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Viernes 27 de Septiembre de 2024

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Los cinco ejecutados en Coyuquilla habían estado un día antes en manos de la PGR en Zihuatanejo

Brenda Escobar Petatlán Cinco individuos fueron ejecutados con armas de grueso calibre muy cerca de la plaza principal de la comunidad de Coyuquilla Norte, municipio de Petatlán, en la madrugada del domingo 30. Dos días antes, el viernes 28, estos hombres fueron vistos en esta cabecera municipal, vendiendo bocinas de calidad; incluso fueron detenidos y … Continúa leyendo Los cinco ejecutados en Coyuquilla habían estado un día antes en manos de la PGR en Zihuatanejo

Mayo 02, 2006

Brenda Escobar Petatlán

Cinco individuos fueron ejecutados con armas de grueso calibre muy cerca de la plaza principal de la comunidad de Coyuquilla Norte, municipio de Petatlán, en la madrugada del domingo 30. Dos días antes, el viernes 28, estos hombres fueron vistos en esta cabecera municipal, vendiendo bocinas de calidad; incluso fueron detenidos y puestos a disposición del agente del Ministerio Público federal, dependiente de la Procuraduría General de la República (PGR), pero más tarde dejados en libertad.
Los cinco cuerpos –cuatro de ellos desnudos–, tenían huellas visibles de tortura, estaban atados de pies y manos y los ojos y la boca tapados con cinta industrial color gris, además de varios balazos.
Ayer lunes, el titular de la agencia del Ministerio Público del fuero común, Raciel García González, informó que todavía ninguno de los cadáveres había sido identificado ni reclamado, y seguían en la funeraria habilitada como Servicio Médico Forense.
En la madrugada del domingo, en la calle Fernando Montes de Oca, casi esquina con Nicolás Bravo, en la comunidad de Coyuquilla Norte, cerca de la plaza principal del poblado, vecinos de los alrededores, escucharon fuertes detonaciones de armas de fuego y más tarde, encontraron los cadáveres de cinco desconocidos, cuatro de ellos estaban desnudos y con el tiro de gracia.
Uno de los cuerpos quedó boca abajo, sobre el camellón derecho, hacia el lado oriente. Era moreno oscuro; estaba desnudo y no tenía el escroto (la piel que cubre los testículos); tenía cinta adhesiva industrial color gris alrededor de los ojos y un tatuaje de la virgen de Guadalupe y de una mujer en el brazo derecho.
Sus manos estaban atadas hacia la espalda con un cordón y en los pies tenía calcetas blancas y pedazos de la cinta gris.
En la calle, de costado izquierdo quedó un hombre de tez blanca, cubierto de los ojos y la boca con cinta gris; tenía puesta una bermuda color caqui y se le apreciaba un boxer color verde; tenía puestos calcetas y zapatos color negro.
Tenía un tatuaje de la Virgen de Guadalupe en el brazo derecho; las manos atadas a la espalda con un cordón y los pies con cinta gris, un poco más arriba de los tobillos.
Junto a este cadáver estaba uno al que no se le apreciaron muchas características porque los vecinos lo taparon con un pedazo de tela, pero se observó que estaba desnudo y las piernas quebradas, posiblemente porque fue atropellado antes de morir. Estos dos cadáveres estaban sobre dos bolsas de plástico color negro y un charco de sangre.
A menos de tres metros de estos dos cuerpos, sobre la carretera, quedó desnudo y boca arriba otro individuo que tenía cinta gris en la boca, pero le quedó abierta y tenía en ella el tobillo izquierdo de su compañero que quedó bocarriba, fuera del camellón.
Este último cadáver, de piel morena, cabello corto y lacio, tenía varios tatuajes, uno en el abdomen, con letras grandes decía “Barrón”; en el brazo derecho una calavera con penacho azteca; en el pecho, el escudo nacional; en el pectoral izquierdo una cruz en cuya base decía “Nico”; en el costado derecho, una mujer y casi en la base del cuello una leyenda que no se pudo leer, pero que abarca de izquierda a derecha.
Los cinco tenían varios disparos, incluyendo el tiro de gracia, así como huellas visibles de que fueron torturados.
En el lugar, horas más tarde, el agente auxiliar del Ministerio Público del fuero común, encontró 45 casquillos percutidos de diversos calibres tales como 7.62; mini 14; 38 súper; .223 y 45 súper.
Todos eran del norte
El sábado 29 diarios locales informaron sobre la detención de seis hombres por el delito de comercialización de artículos de dudosa procedencia. Se trató de Eduardo Rocha López, de 35 años de edad; José Guadalupe Salazar, de 37 años; Miguel Ángel Huerta Castrillol, de 34 años; Salvador Medina Olivares, de 32 años; José Luis Valenzuela Barrón, de 34 años; y/o Jorge Salas Rodríguez, de 40 años de edad, quienes fueron puestos a disposición del Ministerio Público federal por la dirección municipal de Seguridad Pública de Petatlán.
También quedó a disposición del MP federal una camioneta Chevrolet tipo Van, color guinda, con placas del estado de Coahuila, según consta en la puesta a disposición 009/2006, firmada por el titular del área, Evencio Hernández Hernández, por la que se integró la averiguación AP/PGR/Z/52/2006, firmada de recibido el viernes 28 de abril.
Todos dijeron que son originarios de Durango y Torreón, Coahuila. Las seis personas que fueron remitidas al MP federal, junto con una mujer de nombre Brenda Judith Murba Mercado –la cual fue dejada en libertad antes del envío al MP federal porque presuntamente era sexoservidora–, ese viernes 28 por la mañana, andaban vendiendo bocinas supuestamente de buena marca.
La mercancía se la ofrecieron a un trabajador de un diario local que luego de descubrir que fue estafado, acudió a la policía preventiva para denunciarlos; al poco rato, les dieron alcance en el poblado de San Jeronimito, en el mismo municipio, pues ya venían rumbo a Zihuatanejo y los detuvieron para obligarlos a que devolvieran el dinero al cliente que los denunció.
Los seis individuos fueron remitidos al MP federal, que más tarde los dejó en libertad y la madrugada del domingo aparecieron muertos y con el tiro de gracia, pero sólo cinco de ellos; las autoridades desconocen el paradero del sexto individuo.
Ayer lunes, el titular del MP del fuero común, Raciel García González, dio a conocer que nadie ha reclamado los cuerpos y que éstos permanecen como desconocidos.
A pregunta expresa, rechazó que se trate del grupo de sicarios conocidos como los Zetas, como trascendió en rumores, “lo único que le puedo decir es lo que se sabe hasta ahora, que fueron detenidos por la policía preventiva de Petatlán por andar vendiendo productos de dudosa procedencia y que por ese motivo fueron puestos a disposición del MP federal donde los dejaron en libertad, pero desconozco los términos en que los liberaron”.
También dijo que hasta ayer no había una explicación de los asesinatos y por qué los dejaron abandonados en medio de la comunidad de Coyuquilla Norte, “se supone que andaban vendiendo bocinas, por eso se está haciendo la investigación y estamos esperando el resultado de la investigación del comandante de la Policía Ministerial; mientras, no se puede decir que estuvieran relacionados con otro tipo de ilícitos”.