Jacob Morales Antonio

Chilpancingo

El presidente del Sistema Producto Maguey-Mezcal de Guerrero, Rigoberto Acosta González dijo que la situación de las comunidades serranas de Coyuca de Catalán es crítica desde hace años, y lamentó que el secretario de Fomento Económico, Álvaro Burgos, haya dicho que no sabía de la situación cuando desde el año pasado se le informó.
En declaraciones por teléfono, el dirigente dijo que no sólo el sector del mezcal está en riesgo en la comunidad de Zihuaquio, también la ganadería, porque en los últimos meses se han robado unas 2 mil 400 cabezas de ganado; en un solo hecho fueron 600.
Este jueves el promotor de la certificación del mezcal de Zihuaquio, en la sierra de Coyuca de Catalán, Mario Aguilar informó que la zona está incomunicada debido a la violencia del crimen organizado, y no llegan apoyos del gobierno para los productores, lo que pone en riesgo la producción de los 60 mil litros que se producen cada año en la región.
Al respecto, Acosta González confirmó que “la situación es bastante crítica, particularmente en esa zona, pero no es un problema reciente, este es un fenómeno de inseguridad que se venía presentando en la región desde hace un par de años y que a finales de 2019, y de enero a marzo de 2020 el tema se agudizó y hubo la necesidad de que la inmensa mayoría de este ejido tuvieran que ser trasladado a otras comunidades, en aras de conservar lo más preciado que es la vida”.
El dirigente confirmó que la actividad del mezcal está severamente afectada por la situación de inseguridad, sumado a la pandemia de la enfermedad Covid-19, y calculó en porcentaje sin precisar las cantidades, que a penas se llegó a un 40 por ciento de producción de lo que se produce de manera anual.
Indicó que el único apoyo que han tenido los productores de mezcal de esa zona ha sido de la Secretaría de Agricultura del gobierno del estado, y que ha sido mínima, “de nuestro buen amigo Álvaro Burgos no hemos recibido ni siquiera la atención, ni el apoyo a las propuestas que se le han presentado pero por mil razones, quizás justificadas desde su visión, no han sido atendidas”.
Agregó que en 2019 se realizaron una serie de reuniones, las últimas a inicios de la segunda semana de diciembre donde se le planteó la problemática y los proyectos de apoyos, pero el funcionario indicó que no había presupuesto y que se dejara para el 2020. Después llegó el virus y la pandemia de la Covid-19 y no se ha hecho nada.
Afirmó que hace ocho días se encontró al secretario de manera casual, y le mencionó la situación que se vive en la zona serrana de Coyuca de Catalán.
A pesar de la falta de apoyos los productores han seguido trabajando, pidiendo créditos o pidiendo prestado para sacar de los viveros los magueyes que había, y pasarlos a los terrenos. Expuso que antes se recibía apoyo de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), que ya no destina dinero para ello.
Acosta reclamó que del gobierno federal “no se ha recibido ni un peso partido por la mitad”, incluso el programa Sembrando Vida no consideró al maguey mezcalero dentro de los apoyos, “nos cansamos de hablar tanto con el delegado en Guerrero, (Pablo Amílcar Sandoval) como con los operadores”.
De la pérdida de la producción de mezcal dijo que no hay un plan B, porque siempre los productores se han encargado de sacar el producto, y que lo que se ha obtenido ha sido vendido a empresas de otros estados.
Dijo que la pandemia también encareció el jornal de trabajo en las vinatas, y pasó de 300 pesos a 800 pesos al día. Antes los trabajadores además del dinero pedían sus tres comidas, un refresco y cigarros.
Otra situación delicada que enfrentan los pobladores de Zihuaquio es el robo de ganado que suma unas 2 mil 400 cabezas en los últimos meses, y que incluso en una sola noche se llevaron a 600 animales.
Acosta González llamó a las autoridades de los tres órdenes a pacificar la zona y a dar seguridad a los pobladores, y a restablecer la comunicación en carretera, la energía eléctrica, atender al sector educativo y de salud, así como llevar programas para el sector productivo, porque este año los campesinos de esa zona no recibieron ni “un gramo de fertilizante”.