Por segunda vez en menos de tres meses, ocurrió un incendio que arrasó con 19 locales del tianguis del mercado central Adrián Castrejón, de Iguala.
Según reportes de Protección Civil municipal, alrededor de la medianoche de este lunes se reportó el incendio en el mercado municipal, ubicado en la colonia Centro, al sur de Iguala.
En declaraciones a reporteros, el director de Protección Civil municipal, Juan Manuel García dijo que registró 19 locales afectados, entre espacios de venta de zapatos, ropa, abarrotes y verduras.
Agregó que el peritaje sobre la causa del incendio corresponde a la Fiscalía General del Estado (FGE), que determinará las responsabilidades.
Dijo que en la noche se informó que el incendio pudo ser provocado por un corto circuito.
El siniestro se registró en la misma zona donde el pasado 31 de octubre se quemaron más de 90 locales; en esa ocasión el fuego fue provocado por un hombre tras una riña.
En el área afectada había negocios de calzado, la mayoría zapatos de plástico y sintéticos, además de locales donde se vendía ropa, comida y verduras, según información preliminar de Protección Civil municipal, resultaron afectados siete locales con pérdida total, de los cuales seis eran de abarrotes y uno de cocina económica, mientras tres puestos se quemaron de manera parcial.
Durante un recorrido en la zona afectada, se pudo constatar la gravedad del incendio, ya que en más de 10 locales el fuego había fundido las cortinas metálicas, dejando ver entre los huecos material calcinado hecho una masa negruzca, mientras que se respiraba un fuerte olor a petróleo.
A pesar de los riesgos de estar en contacto con los químicos que se desprenden de lo consumido por el fuego, había comerciantes con sus trabajadores buscando entre los escombros algo que se hubiera salvado del incendio.
En otros negocios a los costados de la franja más afectada, había trabajadores, sin protección adecuada, limpiando los zapatos que aguantaron el siniestro.
En medio del humo que quedaba, estaba don Martín, quien contemplaba las cenizas de los locales que quedaban frente a él; veía como la cortina de metal se había doblado.
“Como a mí no me consumió el fuego, creen que no merezco recibir ayuda; el humo entró por el techo y las cenizas cayeron sobre la ropa nueva, así la gente no me la va a querer comprar”, comentó.
Algunos locatarios trataban de resolver el problema de energía eléctrica y barrer para sacar el agua con la que se sofocó el fuego.
Las cajas de cartón estaban mojadas en el pasillo, a medio consumirse entre los charcos de agua.
En el lugar, una comerciante de 60 años, dueña del local de verduras, lucia devastada, ya que apenas el día anterior había solicitado un préstamo de 20 mil pesos para comprar jitomate, papa y pápalos, y temía que nadie la apoyara.