Soldadas de la primera generación de artillería del Ejército forman parte de la operación de seguridad para la reanudación de clases en Chilapa, que tuvieron dos meses de suspensión debido a la violencia.
Dentro de la imagen ya cotidiana de policías y militares recorriendo la ciudad y en las entradas de las escuelas, en esta ciudad hay un nuevo elemento que pasa casi desapercibido: son mujeres de 19 a 28 años con entrenamiento especial en artillería.
Las ocho jóvenes mujeres forman parte de la tropa de 500 soldados que operan en esta región ante la contingencia de violencia y el colapso del sector educativo y de transporte, ante la zozobra que generaron amenazas contra maestros y una serie de asesinatos y desapariciones de mujeres menores que no cesan.
Al respecto el comandante de la 35 Zona Militar, José Francisco Terán informó que el trabajo de las soldadas de artillería es vigilar los planteles educativos, así como recorrer las rutas de los maestros, trazadas en 12.
Dijo que la inclusión de mujeres en tareas del Ejército ha sido paulatina y que es la primera vez que las que recién egresaron de una especialidad se integran a labores de seguridad para la población.
“Ellas tienen mucha presencia, por ejemplo, Chilapa es un medio urbano, hay mercados, escuelas. Ellas generan empatía con la población para brindarles seguridad, tienen buena preparación, además traen a sus mandos cercanos que les van diciendo las tareas, su trabajo es muy interesante”, comentó comandante, quien es el encargado de la operación de vigilancia que forma parte de la estrategia del Grupo de Coordinación Guerrero.
Consultada, Jennifer Ramírez Cisneros de Acapulco dijo que se siente orgullosa de ser de las primeras mujeres artilleras, que era un sueño pertenecer a filas del Ejército y que su mamá, que era  la única con la que vivía, lo aceptó y la apoyó.
“Mi mamá se siente orgullosa y a la vez triste porque desgraciadamente estamos lejos de la familia pero aquí estamos”, dijo.
Jennifer ingresó a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) el 16 de junio, hace unas semanas concluyó su especialidad y pertenece a las 12 mujeres del Octavo Regimiento de Artillería de la zona militar ubicada en la Ciudad de México.
“Manejamos las piezas que son los morteros, que son los calibres de 105 milímetros igual que los varones. Al principio como que era un temor no estar segura de poder hacer lo que hace un hombre, pero la realidad es que sí, sí se pudo”, comentó firme.
Agregó que su primer curso de ocho semanas fue en el centro de adiestramiento de combate  individual en la Ciudad de México, posteriormente cursó cuatro semanas en el manejo de las armas que son los morteros de calibre 105 milímetros, en una zona militar de Irapuato, Guanajuato.
Consideró que ser mujer no la limita sino que la impulsa más al tener a alguien a quien enseñarle, “a quién mostrar que sí es posible lo que una se propone”.
La soldada de artillería Grecia Santiago Reyna, de Veracruz, desde hace cinco meses pertenece al Ejército y comentó que la seguridad que le encomendaron darle al estado de Guerrero es algo nuevo para ella, y aseguró que no es difícil portar un arma, sólo es cuestión de poder agarrarla.
“Mi familia me apoyó mucho y está muy orgullosa de mí por pertenecer al Ejército. Estoy muy contenta, muy feliz, es algo muy satisfactorio y pues así todas nosotras vamos a hacer que el pueblo (Chilapa) vuelva a su normalidad”.
Consideró que no encontrará muchas dificultades en su realización personal siempre y cuando tenga a su lado a personas que la apoyen.
“No le veo un hasta aquí, si entre aquí es por ejercer mi vida y seguir adelante. Si los hombres pueden también nosotras las mujeres”. (Luis Daniel Nava / Chilapa).