuerdo con pobladores de este municipio, llegó un importante número de efectivos de la Secretaría de Marina, Guardia Nacional, Ejército y Policía Estatal que instalaron un provisional destacamento en las instalaciones del Casino Municipal, ubicado en la avenida Insurgentes a media cuadra del Zócalo, la iglesia principal y el Palacio Municipal.
A los agentes federales y estatales se les ve patrullando y recorriendo calles del centro de la cabecera municipal, en colonias en las que se han dado brotes de violencia como las Minas, el Real, Trincheras, Pilitas y Chapulixtlal, así como en comunidades y tramos de la carretera estatal a Iguala y Copalillo.
Durante el día las actividades se desarrollan con “normalidad”, tanto en los negocios, el transporte público y la vida cotidiana, sin embargo, pasadas las 6:00 de la tarde, cuando empieza a oscurecer con el nuevo horario, los negocios cierran sus puertas, entre ellos tiendas de autoservicio como bodega Aurrerá que cierra a las 7:00 de la tarde.
El transporte público local disminuye su presencia, y desde el 23 de noviembre los taxis colectivos y Urvan que dan servicio foráneo a Iguala, Copalillo y comunidades de Huitzuco como Chaucingo, tienen suspendidas las corridas después de las 7:00 de la tarde.
De acuerdo con profesores de la cabecera municipal, en varias de las escuelas primarias y secundarias determinaron con los padres de familia la suspensión de las clases presenciales hasta el viernes 3 de diciembre –como se establece en el mensaje difundido por el grupo de la delincuencia organizada– y se retomarán el próximo lunes 6.
Sin embargo, algunas como el turno matutino de la primaria Leona Vicario ubicada frente al Zócalo muy cerca del Palacio Municipal continúan con el sistema híbrido y el martes los alumnos de la secundaria técnica Rubén Uriza ya fueron convocados para regresar a las aulas, pero en la secundaria general Manuel Sáenz continúan las clases virtuales.
Pese a la presencia militar y policiaca, la gente sigue con miedo y aterrorizada de que se cumpla la amenaza del presunto grupo delictivo de asesinar a la gente que vea en las calles después del horario marcado, por lo que al empezar a oscurecer las calles, avenidas y lugares públicos empiezan a quedar abandonados.
“Hay mucha vigilancia, pero entre la gente se comenta que más vale prevenir y respetar el aviso, porque de todas formas los policías y militares en algún momento se van a retirar y la gente del pueblo se queda”, dijo un vecino que pidió el anonimato debido al miedo implantado por los criminales.
Este municipio es disputado por los grupos antagónicos La Sierra y La Bandera, situación que se vive en Iguala, Tepecoacuilco, Atenango y Copalillo, que están en una ruta de trasiego de droga, así como por el cobro de extorsiones al comercio local.