EL-SUR

Viernes 27 de Septiembre de 2024

Guerrero, México

Guerrero  

Cuarenta y dos niños na savi de Metlatónoc estudian en dos aulas de madera con piso de tierra que sus padres hicieron

Gobiernos municipales y estatales no han respondido a la demanda de construcción de una escuela en Yu’u Timi, y los alumnos caminaban hasta tres horas para tomar clases en otros pueblos. No tienen butacas ni material didáctico. Tienen dos maestras y el registro de la primaria indígena Lucio Cabañas, que lograron después de que se organizaron, y cooperaron hasta los que viven en Nueva York, para que sus hijos se eduquen y no sean jornaleros que se vayan a los campos de Sinaloa

Mayo 15, 2023

La maestra Estela dando clases a los nin?os y nin?as de la comunidad de Yu’u Timi en una de las aulas que construyeron los padres de familia Foto: Tlachinollan

Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan

Yu’u Timi, Metlatónoc

Las niñas y niños de esta comunidad na savi del municipio de Metlatonoc reciben clases en dos aulas de madera con piso de tierra que sus padres y madres construyeron con sus propias manos, porque las autoridades municipales y estatales no les hacen caso, y a pesar de que han realizado solicitudes no han tenido eco para la construcción de una escuela digna.
La escuela primaria Lucio Cabañas Barrientos nació de la lucha que emprendieron las madres y padres de familia, con la esperanza de una educación para sus hijos e hijas.
Ramiro Ortiz Moreno, presidente del comité de padres de familia, considera que la niñez tiene que prepararse, estudiar, porque de lo contrario estará condenada a trabajar como jornaleros agrícolas en los campos de Sinaloa. “Por eso al menos queremos butacas para nuestros niños, las solicitamos con el presidente municipal, Idelfonso Montealegre, pero nos dijo que no… la verdad es que no nos quiere apoyar porque tampoco quiere realizar una mejor escuela”, se quejó don Ramiro.
Las clases en la escuela “Lucio Cabañas Barrientos” con clave 12DPB0564G empezaron antes de su autorización porque se acordó en una asamblea que las niñas y los niños no podían continuar sin sus estudios. Fue el 20 de septiembre del 2021 cuando se autoriza la clave con una matrícula de 29 niños del ciclo escolar 2021-2022.
En 2020 empezó el movimiento de las madres y padres por la educación de sus hijos e hijas. Las autoridades comunitarias realizaron varias asambleas para buscar la manera de realizar las gestiones porque la mayoría poco habla el español. En su reflexión se dieron cuenta de que nadie los iba a apoyar, menos las autoridades, así que formaron un comité de padres de familia para hacer la gestión.
La profesora Savi Francisco David relata que la gestión de la escuela “fue un proceso muy largo porque los padres de familia dieron muchas vueltas, gastando sus propios recursos. Buscaron apoyo con las autoridades educativas locales en la zona 033, pero no hubo gran avance.
Así, decidieron gestionar a la supervisión de la zona 055, ubicada en Metlatonoc, a cargo de la maestra Juana Hernández Vázquez, quien los apoyó en las solicitudes y para acudir a la delegación de Tlapa con la encargada Octavia. Esta solicitud se remitió a las oficinas de Chilpancingo, y después de un año se autorizó el 20 de septiembre de 2021, pero el oficio se entregó hasta el 10 de octubre”.
El 21 de septiembre las madres y padres de familia ya habían construido un aula de madera y de lámina de asbesto. Los padres de familia recuerdan que el 15 de septiembre no pudieron preparar el Grito de la Independencia porque estaban cortando la madera para hacer la escuela, otros más aplanaban el terreno. En tres días ya estaba el aula.
“Cuando llegué a esta comunidad no había nada, los señores, tanto el comisario como los padres estaban buscando un lugar prestado para trabajar, tuvimos que improvisar un espacio en la comisaría municipal para dar las clases porque había un retraso en el aprendizaje de los niños. Sin embargo, en un mes el comité de padres de familia y las autoridades comunitarias se organizaron para construir un aula de madera. Toda la gente cooperó, incluso los que están en Nueva York apoyaron para hacer posible las aulas”, comentó Savi Francisco.
