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Sábado 28 de Septiembre de 2024

Guerrero, México

Guerrero  

Ningún feligrés se ha quejado del párroco del Santuario en Tixtla, dice el obispo Salvador Rangel

Oficia una misa ante unos mil católicos en el barrio donde los vecinos piden la destitución de Sotero Sánchez. Son difamación los señalamientos en su contra, dice éste

Alfonso Marín AmezcuaTixtla

Junio 01, 2016

El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa Salvador Rangel Mendoza, en medio del conflicto religioso en Tixtla donde cientos de feligreses exigen la destitución del párroco Sotero Sánchez Tizapa, acudió al barrio del Santuario de la Natividad y ofició una misa ante unos mil vecinos.
Sobre el conflicto religioso en Tixtla, donde cientos de pobladores exigen la destitución del párroco de El Santuario, al término de la misa dijo en que ningún feligrés se ha comunicado para manifestarle las irregularidades.
Por su parte el sacerdote Sotero Sánchez, señalado por cientos de feligreses de que amenazó de muerte al sacristán, aumentó el costo de las homilías y acude en estado de ebriedad a las actividades religiosas, señaló que las acusaciones en su contra son una “difamación”, que lo que ocurre en la parroquia es un conflicto laboral y no religioso.
“Hay una señora que trabajó 25 años aquí en locales de la parroquia que yo cancelé porque eran incosteables, en su momento hablamos y llegamos a acuerdos, sin embargo tiempo después demandó a la parroquia por los años de trabajo, sin ser trabajadora como tal porque no tenía contrato”, dijo.
De los múltiples señalamientos en su contra, el cura insistió en que todas las acusaciones comenzaron luego del conflicto laboral, “vinieron difamaciones y calumnias, pero nada de eso es verdad”.
Se le recordó que incluso el sacristán Jesús Navarrete Ranchito levantó una demanda en su contra por presuntas amenazas de muerte, y dijo que el sacristán nunca cumplía en forma sus funciones, “y la amenaza no es cierta, eso lo supe después por los comunicados y la prensa, pero eso es una difamación”.
En su homilía el obispo estuvo acompañado de sacerdotes asignados a las comunidades de la diócesis, y en su mensaje mencionó que durante su estancia de nueve meses en Guerrero le han sorprendido gratamente dos situaciones: la devoción de la gente y el amor profeso a la virgen María.
Recordó que en la procesión del Jueves Santo en Chilpancingo hizo un recorrido de la parroquia de San Mateo a la catedral de Chilpancingo, “y fue impresionante porque nunca vi una procesión con tanta gente, yo viví seis años en Roma y otros tantos más en Israel, y nunca vi a tanta gente como en Chilpancingo”.
Agregó que las iglesias de las comunidades, “ son bonitas, decoradas, arregladas, muy dignas para el santísimo sacramento, lo que es el fruto de la fe y del amor que ustedes tienen a la santa eucaristía”.