Con la tala ilegal en La Ciénega no solamente están en riesgo los mantos acuíferos que surten a la capital, sino también la fauna silvestre, advierten en un recorrido por la zona
Enero 22, 2021
Zacarías Cervantes
Chilpancingo
Ejidatarios de La Ciénega, municipio de Chilpancingo, lanzaron ayer una advertencia a las autoridades de los tres órdenes de Gobierno: “rescatamos la sierra de Chilpancingo de los talamontes que se están acabando los bosques o nos quedamos sin agua”.
Los integrantes de la Mesa Ejidal realizaron ayer un recorrido con representantes de medios de comunicación y constataron que en al menos tres lugares de su ejido se han cortado árboles, muy cerca de los manantiales de los que se surten de agua habitantes de más de 10 colonias del poniente de la capital.
Los ejidatarios fueron acompañados en el recorrido por representantes de varias colonias de Chilpancingo que se verían afectadas con la disminución de los afluentes de agua por la deforestación de la zona.
El ejido La Ciénega tiene una extensión de mil 675 hectáreas y comienza desde el Cementerio La Paz, al poniente de Chilpancingo, y termina hasta la comunidad de Chacoalcingo, ubicada a hora y media en vehículo desde la capital.
En la zona boscosa crecen abundantemente pinos (ocotes), acahuites y encinos que son los árboles preferidos de los talamontes para el uso de la madera.
Entre los troncos de los frondosos árboles crecen también los matorrales de toronjil para la preparación del té que identifica a Chilpancingo.
En cuanto a la fauna hay venados, armadillos, conejos, tlacoaches, bistlacoaches (tlacoache con espinas) y zorrillos.
El recorrido por el ejido fue encabezado por el presidente del Comisariado Ejidal, Heriberto Palacios García, vecino de Chacoalcingo, anexo de La Ciénega, el secretario Juvencio Díaz Palemonte y Luis Rosas Barragán, presidente del Consejo de Vigilancia, los dos últimos vecinos de Chilpancingo.
Los representantes ejidales contaron que desde el año pasado la zona boscosa de su ejido está en riesgo por talamontes furtivos.
Reconocieron que posiblemente sean los mismos ejidatarios que están cortando los árboles de manera ilegal y clandestinamente.
Por otra parte, denunciaron que la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la Comisión Nacional Forestal (Conafor) autorizaron y avalaron la explotación de 400 hectáreas en el predio Agua Fría, propiedad de Isidro Rodríguez Martínez.
La primera etapa para trabajar el corte de los árboles es de 200 hectáreas y comenzaría a partir de este año, según los documentos a los que tuvieron acceso.
El predio Agua Fría es una pequeña propiedad y se encuentra entre el ejido La Ciénega y Llanos de Tepoxtepec, a unos 45 minutos en vehículo al poniente de Chilpancingo.
Cerca de la zona se encuentra el paraje Peña Rajada donde están los manantiales de los que se surten de agua más de 10 colonias, algunas de ellas Plan de Ayala, Eduardo Neri, Las Palmas, La Pradera, Lomas del Poniente, Doctor Catalán, 4 de Abril y Cumbres del Poniente.
Cerca de allí pero dentro del ejido La Ciénega en el paraje La Virgencita, a unos 250 metros de donde se encuentran los manantiales que surten de agua a esas colonias, se observó ayer al menos tres lugares donde hay ocotes cortados.
Los troncos fueron acerrados y los talamontes solamente dejaron residuos de la corteza. Algunos de los árboles derribados eran aún jóvenes.
El presidente del Comisariado Ejidal, Palacios García reconoció que en este caso posiblemente son los mismos ejidatarios los que están cortando los árboles de manera ilegal y clandestina.
Los árboles habrían sido cortados apenas hace una o dos semanas y el representante ejidal dijo que no han presentado la demanda penal porque primero quieren hacer un llamado a sus representados, para que no sigan cometiendo ese ilícito.