Con motivo del Día de los Maestros, el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan realizó una visita a la comunidad de Yu’u Timi para conocer la situación de las escuelas.
Don Ramiro Ortiz contó que les costó mucho poder tener una escuela primaria, pero era urgente porque los niños y niñas tenían que ir a otras comunidades cercanas como Xacundutia, Yoso Chum o Llano de la Rana, incluso a Metlatonoc, que quedan a 30 minutos, una hora o 3 horas caminando.
“Por eso durante dos años nos organizamos como comunidad para tener una escuela. En asamblea se acordó construir una escuela. La primera aula se hizo con recursos económicos de alrededor de 150 habitantes. La cooperación de cada padre fue de 542 pesos, mientras que la suma de recursos económicos lo aportaron los que están en Estados Unidos. Se empezó a cortar la madera, se compró láminas, clavos y otros materiales que se ocuparon en la construcción. Recuerdo que fueron 27 mil 900 pesos por la primera aula. Los que están en Estados Unidos compraron el terreno para la construcción de la escuela que costó 170 mil pesos, más otros 81 mil pesos para emparejar con una maquinaria”.
A inicios de 2023 empezó a dar clases la maestra Estela porque la matrícula se elevó a 42, 22 niñas y 20 niños. Los padres de familia volvieron a construir una nueva aula con un costo de 30 mil pesos.
Las autoridades realizan asambleas todos los fines de semana, y la escuela siempre está cuidada por las madres y padres de familia, durante las clases permanecen dos integrantes del comité.
Las profesoras Estela y Savi explicaron que la gente puso todo de su bolsa, los polines, las tablas a pesar de que son de bajos recursos. Tienen mucha esperanza de que sus hijos sigan estudiando y salgan adelante, que se preparen. No les importa comer tortilla con sal, pero que que sus hijos e hijas estudien.
La profesora Savi abundó: “La misma bandera nacional tuvieron que comprarla a mil 750 pesos porque teníamos una artesanal que yo elaboré. También los padres de familia compraron el pintarrón que costó 4 mil 500 y el otro lo donó la escuela Manuel Lozada de la colonia San José, del municipio de Metlatonoc”.
Las autoridades no hicieron nada. Al presidente municipal de Metlatonoc, Idelfonso Montealegre, se le entregó una solicitud en febrero de 2022. Después de un año regresó a la comunidad a inaugurar una obra, las familias entregaron otra solicitud donde se pedía la construcción de dos aulas y baños, pero dijo que “para que él pudiera construir la escuela necesitaba que la comunidad cancelara una obra. En asamblea se acordó que la prioridad de esta comunidad son las aulas, la educación de los niños, y así fue que se decidió hacer a un lado la obra para hacer la solicitud para la gestión de la escuela que fue entregada ante el Ayuntamiento, pero no hemos encontrado al presidente hasta ahorita”, denunció don Ramiro Ortiz.
Lo más preocupante es que las niñas y los niños no cuentan con materiales didácticos, ni siquiera tienen butacas. Sus padres trajeron pequeñas sillas y mesas para que puedan realizar sus actividades escolares.
La educación de los niños y niñas es deficiente y se agravó más con la pandemia porque no asistieron a clases, varios se fueron como jornaleros. Hay niños y niñas que van en segundo o tercer año y no saben leer. Se complica porque las niñas y los niños sólo hablan en tu’un savi. Algunas niñas y niños comentaron que desde hace dos años que empezaron a ir a la escuela le entienden poquito al español. Ante este rezago es urgente que las autoridades educativas envíen materiales didácticos.
En la comunidad de Yu’u Timi, las familias no cuentan con los recursos económicos suficientes, cuando mejor les va comen frijol y quelites, a veces tienen que comprar su maíz con el poco ingreso que ganan en el campo. Algunos se van de jornaleros para poder ganar un dinerito. Los 150 pesos que ganan de peón lo destinan a la educación de sus hijos y a la alimentación.