Mariana Labastida

El arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González, pidió a los candidatos a cargos públicos que tengan la voluntad de contribuir al bien común, que eso sea lo que salga del corazón de “cada una de las personas que con tanto entusiasmo buscan un cargo de autoridad en la sociedad”.
El prelado católico recordó que con su ejemplo en la víspera de su muerte, Jesús demostró lo que es el servicio a los demás, el cual debe de ser del más grande al más pequeño, como él que lavó los pies a sus apóstoles en la última cena.
Durante la homilía en la misa desde Catedral de Nuestra Señora de la Soledad, en la que se canceló el lavatorio de pies del Jueves Santo por la pandemia de Covid-19, el arzobispo pidió que “esta tarde pidamos a Jesús que nos lave los pies para ver el cargo o la función que tenemos, la mayor fuerza, saber la cantidad de recursos con los que contamos, no como una fuente de privilegios sino como medios para contribuir al bien de todos, al bien común, esa es la actitud fraterna de la que el señor Jesús nos ha dado ejemplo para que hagamos lo mismo”.
Recalcó que el “usar el poder, tener y saber para dominar, acumular y consumir excluye a muchos de los bienes necesarios, elimina a los más débiles, a muchos desde el vientre de su madre, extorsiona, desplaza de sus hogares” y que el ejemplo de Jesús es para que en “aquello en lo que somos superiores a los demás seamos mano tendida para ayudarles a levantarse, crecer y caminar por sí mismo”.
El prelado católico expuso que en esta época electoral, “pidamos que el entusiasmo de hermanos que buscan un cargo de autoridad tengan como raíz la voluntad de servir construyendo el bien común y al mirarse todos en esa voluntad de construir el bien común les de gusto verse y escucharse porque les une el mismo empeño” y que eso sea lo que se escuche en el corazón de los aspirantes a cargos públicos.
Leopoldo González recordó que en el año de la pandemia personal médico y familiares han sido ejemplo del servicio a los demás, así como los encargados de los servicios básicos en la sociedad y los padres que además de sus trabajos están atendiendo a los niños en la escuela. También pidió por las vocaciones sacerdotales.
En lugar del lavado de pies que se suspendió por la situación de pandemia, el arzobispo pidió a los creyentes permanecer en silencio en una petición a Jesús de lavar el pie a cada uno de ellos y esforzarse cada día para ser más como él, que no sea el desconocimiento del otro motivo para no ayudar.