EL-SUR

Sábado 29 de Junio de 2024

Guerrero, México

Guerrero  

Son 43 meses de dolor y búsqueda y de falacia gubernamental, señalan en marcha en Cdmx

Encabezan padres de los estudiantes de Ayotzinapa una manifestación por la presentación con vida de los jóvenes

Guillermo RiveraCiudad de México

Abril 27, 2018

 

El joven Víctor Alfonso alza el brazo mientras camina sobre la calle 5 de Mayo en el Centro Histórico de la Ciudad de México al lado de otros estudiantes, que como él son de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, y clama: “en este país nadie está exento de sufrir una desaparición forzada porque México se ha vuelto dolorosamente inseguro”.
Al tiempo que reparte volantes donde se exige la presentación con vida de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, Víctor dice que es estudiante de primer año, oriundo de Tixtla.
Eso cuenta mientras cientos de personas caminan atrás de él este jueves 26 de abril en protesta por la falta de resultados en las investigaciones sobre el paradero de los normalistas que desaparecieron en Iguala la noche del 26 de septiembre de 2014.
Este jueves se cumplieron “43 meses de dolor y búsqueda”, “43 meses de falacia gubernamental”, “43 meses sin justicia ni verdad”, según se lee en decenas de carteles. Se cumplieron 43 meses de los ataques en Iguala, y miles de personas se reunieron una vez más para recordar que “nos faltan 43”.
Este jueves pareciera que nadie ha olvidado. Otros días 26 de cada mes las manifestaciones por los 43 han lucido menos nutridas, más reducidas, pero esta vez es diferente.
Entre pancartas en las que se leía “43 meses de una pesadilla y calvario” y “La incapacidad de Peña Nieto ante el caso de los 43 refleja la incapacidad del PRI para gobernar”, la marcha partió del Ángel de la Independencia pasadas las 4 de la tarde rumbo al Zócalo. Fue encabezada por las madres y los padres de los normalistas desaparecidos, cercados por cuerdas que cargaban normalistas de las distintas escuelas rurales del país: mujeres y hombres jóvenes que han venido de diferentes partes de la República para exigir que los jóvenes sean presentados.
El normalista Víctor Alfonso, calles más adelante del Ángel dice: “nuestra obligación es estar siempre con los padres de familia, apoyarlos en todo. Nosotros no sentimos lo que ellos sienten, quizá nuestro dolor es menor, pero el apoyo lo tienen”.
“Acaban de asesinar a tres estudiantes en Jalisco. En Guerrero vemos a cada rato balaceras, muertos, descuartizados. La autoridad no hace nada, no podemos creerlo. La justicia para los pobres no existe”.
Confiesa que a sus papás no les encantó, tras la sucedido, la idea de que se fuera a estudiar a la Normal de Ayotzinapa. “Se preocupan, pero es mi decisión. En la escuela duele ver en la cancha techada las 43 butacas de los compañeros, vacías. Escuchamos cómo los padres siempre mencionan a sus hijos y duele”, cuenta mientras atrás de él una multitud corea: “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!”.

“El dolor más grande del mundo”

Una normalista que va en la descubierta de la marcha dice ante el micrófono: “Vamos a exigir una respuesta al gobierno. Lo único que queremos es saber en dónde están. Son 43 seres humanos que tienen sueños, que quieren progresar. No queda de otra que salir a la calle y hacer justicia, para ellos y para el pueblo. Queremos que nos escuchen”.
Ella es una de las decenas de alumnos de las 17 escuelas rurales que conforman la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM). Parte de sus integrantes están en la marcha para no olvidar la noche de Iguala.
La marcha se para en el Antimonumento de los 43 en el cruce de Bucareli y Reforma, donde en un espacio de tierra los padres sembraron maíz y colocaron nopales. Un símbolo. Ahí también se corearon los nombres de los 43 normalistas, como ya es tradición.
Poco más atrás en la glorieta de Colón en una pared al lado del hotel Fiesta Americana se colocaron fotografías de los estudiantes, son 43, una por cada uno de ellos.
A la marcha se unieron los sindicatos de electricistas, de telefonistas, la CNTE, organizaciones civiles, pobladores de Atenco, estudiantes de distintas instituciones educativas, ciudadanos de todas edades. Todos corean: “¡Ayotzi vive, la lucha sigue!”.
El abogado de los familiares, Vidulfo Rosales indica a El Sur: “Los padres muestran fuerza por la necesidad de saber dónde se encuentran sus hijos. El dolor de que no los tienen en casa los hace estar aquí”.
Dijo que en la semana se acordó, cuando se reunieron con un representante de la Secretaría de Gobernación, una cita para el 3 o 4 de mayo con el titular Alfonso Navarrete Prida.
El padre del estudiante César Manuel, Mario González Contreras habla de sus emociones: “Es un coraje muy grande porque no tendríamos que tener necesidad de estar gritando los nombres de nuestros hijos, de pegar sus retratos en las paredes. La PGR tiene que dar justicia, para nosotros es un enojo fuerte, es insoportable, pero seguiremos luchando por nuestros hijos”.
–¿Cómo han sido estos meses?
–Ser familiar de una desaparecido es el dolor más grande que pueda haber en el mundo. Ha habido muchos días de tristeza. Pasó mucho tiempo y esas malditas dependencias siguen en la misma postura. Entre los padres nos apoyamos, nos levantamos. El amor a los hijos nos levanta. Es importante que se sigan las investigaciones, porque los expertos de la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos) dijeron que no era cierto lo del basurero de Cocula.

Los 43, huella indeleble del sexenio de Enrique Peña Nieto

Son 43 meses y 43 estudiantes desaparecidos. Por eso los padres y sus voceros decidieron avanzar esta vez al Zócalo. Una vez que llegaron ahí, en el mitin el vocero Felipe de la Cruz dio la bienvenida a quienes se solidarizaron este jueves:
“¡26 de septiembre no se olvida, es de lucha combativa! Hoy, 26 de abril de 2018 se cumplen 43 meses de la desaparición de nuestros hijos, 43 meses de dolor, de desesperación, 43 meses de lucha incansable de los compañeros y compañeras, padres y madres de esos jóvenes procedentes de familias humildes, campesinas”.
“Compañeros, por eso en este marco de 43 meses aquí está la voz y presencia de las personas, compañeras que han entendido la lucha. Gracias por mantenerla, gracias a ustedes hoy seguimos en pie”.
Vidulfo Rosales lo secunda: “Nosotros le decimos al gobierno de Peña que durante 43 meses nos hemos convertido en la piedra del zapato de este régimen corrupto y asesino. Ayotzinapa y los padres de los 43 van a ser la huella indeleble que va a seguir a esta persona a lo largo de su vida”.
“Para nosotros, el país y todas las luchas, el número 43 se ha convertido en la bandera que empuñamos todos los mexicanos, el número bajo el cual debemos de caminar para luchar por verdad y justicia que todos los mexicanos necesitamos”.
La madre de Luis Ángel Abarca, Metodia Carrillo dice en su turno: “Muchas gracias a todos los que nos acompañan en el mitin. Se cumplen 43 meses sin saber nada de ellos, agradezco a los que nos siguen apoyando. El gobierno dice que nuestros hijos fueron quemados pero no es cierto. Nos han roto el corazón”.
En entrevista Felipe de la Cruz comenta: “La insensibilidad de este gobierno ha permitido que el crimen siga creciendo, que los asesinatos sigan sucediendo como acaba de pasar con los tres estudiantes de Jalisco. Eso llena de indignación, de coraje”.