Derechohabientes del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) denunciaron que enfermeras de la Clínica de Especialidades Renales les informaron que la delegación los cambiará de clínica a las nuevas instalaciones cerca del río Huacapa, y exigieron que el gobierno del Estado intervenga para que no se haga el cambio.
En conferencia de prensa en el restaurante La Katrina, familiares y pacientes de enfermedades renales denunciaron que la delegación del ISSSTE les está imponiendo un cambio de clínica, y que temen que no les den una buena atención a los 60 pacientes que reciben atención en esa especialidad.
Un paciente, José Alfredo Gallardo señaló que la decisión del cabio fue del delegado del ISSSTE, Juan Evel Chávez Trovamala, que sólo tiene un mes en el cargo y no conoce la situación de los pacientes, algunos de quienes llevan hasta tres años recibiendo la atención de esta clínica.
Los denunciantes expusieron que quizá haya intereses del delegado en esta decisión, pues lo han buscado para manifestarle su inconformidad y nunca lo encuentran.
El miércoles pudieron dialogar con el subdelegado administrativo, Marco Pedro Romero Flores, quien les dijo que ese cambio de clínica ya está designado.
El familiar de un paciente, Andrés Tapia Aguilar declaró que les llegó el rumor de que la nueva clínica está ubicada a unas cuadras del río Huacapa, que para empezar esa ubicación no es buena para los pacientes, pues es un foco de infección.
Mostraron fotos de la nueva clínica, una estructura que antes era un restaurante, y además es de lámina.
Un paciente expresó que en la Clínica de Especialidades Renales están bien, porque les dan un trato humanitario, que “es lo que uno quiere”.
Reprocharon que el director del ISSSTE, Antonio Perea les dijo que de todas maneras se van a morir.
Asimismo, explicaron que no les hicieron una notificación formal, sino que las enfermeras les han dicho que tienen que tramitar su cambio de clínica.
Detallaron que el tratamiento de hemodiálisis en promedio se lo tienen que hacer tres veces a la semana, con una duración de tres horas y media o cuatro.
“Aquí, lo único que estamos pidiendo es que no nos cambien porque de por sí estamos deprimidos, con una enfermedad que un día estás bien, un día estas mal, y nos tratan como si fuéramos algo inservible”, resaltó José Alfredo Gallardo.
También contaron que constantemente les dicen que no hay medicamentos o les surten las recetas incompletas, y terminan comprando el faltante.
Pidieron que el gobernador priista, Héctor Astudillo Flores, y su esposa, la presidenta del DIF Guerrero, Mercedes Calvo, intervengan para que no los cambien de clínica.
Destacaron que la médica que los atiende , Martha Verónica Portillo les da una buena atención, pues aunque han sabido que en ocasiones el ISSSTE tarda meses en pagarle a la clínica, les da la atención que necesitan.