EL-SUR

Jueves 04 de Julio de 2024

Guerrero, México

Guerrero  

Marchan en silencio 300 católicos, la mayoría mujeres y niños, por la paz en Chilpancingo

Unas 300 personas, la mayoría mujeres y niños vestidos con playeras blancas, portando pancartas, globos y palomas de papel, participaron este domingo en la Marcha por la Paz en Silencio que partió del monumento a Las Banderas al Zócalo de la capital en donde el sacerdote Antonio Estrada Figueroa encabezó una oración por la paz. … Continúa leyendo Marchan en silencio 300 católicos, la mayoría mujeres y niños, por la paz en Chilpancingo

Junio 11, 2018

Unas 300 personas, la mayoría mujeres y niños vestidos con playeras blancas, portando pancartas, globos y palomas de papel, participaron este domingo en la Marcha por la Paz en Silencio que partió del monumento a Las Banderas al Zócalo de la capital en donde el sacerdote Antonio Estrada Figueroa encabezó una oración por la paz.
Los marchistas pasaron por la plazoleta Unidos por Guerrero en donde aproximadamente a las 6 y media de la mañana de este domingo fue ultimada Sandy de 22 años de edad, estudiante de Derecho. A las 10 y media de la mañana que pasó la marcha, su sangre aún era fresca.
En este ambiente de violencia que no cesa, los católicos fueron convocados por el decanato de la diócesis Chilpancingo-Chilapa para manifestarse por la “paz con misericordia”, encabezados por el padre Antonio Estrada Figueroa y la religiosa Ranulfa Hernández Molina.
“Todos unidos por el dolor que sufrimos, pedimos y construimos la paz con misericordia”, se leyó en la manta que colocaron al frente del contingente. Atrás niños y mujeres mostraron pancartas: “Si queremos paz, trabaja por la justicia”, “no hay camino para la paz, la paz es el camino”, “la vida es un don, respetémosla”, “la educación es la vacuna contra la violencia”.
La madre Ranulfa informó que la invitación fue para quienes han sufrido de manera directa la violencia o les han matado o desaparecido a algún familiar, “pero también a quienes simplemente la violencia les ha arrebatado a un ciudadano en estos tiempos difíciles”, aclaró.
Entre los manifestantes caminaron los familiares de Jesús Pineda Mejía, de 26 años y de Pedro Leyva Casarrubias de 22, quienes desaparecieron el 19 de julio del 2016 en esta capital. Sus familiares portaban carteles con sus fotografías.
Antes de la marcha los católicos entonaron y bailaron cantos religiosos implorando a Dios por la paz, en una concentración en el monumento a las banderas.
“Estamos aquí con el motivo de que queremos cuidar y dar vida. Queremos paz, y para ser promotores de paz la tenemos que cultivar. Tenemos que implorar al cielo para que llegue hasta nuestro padre Dios y mueva los corazones y nos lleve a esa convivencia de hermanos, porque como seres humanos nacimos para vivir en comunión, en convivencia, no somos seres aislados”, dijo allí la madre Ranulfa.
“No pedimos nada en contra de nadie”, aclaró, “solamente pedimos paz, queremos armonía y para eso la tenemos que tener primero en nosotros, en nuestra familias, con nuestros vecinos, con todos aquellos con los que nos toca encontrarnos en la calle. Estamos aquí para decirnos entre nosotros mismos que hemos perdido vidas, hemos perdido seres queridos, pero tenemos que aplicar lo que Jesús nos enseñó; perdónales y perdónanos”, dijo la religiosa.
Enseguida partió la marcha en silencio, rumbo al Zócalo de la capital, los participantes sólo hondeaban banderines, globos blancos, palomas de papel y mostraban pancartas con mensajes de paz.
El contingente llegó al Zócalo y allí nuevamente la madre Arnulfa habló para agradecer a los asistentes.
Les dijo que ante el momento difícil de violencia que se vive “no estamos solos, somos una comunidad de hijos e hijas de Dios, no importa el credo que cada uno creamos, lo único que necesitamos es que nos una el dolor de haber perdido a alguien, a un ser querido; a un hermano, a una hermana, a un hijo, a un esposo, pero si no has perdido a algún ser querido de tu propia carne y sangre, basta con que hayas perdido a un ciudadano, de eso nadie nos escapamos”.
Al final, el sacerdote Estrada Figueroa encabezó una oración para dar fin a la Marcha por la Paz en Silencio en un domingo que por la mañana comenzaba a ser violento.