EL-SUR

Viernes 04 de Octubre de 2024

Guerrero, México

Guerrero  

Declaran que los militares se metieron ilegalmente a casa de Gerardo Cabrera

* Relatan cómo fue arrestado un campesino ecologista en la comunidad de Banco Nuevo, en la sierra de Petatlán * Niegan la acusación de que lo encontraron con armas Maribel Gutiérrez * Dos testigos de la detención del campesino ecologista Gerardo Cabrera González, dijereron en el Juzgado Tercero de Distrito que los militares que lo … Continúa leyendo Declaran que los militares se metieron ilegalmente a casa de Gerardo Cabrera

Enero 04, 2002

* Relatan cómo fue arrestado un campesino ecologista en la comunidad de Banco Nuevo, en la sierra de Petatlán * Niegan la acusación de que lo encontraron con armas

Maribel Gutiérrez * Dos testigos de la detención del campesino ecologista Gerardo Cabrera González, dijereron en el Juzgado Tercero de Distrito que los militares que lo arrestaron de manera ilegal, se metieron a su domicilio sin ninguna orden, y se lo llevaron detenido, violando un amparo de la justicia federal, con el engaño de que sólo querían que declarara ante el Ministerio Público.

A un careo con los testigos se presentó ayer el soldado Javier Mina Gutiérrez, uno de los efectivos del 19 Batallón de Infantería que arrestaron al campesino ecologista en la comunidad de Banco Nuevo, sierra de Petatlán, el 14 de julio de 2001.

Gerardo Cabrera, de 36 años, está procesado en el Juzgado Tercero de Distrito con sede en Acapulco por portación de armas de fuego, que de acuerdo con su versión le sembraron los militares que lo llevaron al cuartel del 19 Batallón de Infantería de Petatlán, para fabricarle el delito.

Tres militares que lo arrestaron, Franco Silva García, Leonardo Díaz Jiménez, y el que se careó ayer, Javier Mina Gutiérrez, dijeron en el parte informativo que interceptaron a Gerardo Cabrera en una brecha en Banco Nuevo, y que llevaba un envoltorio cubierto con una cobija a cuadros, con la que ocultaba un fusil AK-47 y una carabina 30-30.

El secretario del Juzgado, César Noyola, expuso las contradicciones ante los testigos y ante el militar, con la presencia, detrás de la reja, del procesado Gerardo Cabrera González.

La primera testigo, Felícitas Bueno Gómez, esposa de Gerardo, dijo que el 14 de julio, como a las 8:30 de la mañana, llegaron los militares a su casa, encabezados por el teniente Franco Silva García. Dicho militar le preguntó por su esposo, y ella dijo que no se encontraba; dijo que le quería preguntar por un tal Huber. Ella dijo que no sabía nada y entró a la cocina de la casa. Atrás de ella entró el militar, sin permiso. En la cocina estaba Gerardo, desayunando con sus hijos pequeños, y el militar le dijo que le quería hacer unas preguntas.

Con el teniente Franco Silva iban otros militares, entre ellos Javier Mina Gutiérrez, quien también entró a la casa sin permiso, y se quedó parado en la puerta, tapando la entrada.

Después, cuando el teniente Franco Silva sacó de la casa a Gerardo Cabrera, el militar Javier Mina ayudó a sacarlo, dijo la mujer y agregó: “El no estaba cometiendo ningún delito, estaba desayunando con los niños, no tenía ninguna arma; él no acostumbra a utilizar armas. Estaba en la casa, vestido con un short negro. Si tuviera algún delito no lo hubieran encontrado tranquilamente en su casa”.

Felícitas le recordó al militar: “Cuando fueron a mi casa le dijeron a Gerardo que sólo querían que rindiera una declaración, pero que no iba detenido. Además, él tenía un amparo que no respetaron”.

El militar Javier Mina ratificó lo que dijo en el parte informativo, y sólo agregó que en ningún momento entró a la casa de Gerardo.

El segundo testigo, Eusebio Bueno Gómez, secretario de la comisaría de Banco Nuevo, dijo que pasó en la mañana del 14 de julio frente a la casa de gerardo y vio cuando los militares se metieron. Precisó que el oficial Franco Silva se metió hasta adentro, y que el militar que tenía frente en el Juzgado también se metió pero se quedó en la puerta.

Después, pasó nuevamente por la calle y vio que los militares tenían a Gerardo detenido, frente a su casa.

Relató que fue a buscar al comisario, Filiberto Gómez, y entre los dos fueron a hablar con los militares que tenían arrestado a Gerardo. Como autoridades del pueblo, pidieron al oficial una explicación, y el teniente Franco Silva les contestó que no tenía porqué darles explicación, porque en ese momento él era todas las autoridades y todas las leyes en el pueblo”.

Eusebio Bueno agregó frente al militar: “Mienten (los militares), porque ellos se metieron a la casa sin permiso, y de ahí sacaron a Gerardo y se lo trajeron fabricándole un delito. No lo encontraron en una brecha. Además, no puede ser que Gerardo llevara debajo del brazo esas armas que dicen, que son pesadas”.

Preguntó al soldado ¿hacia dónde llevaban la boca las armas”, y el militar dijo rápidamente que para el suelo. Con esto, el testigo confirmó que el militar mentía, porque no esas armas largas no cabrían en la altura que va de abajo del brazo al suelo.

El militar no dijo más, sólo ratificó el parte oficial.