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Viernes 19 de Abril de 2024

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No hay elementos para validar la versión del basurero de Cocula de la PGR, ratifica el EAAF

Difunde el informe completo del peritaje que llevó a cabo durante un año en el tiradero. Las características del lugar no respaldan la cremación, “como en un horno”, de los 43 estudiantes, que alegó el ex procurador Murillo Karam. Está pendiente la publicación completa de los peritajes oficiales, recuerda

Lourdes ChávezChilpancingo

Abril 21, 2016

El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) difundió ayer el informe completo del peritaje que durante un año realizó en el basurero de Cocula, y confirmó que las características del lugar, no respaldan el proceso de cremación, “como en un horno”, de los 43 estudiantes desaparecidos, que alegó el ex procurador Jesús Murillo Karam en la conferencia de enero de 2015.
Los peritos presentaron las conclusiones generales de este informe el 9 de febrero, y ayer hicieron público el documento completo, para transparentar su labor y ratificar que no existen elementos para validar la hipótesis oficial de la Procuraduría General de la República (PGR),
Destacaron las contradicciones de los tres inculpados que sostuvieron la versión oficial: “fue interesante advertir que la información derivada de las declaraciones obtenidas (de los tres inculpados supuestamente involucrados en la matanza y disposición de los restos que interrogó la PGR) presentó contradicciones significativas. La forma en que se colocaron los restos de las víctimas, los neumáticos, los troncos y el resto del material combustible varía significativamente. También cabe advertir que la información de la persona arrestada e interrogada en último lugar, sugirió el método más eficiente de quemar los restos de las víctimas”.
El Equipo consideró que la difusión de los dictámenes y opiniones técnicas permitirá una discusión abierta entre peritos, en beneficio de la investigación. “Sólo la transparencia y la discusión científica permitirán esclarecer los hallazgos del sitio del Basurero de Cocula en el marco de la investigación sobre la desaparición de los 43 normalistas”, declaran.
Al contrario, el EAAF ratificó que tras más de un año de trabajo científico independiente sobre la evidencia física recolectada y analizada del Basurero de Cocula, “no es posible que los presuntos perpetradores hayan incinerado en ese lugar a los 43 jóvenes, pues no hay consistencia entre la evidencia física y la evidencia testimonial”.
Indicó que en el estudio de 346 páginas, intervinieron 26 peritos calificados en arqueología, antropología, criminalística, entomología y botánica forense, balística, dinámica de fuego, interpretación de imágenes satelitales, odontología forense, genética y trauma óseo, provenientes de Argentina, México, Estados Unidos, Colombia, Uruguay y Canadá.
Asimismo, advirtió que está pendiente la publicación completa de los peritajes de la PGR, en alusión al análisis completó que sustentó la hipótesis de Murillo Karam, y del cuarto peritaje, del que sólo se tuvo un resultado parcial, hace tres semanas.
“Es importante señalar que en la actualidad son públicos los dictámenes del EAAF y el del perito José Luis Torero publicado por el (GIEI), quedando pendiente la publicación completa de los peritajes de la PGR en relación al Basurero de Cocula y especialmente, el informe que contiene la opinión que habría formalizado el panel de especialistas en fuego, según externó su vocero Ricardo Damián Torres, el pasado 1 de abril”.

Irregularidades de la PGR

Del estudio, se informó que el 27 de octubre de 2014 los integrantes del EAAF y peritos de PGR arribaron en helicóptero por primera vez al basurero de Cocula, para comenzar a recolectar evidencias porque la PGR obtuvo declaraciones de inculpados que dijeron que ahí habían ultimado a los estudiantes desaparecidos.
A comienzos de diciembre del 2015, les informaron que, el 15 de noviembre peritos de la PGR estuvieron en el basurero acompañados por agentes del Ministerio Público de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), sin avisar al EAAF, y cuando el sitio quedó sin resguardo al menos durante 10 días.
En esa diligencia, los peritos de la PGR recogieron evidencia balística y muestras de tierra, en las que el EAAF documentó “serias irregularidades”.