“Les estamos haciendo un llamado como amigos, como dueños de la zona que somos todos para que busquemos otros medios, otra manera de llevar el ingreso para nuestras familias y que dejemos descansar el bosque del ejido”, dijo.
Declaró que posiblemente “son compañeros no queremos llegar a las demandas penales. Queremos que entendamos primero que debemos cuidar nuestro bosque”, insistió.
Mencionó que desde hace 15 años hubo un acuerdo interno de suspender la tala de los árboles, pero que recientemente comenzaron a cortarlos en varios puntos.
Contó que el ejido ha gestionado con los gobiernos estatal y federal el financiamiento de un proyecto de aprovechamiento forestal racional, pero que les han puesto muchos obstáculos y que decidieron esperar, porque todo lo quieren hacer de manera legal y sin ocasionar daños al medio ambiente.
Dijo que con la tala ilegal no solamente están en riesgo los mantos acuíferos que surten de agua a Chilpancingo, sino la extinción de la fauna silvestre, por ejemplo aseguró que el venado ya está emigrando de la zona por la deforestación y los cazadores furtivos.
Dijo que el otro problema es el permiso que le autorizaron al dueño del predio Agua Fría, Rodríguez Martínez, quien a partir de este año puede comenzar a cortar los árboles con el aval de la Semarnat, Profepa y Conafor.
Derivado de ello solicitaron en septiembre pasado al presidente Andrés Manuel López Obrador su intervención para la cancelación de ese permiso.
En tanto que en octubre le pidieron al gobernador Héctor Astudillo una audiencia para contarle el problema, e igual para que interviniera.
El presidente del Comisariado Ejidal dijo que en ninguno de los casos han tenido respuesta.
El representante de los 90 ejidatarios de La Ciénega advirtió que “si esto lo dejamos como va creo que en cinco años los habitantes de las colonias que actualmente se surten de estos manantiales van a comenzar a sufrir de la escasez de agua”.
Agregó que por eso hacen el llamado a las autoridades, “ya no sabemos si nos van a atender o no, los hemos buscado desde hace tiempo y no nos han dado importancia”, se quejó.
Dijo que la gente de esta zona, “ya no deseamos más agua, pero cuando menos que ya no disminuya”.
En la reunión, en medio de un descampado de la zona boscosa en el paraje La Virgen donde se cortaron los árboles, el secretario del Comisariado Ejidal Juvencio Díaz retó a las autoridades: “o rescatamos la sierra de Chilpancingo de los talamontes o pronto nos vamos a quedar sin agua”.
Informó que de acuerdo al censo son unas 20 mil familias que viven en las colonias del poniente de Chilpancingo que se abastecen del agua del proyecto Peña Rajada.
Esta red no es administrada por la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado de Chilpancingo (Capach). Fueron los propios vecinos quienes desde hace más de 20 años se organizaron y con cooperaciones y días de faena introdujeron la red a sus colonias, luego de que obtuvieron una concesión de la Comisión Nacional del Agua (Conagua, a nombre del Ayuntamiento para el aprovechamiento de estos manantiales.
Desde entonces son los propios colonos los que reparan los desperfectos de la red y le dan mantenimiento para evitar fugas.
El Comisariado Ejidal, Heriberto Palacios García denunció que los ejidatarios y los habitantes de Chacoalcingo, anexo de su ejido, no han recibido ningún apoyo de los tres órdenes de gobierno y que por lo menos piden que los ayuden a parar la deforestación de su ejido, porque los daños serán irreversibles.
Contó que el año pasado solicitaron al gobierno del estado el arreglo de su carretera que se encuentra en malas condiciones, pero que ni con eso les quisieron apoyar.
“No pedimos que nos la pavimentaran, sólo que nos la rastrillaran pero ni eso fue posible”, reprochó mientras la camioneta de redilas en la que se transportaban reporteros, ejidatarios y colonos amontonados, daba tumbos por la accidentada brecha cuesta abajo, de regreso.