Hubo dos incendios antes del 26 de septiembre de 2014

Los forenses argentinos informaron que dos peritos en fuego, los canadienses Greg Olson y Bryan Fisher, señalaron que existe evidencia clara “de que al menos hubo dos eventos de fuego, cada uno de ellos de intensidad desconocida, pero suficiente para quemar o alterar térmicamente todos los fragmentos óseos (miles de fragmentos de huesos recolectados en la zona) y producir una severa multifragmentación de los mismos ya sea por la intensidad de alguno de estos fuegos o la acumulación de múltiples fuegos.
Estimaron que ocurrieron más de 30 días antes del hallazgo del sitio (27 de octubre de 2014) y lo suficientemente antes como para que las plantas que analizaron llegue al nivel de crecimiento en que las encontraron.
De la observación de troncos de la vegetación removida, y muestras recolectada por los peritos de PGR y del EAAF del lado sudoeste de la retícula principal (donde según la versión de los hechos, los cuerpos habrían estado expuestos a un incendio grande y prolongado), determinaron que sólo tenían efectos menores por exposición al calor.
Explicaron que “un gran incendio” provocaría efectos de calor significativos en el área inmediata alrededor del fuego, y ese no fue el caso aquí… sino que sólo se observan efectos menores de calor. Cabe destacar también que ninguno de los lugares donde los tocones (troncos cercanos a la raíz) fueron cortados o quebrados, tenía evidencia de haber sufrido efectos del calor, lo que sugeriría que estaban intactos antes de la primera inspección iniciada el 27 de octubre de 2014”.
Por lo tanto, “se infiere que la madrugada del 27 de septiembre de 2014 no hubo un fuego de las dimensiones necesarias para la quema de 43 personas. Si eso hubiese ocurrido, el tocón se hubiese consumido en el fuego junto con los demás elementos hallados en la misma cuadrícula”.
El primer testimonio de PGR indica que el fuego permaneció 15 horas hasta reducir a las víctimas a ceniza; otro inculpado declara que el fuego duró ocho horas y que alimentaron las llamas con diesel y gasolina; otro dice que trituraron los restos con troncos pesados, y que a las 5 de la tarde del 27, los restos estaban ya casi reducidos a cenizas. Tampoco hay precisión sobre las bolsas que llenaron de cenizas y lanzaron al río Cocula, se habla de cuatro, seis, siete y hasta ocho bolsas negras.
Asimismo, señalaron otra inconsistencia en las pruebas de suelo. Indicaron que el laboratorio forense de la PGR detectó la presencia de ocho químicos de hidrocarburos (diesel o gasolina) en el suelo. El 15 de noviembre se tomaron nuevas muestras de tierra y para el 3 de diciembre, no habían sido sometidas a análisis.
“Las diez muestras (de suelo) tomadas por nosotros fueron llevadas a Canadá, donde fueron entregadas para su análisis a un laboratorio canadiense, Actlab, con el fin de determinar la presencia de líquidos inflamables volátiles: una sola muestra (de diez) reveló señales de un destilado de petróleo pesado. La muestra había sido tomada de al lado de una piedra grande ubicada al sur de la trinchera”.
“En otras circunstancias, estos resultados, junto con los de las muestras tomadas por el equipo de la PGR mencionado anteriormente, serían concluyentes; sin embargo, debido a las significativas alteraciones en la continuidad de la escena y a las evidencias de que se ingresó al sitio y que hubo incendios en el período comprendido entre la inspección original iniciada el 26 de octubre y la inspección del 5 de diciembre de 2014, nos es imposible arribar a conclusiones basadas en la presencia de estos líquidos inflamables volátiles en relación con los hechos ocurridos el 27 de septiembre”, explican.
También descartaron la versión de Murillo Karam, de que “crearon condiciones tipo horno que contribuyeron a quemar a las víctimas”. Indicaron que la información suministrada por los inculpados también indicaba que hubo períodos de lluvia durante el incendio, la cantidad de lluvia caída no se conoce al momento de la escritura del dictamen de fuego de los peritos del EAAF, como tampoco hay información sobre otras condiciones medioambientales presentes (condiciones de los vientos).
Además, las características físicas del área tipo cráter del basurero tampoco respaldan el argumento específico de que la supuesta quema de los estudiantes en el basurero produjo un proceso de quema similar a “cremar las víctimas en un horno”, como fue alegado por Murillo Karam en enero de 2015.